jueves, 31 de marzo de 2016

15. El anhelado retorno (Segunda parte).

Nota: Segunda parte del quinceavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1
Para ir a la primera parte del quinceavo capítulo pulse aquí: Primera parte

Me quedé atónito ante sus palabras sin saber muy bien que decir. Jason había sido para mí un gran apoyo en estos momentos de mi vida, jamás creí que me daría la espalda de esta manera como lo estaba haciendo ahora. - “Haz el favor de calmarte Jason. No estás en condiciones, ni es el momento adecuado para estas tonterías. Como sigas forzando tu cuerpo de esta manera vas a acabar reabriéndote las heridas”- Magda parecía dispuesta a echar una mano en el conflicto para que el ambiente se suavizase, aunque la mirada que seguía proporcionándome Jason mientras lograba estabilizarse demostraba que no iba a dejarlo correr por mucho que nuestra casera le insistiese. Yo por mi parte, me negué a decir nada al respecto. Sabía a ciencia cierta, que Jason no abandonaría esa actitud por más que le preguntase acerca de su resentimiento, valía más esperar a que se serenase y lo expusiese él mismo, así que opté por hacer caso omiso de sus amenazas, y me centré en contestar a la pregunta que me había hecho Peep con anterioridad a su llegada. - “No sé qué os ha pasado, ni el porqué de algunas reacciones, pero creo que lo mejor será que os explique lo ocurrido para no dar lugar a pensamientos equívocos de algún modo. ¿Os importa que lo hablemos en la cocina? No me atrevía a probar demasiado la comida de esos maniáticos, así que tengo un hambre atroz”- Intenté desenfadar un poco la situación para desviar la incomodidad del momento con una sonrisa, y me acerqué a paso ligero hacia la puerta del comedor seguido por mis amigos para poder disfrutar de un buen desayuno en la mejor compañía que podría imaginar.


Una vez sentados a la mesa, Peep comenzó a dar rienda a sus vivencias de aquel fatídico día, para abrir las aguas de la conversación, y a su vez explicarme las acciones de todos, incluido Jason, ya que el susodicho no parecía muy abierto a colaborar. - “Se podría decir que Magda y yo tuvimos suerte. Hicimos nuestro trabajo en el menor tiempo posible y volvimos a la cabaña para esperar noticias vuestras cuando nos encontramos con Jason desmayado entre todo ese desastre. Fue un milagro encontrarlo con vida, teniendo en cuenta que la pared bajo la que se encontraba estaba completamente derruida, aunque bueno me ahorraré los detalles ya que veo que has pasado por allí recientemente para armarte”- Señaló hacia el arma que había depositado junto con la carpeta de Hyter en la mesa como aporte a sus palabras. Era increíble lo absolutamente observador que era este hombre. No se le escapaba ni el más mínimo detalle. Asentí a sus palabras y me dispuse a devolver el revolver a su dueño, puesto que en esa casa no lo necesitaría para nada más, pero con un gesto absolvativo, Peep frenó mi acto de una manera cordial. - “Tranquilo Tomek, puedes quedártela. En estos momentos la necesitas más que yo”- Señaló a Jason de manera vaga como para informalizar su comentario aunque yo sabía que no se refería a él precisamente. Era bastante obvio que en estos momentos los testaferros estarían intentando darme caza por todo el pueblo, no era mala idea quedármela un poco más para prevenir disgustos.

Con una leve risa le agradecí el gesto, riéndome a su vez, suavemente de su broma mientras volvía a situar el arma a mi lado, donde se encontraba en un principio. Sin embargo, al que no pareció hacerle ninguna gracia su comentario fue a Jason, que con dificultad se incorporó para exponer su punto de vista al asunto. - “Os veo muy alegres teniendo en cuenta que un amigo nuestro acaba de fallecer por la tremenda ineptitud de otro”- Jason ladeó la cabeza en la medida justa para hacerme comprender que hablaba de mi pero no iba a dejarme amedrentar. Sabía bien que el desencadenamiento de la muerte de Henry habían sido mis actos erráticos, pero quien apretó el gatillo fue su hermano Jack, y así se lo hice saber. - “Ya basta, Jason. Puedo comprender que estés resentido conmigo por haberte confundido con tu hermano, pero fue él, el que le dio muerte. No yo. Si hubiera habido alguna de posibilidad de salvar a Henry te juro que la hubiera intentado. Pero no la hubo. Murió sin tener si quiera un mínimo de esperanza, y eso me muerde el alma a cada segundo que pasa”- Ahora que había comenzado a hablar del tema una opresión en mi pecho se hacía cada vez más creciente al sentir como la añoranza de su existencia se hacía patente en estos momentos. Pero sabía que debía frenarla. No podía dejar que dicha pena me dominase. Tenía un plan en mente, y debía llevarlo a cabo si quería que mi ser descansara un poco más en la satisfacción del deber cumplido. Por lo que intenté serenarme dejando de encarar a Jason de manera personal, para hablar más en general a las tres personas que me miraban fijamente alrededor de la mesa. - “Me imagino que para vosotros que lo conocíais desde hace más tiempo mis palabras no os producirán efecto alguno. Soy consciente de ello. Pero aun así, espero que al menos mis actos si lo hagan, pues he decidido erradicar a los testaferros de las tierras de Dunwich para la paz y el descanso eterno de Henry. Se a ciencia cierta que él hubiera querido ver a su gente libre de esos maniáticos. Así que mi última voluntad es cumplir su deseo aunque me cueste la vida hacerlo.”-.

Todos me miraron atónitos ante mis palabras, incapaces de reaccionar ante la información que estaban recibiendo. - “Tomek, ¿pero qué demonios estás diciendo? ¿Has perdido la cabeza? ¡Tú más que nadie deberías saber que a esos tipos no se les tumba tan fácilmente!”- Peep parecía nervioso ante mi iniciativa de ataque por lo que intenté explicarme más concienzudamente, para calmar su ánimo. - “Tranquilo Peep, lo tengo todo pensado, y os dejaré totalmente al margen para que esto no os salpique a ninguno. Bastante he tenido ya con perder a Henry, como para perderos a vosotros también”- Me parecía que ese asunto era el más grave y por eso lo había dejado cerrado hace tiempo, pero Magda parecía no pensar lo mismo. - “Ese no es el problema Tomek. Nosotros estamos acostumbrados a vivir con el peligro a nuestras espaldas, no nos costaría nada ayudarte si tu plan fuese sensato. Pero intentar acabar con los testaferros es un suicidio, y no podemos dejar que des tu vida gratuitamente porque te sientas mal contigo mismo”-. Las palabras de Magda calaron en mí como un sentimiento eterno de cariño y comprensión, que me hacían dar las gracias por haber encontrado gente tan maravillosa en esta vida. Desgraciadamente no todos pensaban igual. Jason esperó a que Magda terminase de hablar para rebatir sus palabras con esa frialdad acusada a la que nos tenía acostumbrados. - “Será mejor que le dejéis hacer su locura tranquilo, y que se lo carguen ya de una vez. Si nos metemos por en medio acabaremos todos como Henry, y no hemos llegado tan lejos como para echarlo todo a perder ahora”-. Una vez más, su irritabilidad me enfermaba. Sabía de sobra que no creía en mí, pero dejar entrever de esa manera, el que yo los pondría a todos en peligro con mi plan cuando fue exactamente lo contrario de lo que acababa de suponer, era algo que no podía permitir como hombre de bien que era. - “Una vez más te equivocas Jason. Jamás dejaría que me ayudarais en dicha tarea tan peligrosa. Eso es algo que tengo muy claro. Pero si por casualidades de la vida os vierais involucrados en ella, haría todo lo posible para que no os sucediese nada. Tal y como hice con Cámeron cuando estuve custodiado en el ayuntamiento por los testaferros”-. Sus caras se tornaron a una sorpresa indescriptible. Era cierto que con el ataque de Jason, y la posterior exposición de los hechos, había pospuesto la exposición de mi extraña huida por lo que rápidamente me dispuse a exponerla tal y como había ocurrido para que pudiesen comprender de que estaba hablando. - “Si, veréis, como intenté contarle a Peep en el rellano, los testaferros me dieron caza haciéndome creer que Jack era Jason, aunque supongo que eso ya lo sabréis por Cameron. Bien, pues cuando me desperté en una de sus instancias y me enteré de lo sucedido, idee un plan para salir de sus dominios sin que nadie saliese perjudicado, por lo que les hice creer a todos que prefería regresar a mi hogar, antes que quedarme en Dunwich para tener la oportunidad de salir de ese edificio, y volver con vosotros de una manera segura para todos. Procuré por todos los medios no salpicar al chico con mi plan, por lo que le oculté mis intenciones, y seguí con mi treta hasta que me vi a solas con él cerca de la frontera a punto de ejecutarse el plan. Entonces, en ese momento, vi la oportunidad de huir, y para no levantar sospechas, saqué el cuchillo que anteriormente él mismo me había dado para mi protección en el viaje, y le apuñalé en el pecho para que no dudasen de su credibilidad a la hora de enjuiciarle por mi huida”-.


Podía sentir como las respiraciones de la habitación se interrumpieron en el mismo segundo en que relaté mi ensañamiento con Cameron. Cada una de las personas a mi alrededor estaba tan conmocionadas que eran incapaces de mirarse entre sí para asimilar lo que estaba ocurriendo. Me preparé para explicar el suceso más detalladamente para que pudieran tranquilizarse, pero entonces, una de las vajillas que reposaban en la mesa, salió volando en mi dirección, dándome de lleno en el hombro. - “¿¡¿Qué demonios dices que le has hecho a Cameron?!?”- Jason intentaba levantarse tras su ataque, impedido por Peep que ya había acudido en su dirección al ver el plato volar hacia mi persona, y le estaba oponiendo resistencia con todas sus fuerzas. - “¡Estás demente ¿me oyes? Estás totalmente enfermo! Hyter tenía razón. ¡Hacerte volver fue una pésima idea!”- Jason se retorcía entre los brazos de Peep mientras Magda apartaba cualquier utensilio que Jason pudiese utilizar como arma arrojadiza mientras se repetía para sí misma, una y otra vez. - “mi pobre, pobre niño”-. El hecho de que nombrase a Hyter en este momento desconcertó mis pensamientos pero no podía culpar que me acusase de esa manera tan extraña, con esa clase de sinsentidos saliendo de su boca presa de la ira. Estaba claro que todos estaban disgustados por mis actos pero mi razón de actuar tenía más peso que sus palabras, y así se lo hice saber. - “Estás delirando Jason, por favor cálmate. Él está bien, me aseguré de no herirle de gravedad, y ahora seguramente estará a salvo y libre de toda sospecha ante sus compañeros. Él único que debería preocuparse es Jack, ya que gracias a su bravuconería, pude esconder el cuchillo sin que se diesen cuenta, y quedarme con el informe falso que Hyter había elaborado para mis nuevos cuidadores con el fin de no dejarme degustar la libertad en todo lo que me restaba de vida. Pero eso ya no nos compete. Lo importante es que Cámeron está a salvo y libre de toda sospecha para siempre. Cosa que no hubiera ocurrido si hubiéramos seguido su plan”-. Finalicé mi argumento satisfecho al ver que todos parecían ir asimilando mis palabras con el transcurso de mi hablaje. Tan solo Jason que parecía altamente dolorido por sus actos se mostraba aun resentido desde su esquina donde se serenaba lo suficiente para que Peep le dejase en paz y volviera a su asiento, no sin antes recoger el informe del que estaba hablando. - “Entiendo tus actos Tomek. No te creas que no lo hago. Simplemente, me parece una manera un poco brusca de actuar. El chaval tenía la mejor de las intenciones contigo, estoy seguro de que en estos momentos se siente confundido y traicionado. Por cierto ¿Es esta la información que Hyter elaboró para tu traslado?”- Afirmé con la cabeza ante su pregunta, y se lo entregué para que pudiese ojearlo cuanto quisiera mientras yo continuaba explicando el porqué de mis actos. - “Sé que os acabo de confundir con mis palabras, y lo entiendo, pero dejadme hacer lo que creo correcto por el bien de todos. Os prometo que si algo sale mal asumiré todas las consecuencias de mis actos yo solo. No tendréis que preocuparos nunca más por mí, ni por ninguno de nuestros amigos”-. Jason apretó los dientes disgustado por mis palabras, pero antes si quiera de ponerse a replicarme, Peep le echó el alto con la mano mientras sin despegar los ojos del papel se dirigió a mí para hacerme la revelación más extraña que había oído hasta la fecha. - “Vaya, esto es de lo más curioso, Tomek. Ha utilizado la misma información que elaboraron tus médicos antes de marcharte de Dunwich por primera vez”-.
Continuará...

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