viernes, 30 de septiembre de 2016

27. El reflejo de la realidad (Primera parte).

Nota: Veintisieteavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Mi noche de descanso se convirtió en unas escasas horas de sueño interrumpidas por incomodas pesadillas y malestares causados por mis intensas heridas. El hombro en el que Jason me había disparado accidentalmente palpitaba sin cesar, lo que hacía que un estado febril se apoderase de mi cuerpo, causando que mi descanso quedase revelado a un segundo plano en mis desesperados deseos en los que imploraba encontrarme mejor para afrontar todo lo que se me venía encima.

Mi mente era un tumulto de sensaciones contradictorias que luchaban por hacerme acudir a su decisión final en un intento de centrarme en una idea y llevarla a cabo determinándome por sus actos. Básicamente en estos momentos tenía dos opciones. La primera, la cual había sopesado con gran positividad antes de mi última charla con mis compañeros, llevaba la marcha de mi persona lo más rápido posible de este pueblo de mala muerte. Era mi más profundo deseo en cuanto me vi implicado en todas las extrañezas que este lugar me lanzaba con vehemencia a cada paso que daba, por lo que se había convertido en mi más profunda prioridad hasta que mis amigos decidieron no unirse a mi destino, dejándome así con la infatigable opresión de abandonarlos a su merced si quería llevarla a cabo y salvar con ello mi empobrecida alma de esta locura inminente que sufríamos todos en cierta medida dentro de estas tortuosas lindes.

Mi segunda opción, aunque me pesase también tenía gran cabida en mis pensamientos, haciéndome dudar gravemente sobre cuál sería la elección más correcta de llevar a cabo independientemente de mi bienestar personal, el cuál en este caso quedaba claramente apartado para dar cabida a mi altruista generosidad de quedarme afincado en esta malnacida aldea, y ayudar a mis compañeros a hacer de este pueblo un lugar más seguro en el que vivir.

Sabía que si me decantaba por esta opción, a parte de la peligrosidad que implicaba, perdería muchas cosas en el camino. Mi hogar en el Este y mi familia biológica serían gran parte de ellas y eso me partía el corazón. Cierto era que estos extraños lugareños, dejando a un lado sus singulares comportamientos hacia mi persona en ciertas ocasiones, me habían acogido y dado todo su apoyo en los momentos más difíciles de mi vida. Eso era algo que no podía evitar tener en cuenta a la hora de tomar una decisión sabiendo que los dejaría a merced del destino si me fuese a la seguridad de mi hogar. Ellos no habían dudado ni por un segundo en darme su beneplácito si eso sucediese pero, ¿en qué persona me convertiría yo si dejase que este hecho se cumpliese solo por el mero placer de volver a la comodidad de mi vida anterior? Esa pregunta era la clave de toda esta incertidumbre. La opción que se debatía entre la razón y el corazón, dejándome totalmente desolado en el proceso.

Me revolví incómodo con las ideas tejiendo dichos hilos entremezclados de valores y morales en el interior de mi mente. Si continuaba de esta manera el que se volvería un irremediable demente sería yo, así que sin aguantar más la agonización de mis plomíferos pensamientos, me levanté a las pocas horas de mi reposo sintiendo que el malestar de mi cuerpo se aquejaba de que aún no estaba preparado para tal acción, y me encaminé al escritorio donde comencé a redactar una carta para mi primo Izaak exponiéndole mi solemne vida en Dunwich, de la que sabía a ciencia cierta que no me creería ni la mitad de mis historias si entrase en concreciones.

Izaak y yo siempre habíamos tenido una relación muy estrecha dada en parte por la proximidad de nuestra edad y nuestro parentesco establecido en nuestra humilde familia que gozaba de todo el amor y tranquilidad que escaseaba por estos terrenos.

Siempre creí que mi primo era esa clase de personas pacificadoras a las que podías contarle cualquier problema en confianza sin pensar en cómo te estaría juzgando en su interior. Su sensible franqueza a la hora de abordar cualquier desintonía hacía que pudieras ver las cosas tal y como eran sin sentirte devastado por sus palabras. Sin embargo, en estos momentos donde la realidad debía ser plasmada en un papel para ser enviada posteriormente fuera de los terrenos de Dunwich, esta se me antojaba como una idea propia de un demente vista a ojos ajenos. Daba igual el cariño o cercanía que tuvieras con la persona receptora del mensaje. En el momento en que cayese esa carta en sus manos no habría dios que me salvase de tal etiqueta en el seno de mi familia biológica, y eso me llenaba de un terror más absoluto que el que cualquier criatura pudiese infundirme en alguna ocasión.



Sin pensarlo si quiera me quedé quieto, demasiado estático con la pluma en la mano y mis ojos tremendamente abiertos lanzados hacia el infinito viendo sin observar absolutamente nada en concreto. Acababa de caer en la cuenta de la cosa más sencilla que cualquier persona hubiese dado por sentado desde el primer momento en el que redacta una misiva. ¿Qué iba a decirles? ¿Cómo podía explicar tales historias sin parecer un perturbado mental? En mi mente la imaginación volaba y podía verme a mí mismo reaccionando ante una carta de tal calibre antes de todas estas desavenencias, con gran horror y preocupación. Si les contaba que estaba pasando aunque fuera de una manera infinitamente mínima les pondría a todos en jaque haciendo incluso que el bueno de mi primo viniese en mi búsqueda para sacarme de este lugar que me estaba haciendo perder la cabeza de esta manera tan insana. Esto era algo que no podía permitir. Ya había demasiadas personas que me importaban en esta situación como para incluir también a mi considerada familia. Debía mantener el horror de esta situación alejado de ellos hasta que al menos tomase una decisión sobre cómo afrontar el problema que se me venía encima, y que iba a decidir con respecto a mi posible marcha de este pueblo iracundo. Por lo que cambié ligeramente de opinión, y redacté una corta misiva plagada de insulsos formalismos antes de bajar las escaleras para enfrentarme a aquellos que sí sabían toda la verdad, y esperaban por mi súbita decisión con paciencia y expectación.

Cuando descendí el tramo de las escaleras me encontré con Magda y Peep hablando en voz baja. Cameron ya no se encontraba entre ellos por lo que parecían haber iniciado una conversación intensa sobre un tema entre ellos que no parecía concernirme pues en cuanto mi presencia se hizo visible cortaron de raíz la conversación, e iniciaron una nueva para mantenerme al margen de sus asuntos. –“Que temprano te has levantado, Tomek. ¿Te encuentras bien? No tienes muy buen aspecto que se diga”- Magda me miraba con ojos aprensivos mientras yo intentaba ya en dichos momentos calmar su intriga con un asentimiento rápido de cabeza mientras acababa de descender el tramo sobrante de la escalera. Con cautela, me acerqué a mis compañeros y, con más cuidado del que procedía dicho movimiento, dejé la carta cuidadosamente escrita para mi primo a modo de sentencia encima de la mesa central mientras decía –Estoy bien, simplemente me cuesta dormir a estas horas de la mañana, ¿podéis indicarme dónde puedo dejar este sobre para que llegue a mi familia en el Este? Me gustaría que supieran que estoy bien después de todo este tiempo de ausencia”-.

Mis ecos flotaron en la estancia de una forma silenciosamente impactante para mis acompañantes. Al oírme Magda y Peep se miraron al unísono sin decir nada en el momento e ignorando la mirada extraña que les estaba echando a causa de tal comportamiento. Fue solo un segundo pero pude observar como los presentes se debatían en silencio sobre una cuestión que se separaba totalmente de la intención de enviar una inocente carta.

Magda fue la primera en apartar la mirada de su amigo hacia mi mano que aun sostenía el papel expuesto en la mesa por la parte superior, y con una sonrisa totalmente cordializadora me intentó contestar de la manera más correcta posible. –“No te preocupes por eso. Ya la envío yo en la mañana de la que vaya a comprar más vendas al pueblo. Peep ha atado a la cama a Cameron y parece que está descansando como es debido así que mientras yo estoy fuera podríais encargaros de esa espantosa criatura antes de que empiece a oler toda la casa a podedumbre. ¿Os parece? Bien, pues voy a arreglarme para partir. Portaos bien y echarle un ojo al niño de mi parte”-. Con tales misivas mi amiga se acercó a mi mano sin dejar de sonreír, y agarró sin miramientos mi carta para ascender con ella las escaleras que daban a las habitaciones, mientras me dejaba con ello un malestar infundado al darme cuenta de que la posibilidad de ver partir la carta por mis propios medios había sido despojada de mis posibles, de una manera totalmente sentenciadora y sin posibilidad de replicamiento por mi parte.



Al quedarnos solos Peep aprovechó la ocasión para enterarse de más de un asunto que le rondaba la mente a través de su curiosidad innata. –“¿Has leído ya las carpetas que te di, Tomek? ¿No? ¿Ninguna? ¿Ni si quiera has abierto la libreta de tu madre? Impresionante. Si yo fuera tu no habría pegado ojo devorando cada página en busca de respuestas. Verás, las fichas sobre tu familia traen datos personales que podemos dejar de momento a un lado, pero el cuaderno vamos a necesitarlo ahí abajo a la hora de despedazar a la criatura, así que ve a por él en un momento y reúnete conmigo en el sótano en cuanto lo encuentres. Te ayudaré a reconocer cada parte que tienes que evitar si quieres salir con vida en un encuentro improvisto con una de estas bestias”-.

Al hablar Peep gesticulaba enfático ante sus palabras lo que me daba a entender que disfrutaba con esto más de lo que creía en un principio. Después de todo lo ocurrido veía tan clara su postura ante todos los infortunios que nos rodeaban que no podía entender como no me había dado cuenta de su espontaneidad a la hora de aventurarse en estos temas la primera vez que lo conocí y me enseñó todas las partes de bestia que tenía guardadas en su cabaña como si fueran trozos de su decoración. Al principio me imaginaba que sería su punto de valentía la que le hacía guardarlos como trofeos, ya que una especie de determinación parecía ser el punto clave de acceso a la hora de ser cazador. Sin embargo, ahora que ya le conozco lo suficiente me pregunto si ese toque heroico no sería el revestimiento de una especie de locura que lo mantenía ensimismado ante todo lo referente a lo sobrenatural que escondía estas lindes. Me gustaría ver de qué manera se comportaría si lograsen encauzar al pueblo y viviesen en una vida totalmente alejada de todo mal. A lo mejor entonces descubriríamos la verdadera naturaleza del hombre que se mostraba dichoso por rodearse de sangre y vísceras de una criatura maligna que había intentado quitarnos la vida horas atrás.



Peep esperaba mi confirmación al respecto así que sin otra manera de evadir el asunto asentí y fui a recoger directamente el diario que me había dado con anterioridad. Era extraño pensar que dichas notas servirían para algo en un acto tan físico como el que iba a producirse, pero no sería yo quien contradijese sus palabras. Conociendo como lo hacía al cazador, estaba seguro de que se había estudiado las notas de arriba abajo antes de pensar si quiera en dármelas para su asimilación posterior.

Al encontrármelas las ojeé mientras descendía a su encuentro y confirmé mis pensamientos de una manera inmediata. Las hojas no contenían ni anécdotas, ni vivencias como si podrías encontrar entre mis apuntes. Los escritos de la señora que afirmaban que era mi madre eran puramente técnicos y biológicos acerca de cómo eran y actuaban las diferentes criaturas que habitaban en el pueblo. Eso no sé por qué hizo que mi desasosiego fuese en aumento, pensando una vez más en qué punto podía diferir lo que era una cordura analógica, de las más tormentosas de las demencias.

Una vez abajo Peep me abrió el cuaderno por la página que deseaba que empezase a leer, y con un levantamiento de sábana descubrió a la criatura tendida en una mesa de madera expuesta en el centro de la estancia. –“Como habrás podido comprobar, Tomek, existen varios tipos de bestias dentro de nuestras lindes. Tu madre estaba completamente obsesionada con ellas, así que cada vez que atrapábamos alguna se venía a estos despieces para poder anotarlo todo y cotejarlo luego con las pruebas que tenía en los testaferros. Esta, si no me equivoco es la “CE14”. “Criatura encorvada 14”. Entre nosotros siempre le sugeríamos que pusiese nombres con más fuerza como “bestia roja” o “piel azul” pero la mujer era más inteligente y metódica que nosotros para hacernos el menor caso. Empieza a leer por donde trae el título de “CE14” que yo te iré mostrando las diferentes partes que explica mientras la desguazo.”-. Reticente a su plan, miré a Peep con extrañeza ante sus palabras pero este seguía asintiendo con convicción así que, por mucho que dudase de que estas notas sirviesen de algo en esta situación, comencé a leer en voz alta en parte para tenerle contento, y también para evitar observar la desagradable visión que me proporcionaría su disección.

CE14:
Criatura de cuerpo similar al humano con una cierta joroba a la altura de sus omoplatos. A primera vista podemos observar como sus dedos, tanto los de las manos como los de los pies, difieren de los nuestros en cuanto a su extensa largura que junto a la dureza de las uñas hace que pueda agarrarse con firmeza a casi cualquier superficie.  Sus huesos sobresalen de sus extremidades como cuchillas lo que hace que esa técnica de defensa haga de ella también una debilidad ya que si se le aplica fuerza necesaria en ellos se podría invalidar tanto la zona donde se encuentren, como la mismísima columna vertebral que sostiene todo su cuerpo. Por último la falta de pupilas, como el color ceniciento de su piel hace creer que seguramente no pueda salir de día debido a que los rayos del sol la dañarían gravemente. Sus dientes afilados nos dan cuenta también de su gran capacidad de mordida que ajustado a sus uñas nos podemos hacer una idea de cómo agarra a sus víctimas para devorarlas después a mordiscos…”



Esto estaba siendo una locura. Podía oír mi voz diciendo tales horrendos ecos mientras Peep señalaba cada una de las zonas para luego poner en práctica las roturas que proponían en las notas para terminar llenando la estancia de crujidos y viscosidades. Esto estaba comenzando a superarme. Intenté aguantar el tipo pero, en la hora en que Peep ya con un mar rojo a su alrededor abría la boca de la criatura para enseñarme sus enormes dientes, había superado todo mi aplomo anterior.

Con determinación cerré el cuaderno y cogí una bocarada de aire para no seguir respirando el olor ferroso de la sangre sin mirar si quiera a mi compañero, el cual había dejado literalmente con las manos en la boca de ese ser del inframundo. Necesitaba darle una explicación de mi comportamiento, por lo que cerré los ojos e intenté serenarme ante tal horrendo espectáculo para dejar clara mi postura al respecto de todo esto. Abrí la boca lentamente para buscar las palabras, pero como si del destino se tratase, unos golpeteos en la puerta seguidos de unos pasos se escucharon en la planta principal eclipsando mi actuación al momento.

Inmediatamente al oírlos, dejé a un lado mi concentración para mirar a Peep extrañado. el cuál también fruncía el ceño ante dichos acontecimientos inesperados. Esperamos al ver que se abría la puerta en silencio por si Magda había vuelto de su compra y nos había llamado a la puerta para que la ayudásemos. Pero al ver que la voz de Jason exclamaba –“¡¿¡Pero qué demonios haces aquí!?!”- Ambos nos abalanzamos escaleras arriba en auxilio de nuestro compañero temiéndonos súbitamente lo peor. A los testaferros o al propio Larson descubriendo nuestro escondrijo y matándole en el acto. Por suerte, dicha acción no sucedió. Mientras iba en cabeza por las escaleras pude ver como la figura de Jason sostenía una puerta de la que sobresalían las sombras de dos siluetas en su marco. Al vernos mi amigo se me quedó mirando, y en silencio tiró la puerta hacia su extremo opuesto revelando a las dos personas que le hacían frente desde el otro lado de la cabaña. Una la reconocí de inmediato. Era Freyja, la cual aún miraba a Jason con claro enfado desde su altura inferior. La otra ya estaba observándome antes si quiera que pudiese reparar en su identidad. Me costó reconocerla al principio, pero una vez que su rostro me enfrentó directamente pude ver cómo era la falsa enfermera que casi me mata con un fármaco para despistar a los testaferros y entrar en estampida a por Charlie. Me la quedé mirando mientras ella se llevaba una mano hacia el revolver que tenía incrustado por su pantalón al ver que venían refuerzos. Freyja por su parte, ignoró a su compañera y ya con los tres alienados en su contra pronunció las palabras que jamás creí que volvería a oír de su boca. –“Hemos venido para llevarnos a Larson a nuestros terrenos”-.
Continuará…



viernes, 23 de septiembre de 2016

26. Sombras del pasado (Segunda parte).

Nota: Veintiseisavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Para ir a la primera parte del veintiseisavo capítulo pulse aquí:  Primera parte


Al exponer Peep su pregunta Jason y yo nos miramos al unísono para ver quien comenzaba primero el relato de lo vivido, dejando a un lado las intensas miradas de nuestros dos compañeros que estaban expectantes por saber todo lo que se habían perdido en estos infatigables días. Señalé hacia mi persona para darme el pie en un intento de llevar la conversación desde el principio, que fue el punto de partida hacia el ayuntamiento para ver a Larson con el chico en un intento fallido de que explicara la situación a su padre, antes de que se desatase la terrible fatalidad de los acontecimientos dados posteriormente. Jason al verme comprendió a donde quería llegar con mi propuesta y asintió silenciosamente para que comentase el relato más extraño y caótico que habrían escuchado jamás de mis labios.

Comencé por nuestra salida de la casa hasta que me encontré con Jason en la habitación del chico mientras estaba con Jack, dejando siempre muy claro de mis intenciones sobre llevar Cameron primero a reencontrarse con su padre, y de colaborar con los testaferros en un intento de sacarlo de allí y poner fin a todo esto. Peep parecía expresar un gesto suspicaz en dichas partes, dándome a entender que sembraba la duda en la creencia de mi relato, pero por suerte no dijo nada y decidió dejarme hablar de manera continuada. Magda por el contrario se la veía claramente horrorizada, sobretodo en la parte en que expuse que Cameron no reaccionaba a nuestros actos ni aun poniéndonos delante de sus narices. Fue ahí donde Jason decidió intervenir para exponer la cruda realidad dada desde su punto de vista. –“Y eso no es lo peor. Desde que el crio decidió que podía levantar los brazos de nuevo, lo hizo para intentar darnos muerte a Tomek y a mí. Mira que hay gente como este forastero que tengo aquí a mi lado que aún no es capaz de distinguirnos a Jack y a mí en un año entero que lleva con nosotros, pero Cameron estando tan en otro mundo como estaba y está en estos momentos, al tenernos a los dos en frente no dudó en intentar matarme a mí en vez de a Jack, lo que me hace pensar que algo le han hecho para que actúe de esa manera solo con nuestra orden”-.

Jason siguió hablando mientras mi mente analizaba lo que acababa de decir. En parte tenía razón. Aunque Jack quería matar al crío por miedo a que fuera a por él. Cuando estuvo a solas en la estancia cambiándole de ropa y metiéndole en esa especie de armario Cameron no parecía haberse revelado contra él. O al menos Jack no dijo nada del tema al respecto. Por lo que estaba claro que al menos habían realizado algo en su mente para que nos distinguiese de entre todas las personas de este pueblo malnacido de la mala esperanza. Eso suponía un problema, ya que tendríamos que lidiar con ello a nuestra manera si queríamos cuidar de él, pero por otra parte dicho hecho nos daba una cierta esperanza al pensar que si nos reconocía podríamos acabar haciéndole recordar quienes éramos en realidad, y lo unidos que estábamos por una causa en común. Intenté quedarme con esa visión positiva del asunto y seguir escuchando a mi amigo que ahora estaba relatando su experiencia en solitario antes de darnos alcance en el laboratorio de los testaferros.

Al parecer el camino de Jason tampoco fue de lo más sencillo antes de cruzarse conmigo. Por lo que estaba contando, discutió fuertemente con Peep después de nuestra marcha, y al terminar salió tras nuestros pasos para ayudarnos en nuestro plan. Pero una vez que llegó al bosque, sus determinaciones se vieron obstruidas ya que otro grupo de campesinos que peinaba el bosque después de nuestro desencuentro se lo encontró caminando hacia nuestra dirección, y confundiéndole con Jack, se abalanzaron sobre él en un intento de frenarle para que fueran ellos los que nos entregasen ante Larson. No fue hasta varios días después que vieron a Jack por alguna de las misiones cuando se dieron cuenta de que tenían confinado en sus terrenos a Jason, no a su hermano. Los que les dio veda para golpearle en varias ocasiones para intentar sonsacarle información sobre porque yo había aceptado el trato de los testaferros, y que teníamos planeado con ello, creyendo que era nuestro plan inicial. Jason no les respondió absolutamente nada, ni si quiera que no sabía de tal cosa y que estaba tan sorprendido como ellos. Había sido fiel incluso después de enterarse de que en teoría los había traicionado.

Por lo que siguió contando logró liberarse de su capturación una noche tras haber recogido un cuchillo que habían dejado olvidado cerca de él. Parece ser que la astucia en momentos de pánico era algo de familia pues tal y como lo estaba relatando parecía que era en realidad el momento en que Jack se aprovechó de mí para liberarse de sus ataduras y marcharse de nuestro reclutamiento. Después de su huida volvió al que decían que era mi hogar pero este estaba vacío así que se curó como pudo y fue en nuestra búsqueda.



En ese momento volví a entrar yo para ir intercalándonos a la hora de contar el resto de la historia. Según íbamos relatando los hechos nuestros compañeros iban volviéndose cada vez más ojipláticos, hasta que llegó el punto en que la muerte de Hyter se puso sobre la mesa que fue cuando finalmente se desató todo el escándalo. –“¡¿¡Hyter ha muerto!?!”- gritaron al unísono Magda y Peep haciendo que hasta Cameron, el cual seguía dormitando como un bebé, se despertara abruptamente de la sorpresa acontecida en la sala. Al verlo Jason se levantó para intentar tranquilizarle mientras aclaraba el asunto que a todo el mundo para tranquilizar la estupefacción de la estancia. –“Si, ha muerto. O al menos eso creemos porque para salir invicto de esa escena de locura habría que ser un maldito coloso, y él, por mucho que se entrene para aguantar lo que sea, sigue siendo un simple mortal. Así que yo creo que podemos dejar de contar con su existencia a partir de ahora.”-. Jason nos miraba de forma general mientras agarraba al chico por los hombros suavemente, para tranquilizarlo y hacerlo dormir nuevamente. Por un momento creí que nadie iba a decir nada. Magda y Peep seguían tan asombrados por lo ocurrido que no eran capaces ni de expresar una sola palabra, lo que me parecía algo excesivo dadas las circunstancias. A mi parecer, Hyter era tan solo un peón de una  desmesurada organización que nos amenazaba constantemente con su omnipresente existencia,  por lo que me aventuré a explicar dicho dato relevante, por si a causa de la expectación se habían olvidado de la terrible persona que manejaba Dunwich a su antojo, creando tras de sí el pueblo más fatalista que se hubiera visto jamás. –“Si, así es. Habría tenido que ocurrir un milagro para que ese malnacido hubiese sobrevivido. Pero no tenemos que ponernos a dar saltos de alegría, ya que Larson es el que debería preocuparnos en estos momentos teniendo con nosotros a su hijo en este estado, y tras haber realizado nuestro engaño hacia su persona”-.

Dicho esto me dispuse pues a contar el relato del ayuntamiento, pero antes si quiera de que pudiese empezar, Peep me explicó una realidad que llegaba más lejana aun de mi llegada, y que por tanto había pasado desapercibido por mi persona al ignorar lo que no sabía todavía de este pueblo en el que habitaba malsanamente desde hacía casi un año entero. –“Es mucho más de lo que crees, Tomek. A Larson se le puede doblar. No hay problema con eso. Solo hay que ver que incluso los que trabajan para él tienen sus propias ambiciones ocultas que le pasan desapercibidas por completo. Lo único que tiene ese tipo es poder. Poder y mucho dinero para manejar a su antojo a todo aquel que esté en un apuro económico. Por eso nosotros somos sus opuestos. A nosotros no nos puede manejar porque no tiene con que si no captura a alguno de los nuestros, y ya nos encargamos nosotros de sacarlos cuando eso ocurre. Sin Hyter en la ecuación que era la astucia personificada, estamos mucho más libres. Está también Jack por su puesto, pero Jack en el fondo odia tanto a Larson como nosotros. Solo hay que mantenerlo al margen para ir directamente a por el alcalde”-.

Los ojos de Peep brillaban ansiosos por el plan. Yo no entendía como sus ansias por acabar por todo lo llevaban tan lejos de la realidad vivida por nosotros, pero ahí estaba, ignorando que los testaferros podrían matarnos en cualquier momento, o que Jack nos aniquilaría antes si quiera de que pudiésemos pensar que se apartaría de nuestro camino para dejarnos pasar. Era como si todo lo demás fuera mera arena para él en medio del inmenso oasis fijado como su objetivo. Miré a Magda tras sus palabras por si quería aportar algo, pero seguía sumida en sus pensamientos sin hacer si quiera caso a los alocados planes de Peep. Ahora que había hablado con Larson del tema comprendía más su comportamiento. Su hija estaba en el bando contrario trabajando codo con codo con Hyter. La situación de exposición de esta y su hija, tras la muerte de su compañero las dejaba totalmente abiertas a cualquier ataque. Por lo que había oído, los campesinos ya habían capturado a la niña en otra ocasión con el tiburón de Hyter siempre presente al lado de su madre. Si volviera a pasar ya no tendría tantas garantías de que la niña fuese rescatada tan rápidamente en dicha ocasión dada la minación de los testaferros. Estaba seguro de que Magda aunque estuviera en el otro bando sufría por todas estas preocupaciones diariamente, por lo que intenté alentarla al respecto para suavizar sus preocupaciones, pero antes de que pudiera hacerlo, Jason se interpuso para contar con todo lujo de detalles nuestro encuentro de Larson en el ayuntamiento, y el posterior rescate de Cameron en la casa de sus padres dejándome como alternativa, el hablar con Magda en otra ocasión, y seguir con el plan estipulado para dejar constancia de todo lo ocurrido hasta la fecha.



-“Hablando de Jack hay una cosa que debéis saber al respecto…”- Comenzó a decir Jason, antes de soltar al chico y continuar con el relato. Resumidamente lo explicó todo con pelos y señales, sin mencionar ni por asomo, nuestro acuerdo con Jack sobre esa noche. En dicho momento Jason se saltó la verdad para decir que recogimos al chico en casa de Jack cuando no había nadie en casa, y que matamos a la criatura con uno de sus artilugios arrastrándola de vuelta para no dejar pistas en la casa ni en la ciudad, hasta que llegamos a nuestro accidentado encuentro con Peep que puntualizaba el final de esta rocambolesca historia. Ninguno de los presentes dijo nada mientras Jason hablaba, pero podía ver la emoción de Peep en sus ojos. Una vez terminada la historia, Peep estalló en un alarido de alegría mientras golpeaba animosamente la mesa acompañando el gesto con dichas palabras de júbilo. –“¡No me lo puedo creer! ¡Ha salido todo de maravilla! Sabéis lo que va a pasar ahora, ¿verdad? Da igual lo que Jack haga, está jodido de todas formas. Tanto si Larson se entera del engaño, como si no. En cualquiera de los dos casos se lo carga o por creer que es Jason que tiene a su hijo, o por haberle engañado vilmente, y haberse dejado suplantar por vosotros. Jason, vas a tener que dejarte las vendas en los ojos un tiempo. Si Larson te ve así será más fácil que reconozca a Jack y entonces ¡pam! otro menos del cual preocuparse. ¡Es fantástico!”-

Mientras Peep celebraba ya la muerte anticipada de Jack yo caí en la cuenta de que esta vez mi compañero tenía razón. Había sido un completo descerebrado ¿Cómo es que no lo había visto antes? Por eso nos dejó marchar al fin y al cabo. Estaba intentando salvarse de una encerrona que lo tenía cercado por todos los lados posibles. Era prácticamente imposible que sobreviviese. Tan imposible como el milagro de que Hyter hubiera podido sobrevivir a tal ataque.

Ante estos pensamientos miré a Jason el cual ya me estaba observando desde su posición, seguramente sabiendo aciertas que dichas preocupaciones estaban atravesando mi mente en estos momentos. Luego de devolverle la mirada asustado, se giró hacia Peep y dijo con voz tranquila –“Si, es lo más probable que ocurra. Las llevaré todo el rato que haga falta, Peep. No te preocupes por ello. Lo atraparán antes de que se me acaben de curar del todo así que no habrá problema de todas formas”-.



Peep ya estaba asintiendo con premura a sus palabras con una gran sonrisa en el rostro. Yo sin embargo no podía dar crédito a lo que estaba oyendo a través de su confirmación. Tanto él como yo habíamos escuchado a Larson decir que Jack le había dado largas a la hora de matar a su hermano, y luego en su casa, nos dejó marchar confiando en nuestra palabra de que no diríamos nada de esa noche. Por eso intenté intervenir para poner un poco de cordura al asunto, y dejar el tema escabroso de la futura muerte del hermano de mi amigo, en un intento de focalizar la atención en lo que debería ser tratado en su total importancia.

–“Eso no debería preocuparnos ahora. Yo creo que en vez de centrarnos tanto en la caída de Larson y sus súbditos, deberíamos aprovechar este impasse producido por una de sus bajas para escapar de este pueblo de una maldita vez. A lo mejor el resto no os queréis ir muy lejos por añoranza de estas tierras, pero podríais instalaros lo suficientemente cerca como para que el chico y yo os visitemos desde el Este de vez en cuando. Creo que si lo llevo al hospital de mi ciudad podrán curarlo en su totalidad sin problemas. Tienen un programa médico estupendo que pude comprobar cuando mis padres estuvieron ingresados a causa de…”-. Mi explicación quedó interrumpida por los aspavientos de incredulidad que estaba lanzándome Jason hacia mi dirección. En cuanto los vi me fui quedando en silencio progresivamente extrañado por su comportamiento, por lo que aprovechó mi ausencia de voz para interrumpir mí propuesta con tales ecos de desconcierto.

–“¡¿¡Pero de qué demonios estás hablando, Tomek!?! ¡¿¡Marcharnos!?! ¿¡¿A dónde!?!. ¡Nosotros no pensamos irnos a ninguna parte! ¡Nunca ha sido nuestro plan! Vamos a quedarnos aquí y a hacer de Dunwich un lugar mejor. No dudes ni por un momento en que preferiría la muerte antes de huir como un cobarde a tierras lejanas. Yo me quedo aquí, e imagino que el resto también, así que vete haciéndote a la idea de que no vamos a vivir todos felices en tu antiguo hogar porque eso no va a pasar. Si quieres irte adelante, pero te irás tu solo. El chico se quedará en sus raíces como todos nosotros. Como seguramente quería él para su vida antes de que todo esto pasara. Así que tú decides en solitario tu destino de partida. Lo respetaremos si quieres irte, pero no nos metas a ningún otro en la situación porque nos negamos rotundamente”-

En cuanto Jason expuso con tal dureza sus crudas palabras me quedé anonadado escuchándole. ¡¿¡Cómo podía estar tan demente de querer quedarse aquí habiendo pasado por tanto en su vida!?! Miré hacia el resto para cerciorarme de su posición y efectivamente, todos estaban tan determinados como mi amigo en dichos momentos. Parecían no pensar en Cameron ni en ellos mismos con tales palabras. Era como un suicido. Parecía realmente como si de verdad estuvieran dementes de verdad, y yo fuera el racional extraño del que no entienden sus intenciones. Ahora no solo una mesa nos separaba. Nos alejaba un sentimiento mucho más profundo del que comenzaba a tener un creciente temor de si mi estancia aquí era lo más sano para mi mente, o por el contrario me estaba hundiendo en las profundidades de la locura como entreveía en ocasiones tras sus actos desacertados.



En dichos momentos todos se me quedaron mirando en silencio a espera de mi respuesta, por lo que balbuceé inconexiones debido al tremendo shock que sentía tras su sentencia. –“Yo… Yo creía… pero como no vais a… de verdad no entiendo… no entiendo porque no…”-. No lograba exponer la tremenda impresión que sentía en mis adentros tras la confesión de mi amigo.

Al verme, todos se quedaron esperando a que me hiciera oír, pero al notar mi incredulidad ante lo expuesto, Peep me lapidó las escasas ilusiones que me quedaban con tal sentencia. –“Tomek, nunca te hemos pedido que nos salves así que no intentes hacer planes para nuestra causa que no vayamos a cumplir. Nosotros nos quedaremos aquí y haremos todo lo posible para que caigan uno a uno todos los testaferros. Ahora le toca el turno a Jack así que mañana mismo nos pondremos manos a la obra para que sea más pronto que tarde. Si te quieres quedar eres bienvenido. Si no te deseamos mucha suerte en tu viaje de vuelta al Este so-lo. Es lo más que podamos ofrecerte. Eso y una cama en estos momentos, que te veo tan exhausto que no creo que puedas pensar con claridad ni si quiera algo tan banal como cuanto azúcar quieres con el café ahora mismo. Así que venga, todos a dormir. Yo me quedaré con el chico, y Magda me relevará cuando se despierte. Vosotros reposad sin preocupaciones que ahora mismo es lo que necesitáis. Vamos ¡a descansar!”-

En cuanto escuchamos las palabras todos aceptamos su sentencia en silencio y nos encaminamos hacia las habitaciones. Jason, el cual se veía claramente molesto por mi comentario no me dijo nada, pero en cuanto comenzamos a subir las escaleras hacia el piso superior, Magda me dio alcance para decirme unas palabras alentadoras que levantasen mi ánimo esparcido por el suelo. –“No te preocupes, todo se andará. Ahora ve y duerme que te lo mereces más que nadie en este mundo”-. Apretó mi mano contra las de ella con una sonrisa afectuosa y me adelantó en las escaleras para dejarme a solas en mi cedido cuarto con una cama esperando a que mi corazón oprimido descansase del tormento psíquico producido en su interior al menos físicamente, pues sabía que en cuanto me despertase su opresión seguiría en mi pecho al saber que mi salvación conllevaba el dejar atrás a mis compañeros a través de cualquier escenario posible, en el que una historia feliz se antojaba ya como algo utópico e imposible de conseguir.

Eso ha sido todo por hoy, si de casualidad acaban en estos parajes mal llevados por el infortunio, duden por primera vez en buscarme. A lo mejor si me encuentran, llego a instaurarles mi tormento establecido, dejando que esta prisión les mantenga tan confundidos a la hora de creer que es y que no es lo correcto, como yo lo estoy dudando en estos momentos fatídicos para mi corazón.
Con afecto.
Tomek Sikorski

viernes, 16 de septiembre de 2016

26. Sombras del pasado (Primera parte).

Nota: Veintiseisavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Bajamos colina abajo en dirección a la zona de los cazadores en busca de la cabaña de Peep, mientras el pesado cuerpo de la criatura dejaba tras de sí un rastro de sangre oscura tras su paso completamente delatador. Al verlo Jason se dio cuenta de que podría traernos problemas, por lo que con una voz agotada que dejaba entrever el inmenso cansancio que estaba padeciendo por todo lo anteriormente acontecido, me expuso las siguientes palabras como remedio al problema en cuestión. –“Será mejor que rodeemos por el bosque para no ser vistos en las calles con este embrollo. Si vamos dejando este rastro por en medio del pueblo los testaferros estarán dándonos caza a primera hora de la mañana. ¿Cómo lo ves? ¿Crees que podrás guiar a Cameron por los terrenos sin que acabe lanzándose por un despeñadero?”-

En cuanto la pregunta cursó el aire en seguida me dispuse a calmar la incertidumbre de mi compañero con la siguiente sentencia mientras sujetaba al chico con firmeza para guiarle por el camino sinuoso que íbamos atravesando a plena oscuridad. –“Descuida. Tengo el hombro bastante tocado pero por suerte para la situación, Cam parece que tampoco está en plena forma, así que dudo que se suelte en todo el trayecto que nos queda”-. Asintiendo, Jason aceptó mis palabras y comenzó a guiarme por un desvío sinuoso que recorría los rebordes del ese pueblo maldecido en el que seguíamos confinados a merced del destino.

Caminamos bajo la inmensa noche atentos a los tenebrosos ruidos nocturnos que nos rodeaban en nuestro camino y nos amenazaban con su presencia, haciendo que la inseguridad se fuese haciendo dueña de nuestras mentes en la noche lúgubre que nos acompañaba. Hasta el chico parecía bastante incómodo dentro de su condición, haciendo que su respiración se hiciese más pesada de lo que debería, contando en un principio con su paupérrimo estado de salud. –“Ey, Cam, tranquilo. Solo es el ruido natural de los bosques. No hay nada que temer, pronto estaremos a salvo. Fíjate, desde aquí ya empieza a verse la depresión en la que se encuentra la cabaña de…No. Para. Deja de revolverte que nos vas a hacer daño a ambos. Vamos. Tranquilo. ¡Eh!. Mírame. Vamos Cam, mírame. Todo va bien, ¿de acuerdo? Tranquilo. Todo va bien”- Debido a su acusado nerviosismo decidí ponerme en su campo de visión con clara totalidad para que al ver la determinación en mi rostro entrase en razón, mientras que Jason por su parte me ayudaba a intentar tranquilizarlo con palabras de aliento. –“Venga Cam, que estás con nosotros. No tardaremos en llegar. Tranquilízate que no va a pasarte nada.- Pero el chico no nos escuchaba. Miraba hacia mi persona sin estar observándome a mí directamente. Sus ojos parecían fijos más allá de mis hombros por donde habíamos pasado segundos atrás.

Por un instante no le di importancia a este hecho dada la condición mental en la que se encontraba mi amigo, por lo que continué con la acción de hacerle colaborar para que pudiésemos poner fin a este tortuoso camino sin éxito alguno. No fue hasta que Jason respaldó sus hechos cuando empecé a inquietarme por si algo me estaba acechando en las sombras bajo la vulnerabilidad de mi persona hacia su invisibilidad acusada en medio de ese torbellino de tensiones que estábamos viviendo.

-“Pero qué demonios… ¡¿¡quién anda ahí!?!”- Las palabras de Jason surcaron los cielos haciéndome estremecer por un momento. Al final parecía ser que el chico había detectado algo que nos había pasado desapercibido en un principio debido al enfoque totalmente centralizado de nuestras mentes que consistía en salir del lugar lo más rápido posible.



Al ver el nerviosismo en Jason, y sin ignorar que no debía dejar de controlar los espasmos descontrolados de Cameron, giré mi rostro en dirección a mis espaldas para escuchar como casi imperceptibles crujidos se acercaban a nuestra posición desde el camino olvidado a nuestras espaldas, haciéndonos ver la tremenda fragilidad de nuestra seguridad dentro de las lindes conductoras hacia nuestro destino.

Tanto Jason como yo nos quedamos inmóviles expectantes a lo que estaba a punto de ocurrir. Solamente el chico había recobrado su actividad mermada por la debilidad y el cansancio, creando bruscas sacudidas para librarse de mi fuerte agarre que no cedía ni un ápice, ante sus movimientos. Jason por su parte, temiéndose lo peor, se liberó de la cuerda con la que transportaba a la criatura, y echó mano a su cinturón donde guardaba su arma, empuñándola con fuerza al frente de sus ojos para hacer frente a lo que se nos acontecía en esos momentos. Ignoraba cuantas balas le quedaban en la recámara después de todo lo que había ocurrido pero confiaba en que Jason fuese cuidadoso y llevase la cuenta para no dejarnos desprotegidos en un descuido de la fatalidad expuesta bajo una mala pasada del estrés acumulado por la desdicha acarreada. –“¡He dicho que quien anda ahí! ¡Vamos da la cara malnacido!”- Mi amigo amenazaba al aire con una valentía indescifrable, mientras yo intentaba con todas mis fuerzas cubrir al chico para evitar una desgracia en la mayor de las medidas. Los dos temíamos ya la peor de las desdichas, pero lo que ambos no esperábamos encontrarnos era con que de vuelta se nos expusiese una voz tan claramente familiar, que en su seguridad de reconocimiento no había en ella ni un ápice de nerviosismo tras nuestra amenaza lanzada en su dirección. –“¡Anda chavalito, deja armar tanto escándalo que vas a acabar haciendo que nos maten a todos!”-.

En cuanto escuché los ecos expuestos me quedé mudo de la impresión. Esa voz solo podía pertenecer a una persona que conocíamos ambos en bastante medida. Al escucharla me quedé prudentemente al margen hasta que me cerciorara de que aludía a quien creía que se trataba para no creer que mi mente me estuviera jugando una mala pasada. Por eso en cuanto nuestro acechante decidió dar la cara tras su relato no me sorprendió para nada de quien estaba devolviéndonos la mirada con una gran sonrisa en la cara. -“Vaya como te han dejado la cara Jason. Ya sabía yo que dejarte ir a por ellos solo era una mala idea. ¿Estáis todos bien?”-. Peep nos miraba avieso de curiosidad a cada uno de nosotros, ignorando todas las desgracias ocurridas que cambiaron nuestras vidas para siempre.

Al verlo Cameron comenzó a zafarse aún más fuerte para romper el agarre que lo detenía para ir a la caza del que había sido su fiel amigo. Peep al verlo malinterpretó su gesto, y pensando que mi persona lo retenía para que el chico no le mostrase ningún gesto de afecto, me dijo aireado. –“Puedes dejarle venir en mi búsqueda que no pienso hacerle nada malo”-. Y antes si quiera de esperar mi respuesta comenzó a acercarse a nosotros con mi terror en aumento por ello, ya que si me zafaba al chico de mis manos no podía controlar lo que pudiera ocurrir a continuación. Intenté por todos los medios agarrarle con aun más fuerza mientras veía la figura de nuestro compañero acercarse con una amplia sonrisa ajeno a todo mal expuesto, al no poder apenas hacerme audible por el esfuerzo realizado, en un intento de advertirle del peligro que conllevaba el contacto. Por suerte, Jason se dio cuenta de lo ocurrido y, utilizándose literalmente como escudo, frenó el avance de Peep metiéndose en medio de los dos, y agarrándole sin amenaza alguna para advertirle brevemente del error que estaba cometiendo. –“Peep, yo que tú no lo haría. Han pasado demasiadas cosas y en estos momentos Cameron no está demasiado amistoso que se diga”-. Al escuchar a nuestro amigo Peep pareció comprender lo que estaba diciéndole su compañero entre líneas, pues con un cambio de expresión bastante notable, y deteniéndose de inmediato de sus intenciones, expuso las siguientes palabras apremiantes para situarnos a salvo, y así analizar los hechos en profundidad. –“Entiendo. Entonces pongámonos en marcha antes de que alguien nos encuentre en esta situación y se aproveche de ella”-. Al escucharle ninguno de nosotros dudo por un segundo en aceptar apremiantemente sus palabras. Por lo que, poniéndonos de inmediato en marcha, seguimos a Peep por el descenso sinuoso que daba a su cabaña semi reparada del ataque provocado por la bestia que se antojaba ya tan lejano, y nos fuimos del camino bosquecino que tanto nos había acechado en esa noche oscura en que la locura acumulada se arrastraba tras nuestros pasos como una sombra aterradora llena de tormento.

Juntos bajamos por la empinada cuesta en conjunto, y mirando a los alrededores para cerciorarnos de que no éramos seguidos por ningún enemigo. Yo iba delante con el chico, y cubriéndome las espaldas estaba Jason con la criatura ayudado por Peep que viendo el estado de nuestro amigo se ofreció a aligerarle ese peso para descender más rápido. Intenté centrarme en el camino sin pensar en el cansancio acumulado que estaba golpeándome cada vez más en mis entrañas. El llevar al chico cada vez me costaba más esfuerzo, y para cuando había acabado de descender el sinuoso sendero me encontraba claramente exhausto. Seguí a duras penas el resto del recorrido, y en cuanto enfocamos la puerta de la cabaña, observé con alivio como se entreabría con cierta prudencia para hacernos entrar sin exponernos demasiado con la luz que afloraba del interior. Magda enseguida se dejó ver desde la seguridad del hogar, y al asimilar la situación, corrió hacia nuestro encuentro para envolvernos en una gigantesca manta que agradecí infinitamente, dándome las fuerzas suficientes para devorar los últimos metros que me separaban de la casa, mientras mi amiga corría hacia Jason para arroparlo con el mismo movimiento. De seguido entramos todos en el modesto habitáculo, y justo cuando se cerró la puerta comenzaron las actividades para situarnos y asegurarnos en ese lugar donde no esperaba más que hostilidad por parte de su súbito dueño rencoroso que aún me miraba con cierto recelo cuando se ofreció a bajar a la criatura a su sótano para eliminar todo rastro de suciedad de la estancia, y poder así hablar tranquilamente tras sus lindes.



En el momento en que Peep desapareció por las escaleras con el monstruo arrastrado por su persona, Jason le pidió a Magda apremiadamente una cuerda haciendo su búsqueda una total y absoluta prioridad. Al escucharlo, Magda en seguida se dio cuenta de su importancia y se desplazó rápidamente hacia una caja situada al tramo de las escaleras para extraer de ella una gran cuerda que le cedió a Jason con un estiramiento de brazo. Una vez obtenido el objeto y ayudándose de mi persona, Jason ató al chico a una silla cercana, para que sus actos no nos dieran disgusto alguno en esa noche acontecida. –“Magda no me mires así. Es absolutamente necesario. En cuanto nos acomodemos te lo contaremos todo. Tomek, ve a asearte tu primero. Alguien tiene que quedarse por si este es capaz de romper las ataduras, y tú eres el que tiene la herida grave más reciente así que en cuanto acabes baja aquí para que Magda pueda curarte mientras me relevas, y ya cuando estemos juntos informamos de la situación. Vamos, apresúrate que no tenemos tiempo que perder”- Magda aun claramente consternada ante el trato que le estábamos dando al niño, asintió mirando en mi dirección para darme su consentimiento a dicho plan, por lo que sin más dilación me encaminé escaleras arriba hacia el cuarto de baño situado en uno de los dormitorios para limpiarme a fondo mientras seguía pensando en la preocupación acusada de la situación que dominaba mi mente en dichos momentos.

Al salir de mi aseo pude observar como la bondadosa mujer había dispuesto un juego limpio de mi ropa encima de la cama a modo de bienvenida. Debía saber de antemano que volvería pues no tenía ropa propia en dicha estancia. Observé las prendas pensando en todo lo que conllevaban. Su gesto caritativo se había convertido también en uno de confianza y esperanza, que llenó mi corazón de agradecimiento porque mi amiga hubiese creído en mis actos en todo momento. Al tener dichos pensamientos en esos momentos tan oscuros me permití sonreír para mí, mientras con un gesto rápido recogía la ropa y me vestía a toda prisa para relevar a mi amigo que al verme, apuró el café que le habían servido, y me relevó en el cuarto de baño dejándome a mí a cargo del chico y de las dos personas avivas de curiosidad a causa de lo que estaba ocurriendo.

Mientras me tomaba mi café Magda comenzó a curarme el hombro, y a exponerme las siguientes palabras llenas de maternidad hacia nuestras personas. –“No sé cómo siempre acabas en el mismo destino pero supongo que este pueblo es lo que le hace a nuestra gente. No te preocupes por él, le he dado un sedante y ahora apenas puede moverse, así que relájate y come algo mientras Jason sigue en la ducha. Yo voy a llevarle su ropa a la habitación para que pueda cambiarse esas sucias prendas. Peep se bueno con él ¿quieres? No necesitamos más disgustos de los que ya tenemos. Ahora vuelvo, chicos. Comportaos adecuadamente por el bien de todos”- Y así con dichas palabras la mujer se fue, dejándome espiritualmente a solas con el hombre que me había increpado terriblemente días atrás.



Al sentirnos solos opté por el silencio mitigado solo por mí escaso sonido al masticar. No quería enzarzarme en una discusión con Peep, y menos después de un agotamiento tan extremado como el que tenía. Mi compañero por su parte, intentaba limpiarle la cara a un durmiente Cameron y en cuanto observó que mi persona no estaba dispuesta a iniciar una conversación, simplemente la comenzó él.-“Anda que menuda habéis montado. No me he enterado de mucho pero no hace falta indagar en profundidad para ver que está todo patas arriba. Seguro que a estas horas medio equipo de Larson estarán buscándoos como locos.”-. Al oír las palabras de mi compañero me lo quedé mirando en silencio. Sabía perfectamente que estaba tanteándome para ver cómo me sentía yo respecto a su desmarque. Seguramente tras la marcha de Jason, y la consideración de Magda hacia mi persona, notaba que la seguridad de sus cavilaciones no tenían peso en nuestros compañeros, y quería ver cuál iba a ser mi próximo movimiento, por lo que decidí ser claro con él al respecto, sin andarme con rodeos como persona honesta que soy.

 –“No tienes por qué hacer esto, Peep. Desde el día en que nuestros caminos se separaron he tenido mucho tiempo para pensar en todo lo que me dijiste y en como enmendar mi comportamiento para que puedas empezar a confiar en mí, pero el único resultado al que he llegado es que no puedo hacer nada al respecto. Esa es tu idea, y la respeto. Solo te pido que aceptes tú también que yo quiera proteger aquellas personas a las que me he acercado tanto en estos días tan imposibles que he vivido aquí”-. Al escucharme Peep sonrió para sí, y miró más allá de mis ojos en el lugar donde posteriormente pude comprobar que se encontraba Magda por detrás de mi espalda escuchándome en silencio. Al ver que había sido tan directo, mi compañero me devolvió unas palabras con misma la dirección que las mías, para que entendiese cuál era su postura al respecto.

–“Intentaba suavizar el ambiente, Tomek. Tras tu marcha Magda y Jason me dejaron muy clara su postura sobre tus intenciones. Yo sigo sin tenerla muy clara pero viendo cómo está la situación dudo que eso sea de alguna importancia ahora mismo, al menos. Así que intentaré colaborar en un objetivo común hasta que tengamos un pequeño respiro de tanta desgracia.”-

Peep terminó su relato dejándome un mal presentimiento indescriptible. No sabría decir concretamente que fue lo que hizo que no asumiese sus palabras del todo, pero ahí estaba, aguijoneando mi interior como un tábano de la desconfianza. Miré de nuevo hacia mis espaldas donde se encontraba Magda y en donde ya comenzaba a descender Jason sin los vendajes que antes cubrían su rostro. Tenía ambos ojos realmente en mal estado, no sabía cómo había podido apañárselas para sobrevivir con todo lo que habíamos pasado. Había sido todo un temerario yendo a rescatarnos en tan mal estado.

Al ver que ambos me devolvían la mirada confiados, volví mi dirección hacia Peep que seguía esperando pacientemente mi reacción a su propuesta. En parte sabía que tenía razón, ya que observando cómo estaban todos, lo mejor era dejar aparcados los resentimientos y cooperar para que nuestros fines comunes llegasen a buen puerto. Por lo que con ese pensamiento en mente, y dejando aparcados mis temores sobre la desconfianza que me profesaba, me decidí con cautela a aceptar el frágil pacto que me ofrecía aquél que había sido mi amigo en un pasado menos doloroso.

–“Me parece una decisión muy correcta dada la situación que estamos viviendo. Cuenta conmigo para llevarla a cabo”- No quise decir nada más para no parecer demasiado entusiasmado con la idea, ya que aunque aceptase, debía mantenerme alerta por si este hombre cambiaba de opinión. Él pareció no esperar nada más tampoco, pues con un asentimiento de cabeza se levantó y se dirigió hacia una mesa lateral donde tenía unos montones de papel bien ordenados y clasificados por tamaños. Me quedé mirándole extrañado, sin saber bien qué hacía realmente. Jason por su parte, se unió en silencio a la expectación del momento sentándose a mi lado y dejando que Magda comenzase a tratarle las heridas mientras ambos miraban de reojo a nuestro compañero, el cual había decidido coger el montón más delgado que se situaba en el extremo derecho de la mesa. En dicho momento lo observó con detenimiento, como si estuviese sopesando alguna decisión, y al segundo de dicha acción se dio la vuelta para acercarse a nosotros con dicho objeto en mano mientras me decía directamente. –“Se dé buena tinta que no crees que sea capaz de cumplir con mi palabra, pero espero que esto sea un paso para hacerte cambiar de idea. Aquí tienes, Tomek. Disfrútalos”-



En dirección a mi lado de la mesa lanzó con suavidad el contenido que poseía en sus manos, dándome a entender que era para mi persona, y dejándonos a todos atónitos con su acción. En silencio recogí lo que parecían tres carpetas bien cerradas, y un cuaderno pequeño de cuero un poco mal trecho mientras a mi lado escuchaba a Jason replicar –“Así que en verdad lo habías cogido y no nos habías dicho nada al respecto. Eso no habla muy a favor de ti, Peep.”- Ni si quiera me giré para ver el rostro de mi compañero ante tales palabras acusadoras. Simplemente levanté extrañado la vista hacia Peep, el cual me estaba observando concienzudamente, y articulé la pregunta que se había formulado tras sus actos en mi mente. –“¿Qué es esto, Peep?”- Logré a decir mientras aun notaba entre mis manos el seco tacto del papel en contraposición con la frialdad del rígido cuero. Peep, por su parte decidió contestarnos a los dos con motivo de disipar cualquier duda que se hubiera producido en el momento.

–“Eso son tus archivos, Tomek. Tuyos y de tus padres. En uno está relatada tu estancia en el sanatorio dada en el pasado, y en el resto de carpetas información sobre cada uno de tus progenitores recolectada por los testaferros hasta el día de su muerte. Los recogí el día que fuimos a por Cameron, pero los guardé para mí a modo de precaución para poder tener un as en la manga por si resultaba que te habías unido a los testaferros y necesitaba negociar contigo. Siento no habéroslo contado a los demás, pero viendo la fe que teníais puesto todos en él creí conveniente que solo conociese su paradero yo, a modo de seguridad. El cuaderno en contraposición a las carpetas es más antiguo, lo encontré hace tiempo en una de las instalaciones de los testaferros en uno de sus descuidos buscando uno de sus informes sobre una criatura en concreto. Es el trabajo de tu madre en su orden relatado directamente por ella a modo de diario. No sé si te servirá de mucha utilidad pero creí que debías tenerlo para conocer un poco más tus raíces.”-

Peep relataba sus explicaciones las cuales escuchaba vagamente a través de mi estupefacción. A estas alturas ya había oído en diferentes ocasiones como se nombraba a mi pasado dentro de esta maldita ciudad como si de un hecho se tratase, mientras yo sabía a ciencia cierta que no era posible por mi marcada infancia en el este. Incluso cuando fuimos a por Cameron y se expuso que buscásemos los papeles que hacían referencia a mi pasado en el centro tenía la certeza de que estos no aparecerían porque jamás habían existido. Pero ahora, todos los pilares centrales de mi conocimiento respecto a mi niñez habían empezado a ser tocados por la simple presencia de los documentos que ahora reposaban en mis manos. Debía estudiarlos con sumo cuidado y escepticismo para no caer del todo en la locura que rodea a esta gente.

De repente, al darme cuenta de todos estos pensamientos aflorados, una terrible añoranza por mi verdadero hogar y mi hermosa familia comenzó a destaparse en mí como si hubiera abierto un objeto a presión. ¿Hacía cuanto que no pensaba en ellos? ¿Cómo estaría mi hogar después de haber pasado tanto tiempo fuera? Por desgracia los que sabía que eran mis verdaderos padres no podían saber lo que me estaba ocurriendo dado que la muerte me los arrebató a ambos en cuestión de meses de diferencia por sendas enfermedades. Pero sabía que el resto de mi amplia familia secundaria debía estar preocupadísima por no saber nada de mí en casi todo un año. Ni si quiera pensé en escribirles en Navidad para exponerles mis mejores deseos. ¿Qué era lo que me estaba sucediendo? No es que antes fuera un devoto de la cercanía pero esa despreocupación no era parte de mí ser. Debía empezar a enmendar mis errores antes de que sus enredaderas me absorbiesen por completo, olvidándome con ellas de quien era yo en realidad.



Mi gran ensimismamiento me dejó en trance mirando los documentos que descansaban en mi mano. Todos se mantenían en silencio para dejarme mi respetado espacio pero, al ver que no exponía ni un sonido, Magda dejó los cuidados de Jason por un momento al margen y, con una mano maternalista en su hombro, me preguntó qué era lo que me estaba sucediendo. –“Tomek, sé que es mucha información de repente así que tranquilo. No tienes por qué asimilarlo todo de golpe. Ve poco a poco, y si necesitas ayuda nosotros te echaremos una mano para que puedas comprender todo lo sucedido contándote nuestro punto de vista. No estás solo en esto. Nos tienes a cada uno de nosotros a tu lado. Se fuerte.”-

Las palabras de Magda fueron como una balsa de aceite para mi conciencia atormentada. Tenía razón. No tenía que procesarlo todo inmediatamente. Ahora había cosas más importantes que tratar como la situación del chico que estaba cabeceando en una silla al fondo totalmente atado. Simplemente, lo trataría más tarde cuando las cosas se hubieran calmado, sin olvidarme esta vez mis verdaderas raíces, y del hecho de que yo sí que tenía gente que aguardaba con deseo mi regreso. Una vez afianzado este pensamiento tendría el valor para enfrentarme a lo que fuese. Magda me había hecho comprender que la realidad podría superarse si me lo tomaba con la calma suficiente, por eso miré hacia su dirección, y le agradecí sus palabras con unas sinceras declaraciones. –“No dudo de que lo haréis. Muchas gracias, Magda. Con todo lo que ha pasado supongo que la situación ha acabado por superarme pero ya estoy mucho mejor.”-

Palmeé con afecto su mano que aun sostenía mi hombro firmemente, y me giré hacia Peep para expresarle también su gratitud por el gesto expuesto. –“Muchas gracias también a ti por todo esto, Peep. No olvidaré este gesto, te lo aseguro”- Peep sonrió ante mis palabras y me contestó algo que debido a su curiosidad innata no me sorprendió en lo más mínimo que sacase a colación el tema a tratar. –“No seas tan cortés que no ha sido nada del otro mundo. Venga, ahora que ya está todo resuelto contadme qué demonios ha pasado para que tengáis estas trazas y tengamos que tener al niño atado como si fuese una horrenda criatura”- Al decime sus palabras miré a Jason el cual me devolvió también la mirada, y asentí como forma de consentimiento para empezar el inquietante relato que cambiaría la historia de mis amigos para siempre, de una manera que ni en mil vidas nos pudiésemos ni imaginar.


Continuará…

viernes, 2 de septiembre de 2016

25. Bajo los muros de la fatalidad (Tercera parte).

Nota: Veinticincoavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Para ir a la primera parte del veinticincoavo capítulo pulse aquí:  Primera parte

-“¡Cierra la maldita boca!”- Jason contestó a las palabras de su hermano con dureza mientras me ayudaba a sacar al chico de su escondrijo a la vista de todos. Con el momento de la emoción no había reparado en su apariencia, pero lo cierto es que tenía un aspecto horrible. Las ropas que le había proporcionado Jack le quedaban tan abundantes, que apenas podía ver como tenía las manos del revestimiento que se las tapaba casi por completo. Su respiración era totalmente agitada, como si le costase un esfuerzo heroico el mantenerse de pie, y por último la brecha de la frente había comenzado a supurar con tal fuerza que temía que se le metiera sangre en los ojos, por lo que me apresuré a decir. –“Necesitamos que alguien le tape la herida antes de que sea fatal para él”-.

Sabía que lo que estaba pidiendo era un sinsentido, ya que las otras dos personas que se encontraban en la sala eran nuestros enemigos que se nos habían cruzado en el camino con nuestro mismo objetivo en mente. Por eso no me extrañó cuando Jack ni se inmutó ante mi comentario. Se quedó ahí plantado observando como hacíamos el esfuerzo infructuoso de tranquilizar a Cameron, mientras este seguía retorciéndose en sí mismo para liberarse. Sin embargo la chica si debió sentir lastima de nosotros pues, después de un momento dubitativo en el que vaciló desde su posición al ver que el testaferro no nos hacía el menor caso, se acercó a la zona donde Jack había esparcido la sábana por el suelo para frenar la sangre de la bestia, y rasgando con sumo esfuerzo un trozo de tela que no había tocado las viscosidades que salían del monstruo, se acercó a nuestra posición con premura, y con un escueto –“Esto debería valer”- le ató el paño en la cabeza a nuestro amigo, mientras Jason y yo le sujetábamos con fuerza para facilitarle la acción a la pobre muchacha que intentaba dejárselo bien sujeto a pesar de los movimientos bruscos de su paciente. Cuando terminó se retiró cautamente para dejarnos avanzar hacia el centro de la estancia, por lo que aproveché su cercanía para agradecerle sus actos altruistas hacia nuestro amigo. –“Poca gente nos habría echado una mano en estas circunstancias después de todo lo vivido. Muchas gracias, de verdad… Por cierto, aún no sabemos tu nombre, o al menos yo no lo conozco. El mío es Tomek Sikorski, vine del Este para escribir un artículo sobre los entresijos de vuestro pueblo y he acabado confinado aquí. Es un placer conocerte”-.

Mis buenos modales parecieron incomodarla un poco pues me puso una cara de incomprensión que hizo plantearme como se presentaba de normal la gente en este lugar. No obstante contestó a mis palabras dejándome claramente atónito ante lo que escuchaba. –“Sí, se quién eres. Todo el mundo te conoce por aquí. Yo soy Freyja Smith, y bueno… vivo aquí desde siempre. No hay nada más raro que contar”-. En cuanto escuché su nombre me quedé extrañado. Jamás había oído nada similar en mi vida, así que intenté preguntarle por su origen para disipar mis dudas. Pero Jason, al verme las intenciones, me explicó las tradiciones de Dunwich brevemente para no alargarnos más en ese tema, y centrarnos así en nuestro amigo, el cual necesitaba toda nuestra atención inmediatamente. –“Que no te extrañe, Tomek. Aquí, los campesinos creen que si ponen a sus hijos nombres de deidades, estarán más exentos de los ataques que ocurren en este pueblo a manos de estas endemoniadas bestias. Es una superstición estúpida que da cuenta de lo ignorantes que pueden llegar a ser algunos. Pero por extraño que parezca entre ellos siempre se ha valorado mucho estas cosas, por eso gente como Hyter que es un tipo de lo más inteligente, sigue con su nombre de campesino a pesar de que reniega de ellos. Porque seguramente en el fondo tenga la costumbre de sentirse más seguro si lo llaman así. Ahora vámonos que no tenemos más tiempo para explicaciones. El resto haced lo que queráis, y como vea que alguien intenta darnos caza durante nuestra azaña, que tenga por seguro que no tendré piedad con él. Así que ni lo intentéis”-.

Freyja ya estaba mirando con odio a mi amigo por haber insultado su cultura de esa forma. Sin embargo, antes de que pronunciase una sola palabra, Jack se hizo notar con su manera habitual de tratar tales situaciones. –“Si no fuera porque conozco lo sumamente imbécil que eres, pensaría que tanto golpe en la cara te había acabado por afectar a esa enorme cabeza que tienes. ¿Acaso te creías que después de todo lo ocurrido os iba a dejar marchar tranquilamente, con una mantita y un café para el camino para combatir el frío nocturno? Ahora sois mis prisioneros. Todos y cada uno de vosotros. Así que no os moveréis de aquí hasta que yo diga. ¿Entendido? Bien, pues ahora entregadme al chaval para que pueda encargarme de él”-



En cuanto expuso sus razones, Jack se acercó a uno de los estantes del sótano, y extrajo de él un rollo de gruesa cuerda que desenroscaba mientras escuchaba los bramidos de su hermano expuestos tras sus palabras. –“¡Si crees que te voy a dejar que le toques un solo pelo te equivocas! ¡Acércate y eres hombre muerto! ¿Me oyes? ¡No voy a permitir que sufra más a tu lado, aunque tenga que entregar mi vida en el intento!”- Jason estaba decidido a pelear hasta el final mientras su hermano le miraba tranquilamente con la cuerda ya desenlazada en sus manos. Era una estampa completamente desoladora que me partía el corazón. Al verles en esa situación tan tensa, en esa casa donde se habían criado juntos, no pude evitar pensar en aquellos padres que habían sacrificado sus vidas metiendo a lo más preciado para ellos en un mismo baúl para protegerles de los horrores externos a su hogar, sin saber que el tiempo haría que se distanciasen de tal horrible manera que ahora esos horrores a los que ellos temían quedaban en un segundo plano debido al peligro que se sucedía al juntarlos a los dos en la misma habitación. Por ello, y por el bien de nuestro pobre muchacho que tanto había padecido en su corta vida, hablé en medio de ese fuego cruzado, intentando suavizar las cosas. –“Chicos por favor, parad. ¿No os dais cuenta de que si seguís mirando cada uno por sus intereses no va a ganar nadie? Sé que todos tenemos rencillas entre nosotros. Yo soy el primero que jamás te perdonaré el que hayas matado a Henry, Jack. Pero hay que pensar que tenemos un asunto delicado entre manos, el cual tenemos que tratar adecuadamente si queremos salir todos con vida de él, antes de que Larson se entere del asunto, y nos liquide a todos. Así que ¿qué me decís? ¿Cooperamos todos hasta que salgamos de este maldito lugar con alguna historia creíble, o nos matamos unos a otros como animales salvajes?”-

  La suave risa de Jack había comenzado a oírse en cuanto mis palabras dejaron entrever el propósito que aguardaba mi mente. Jason no le retiraba ojo a su hermano por miedo de que hubiese encendido en él algún aliciente de que cargase contra nosotros al escuchar tal misiva, quedándose en silencio para no agravar más la situación.  Sin embargo Freyja, a la que parecía que la idea si le había llamado la atención, si se armó de valor para expresar su opinión acerca de mi propuesta, ignorando al testaferro que tenía en frente de ella, y nos amenazaba con la mirada mientras exponía sus ecos. –“Yo con tal de salir de aquí me vale cualquier cosa. No pondré pegas para que os llevéis al hijo de Larson. Todo vuestro. Ya me las apañaré para volver a capturarlo en otra ocasión cuando lo vea por las calles, o algo por el estilo, ya que dudo que pueda volver al ayuntamiento después de la revuelta, y de que este haya visto los planes que me traía entre manos contra el ayuntamiento.”-. Al exponer el último argumento, la chica miró a Jack directamente, como dando a entender que Larson se enteraría de toda esta hazaña en cuanto el testaferro saliese por la puerta. Eso podría perjudicarnos a todos en desmesurada medida, pero por suerte también salpicaba a Jack, el cual no sabía todo lo que se había producido a sus espaldas. Por lo que utilizando esa baza a nuestro favor, me dispuse a dedicarle unas cuantas verdades para que sopesase bien la oferta que anteriormente había despreciado con su risa mortecina.

-“Perfecto. Entonces ahora solo faltas tú, Jack. ¿Qué harás? ¿Dejarás que nos vayamos, o de lo contrario nos clausurarás y sufrirás tú también las consecuencias de tus actos pasados?”- antes de dejarle responder si quiera, metí la mano en mi bolsillo y extraje de él la nota que el hermano de mi amigo había dejado para Hyter en la habitación de Cameron. Al verlo, su expresión cambió por completo ante la atónita sorpresa de ver dicho papel en mi poder. Por ello, aprovechando su momento de incredulidad, continué explicándole las consecuencias que traería seguir por el camino escogido con sus actos realizados. –“A estas alturas ya deberías reconocer que a veces eres tan espontáneo que tú mismo te arrojas hacia el abismo movido por el calor del momento. Este papel lo recogí de la cama del chico cuando volvimos a por él, después de liberarnos del encierro que tú mismo habías permitido. Al leerlo comprendí el principal motivo de tus actos, por lo que entiendo que quieras quedarte con el chico hasta que Larson sepa la verdad sobre su situación, y tome las correspondientes cartas en el asunto al ver como el hombre en el que más confiaba lo había traicionado haciendo daño al ser que más quería en este mundo. Esa meta de vida aunque es confusa, es completamente respetable, y por eso pensaba dejarlo pasar guardándome esta nota para mí mismo, y haciendo así, que no descubrieran tu traición a la orden, para poder evitar al menos, una muerte innecesaria. Pero ahora las cosas han cambiado. Hyter está muerto, y nosotros parece ser que estamos a expensas de tu decisión si no queremos salir dañados. Así que tienes que saber que si vas a ver a Larson con nosotros detrás, no solo explicaré que hemos suplantado tu identidad en el ayuntamiento hace tan solo unos instantes , gracias a que Jason se hizo pasar por ti delante del alcalde, haciendo que tu incompetencia quede bastante mal lugar, ya que no acudiste a la cita que habías planeado con Larson por tener recluido al chico en esta casa, exponiéndole así al peligro de morir en esta noche por haberle abandonado a su suerte en un oscuro rincón mientras se desarrollaba una tremenda batalla campal. Sino que también me encargaré personalmente de que la nota llegue a manos de Larson, para que también tome las medidas pertinentes acerca de tu traición. ¿Qué me dices? ¿Podemos contar ahora con tu discreción, o no?”-



Al escucharme decir que Hyter había fallecido, la chica ahogó un grito de sorpresa ante todo lo que ello conllevaba. Jack por su parte, estaba enfrascado en mi presencia luciendo claramente enfadado ante el rumbo de mis palabras. Parecía que iba a lanzarse a por mi persona en cualquier momento mientras hablaba. Estaba claro que le había trastocado todo su plan, y eso no le gustaba un pelo. Temía haber empeorado más las cosas de lo que ya estaban, pero por suerte, mi amigo salió a respaldarme con premura, aun sabiendo que le había ignorado cuando me expuso que dejase la nota de Jack donde estaba cuando nos la encontramos en la cama. –“Mira, es muy sencillo. O nos dejas largarnos, o estás claramente jodido. En estos momentos dudo que Larson se arriesgue a perderte a ti también, después de que nos hayamos cargado al peso pesado de Hyter hace unos momentos, pero ten por seguro que te va a tratar como a un miserable perro hasta que llegue el día en que ya no le hagas más falta, y entonces tendrás suerte si le da por ser misericordioso a la hora de acabar con tu vida de la manera más rápida posible. Así que tú verás lo que haces. Yo pienso largarme de aquí con o sin tu aprobación. De ti depende que le lleves mi cabeza a Larson como tantas veces te ha pedido con anterioridad, antes de que te sentencie, o no. Tú decides”-.

Ante sus ecos todos nos quedamos en absoluto silencio expectantes a lo que podía ocurrir en dichos momentos. Era el momento clave y todos y cada uno de nosotros lo sabíamos. Hasta Cameron parecía disminuir un poco las contusiones al sentir lo que estaba pasando. Todos nos centrábamos ahora en el hombre que con los dientes sumamente apretados por la inmensa furia que se acumulaba en su interior, nos miraba de una forma deleznable mientras se apuraba para sacarse del cinturón su pistola principal, y apuntar a su hermano directamente con ella, ignorando que había sido yo el que le había expuesto la situación al principio. Todo se centraba en ellos dos ahora. Esperaba con horror el que Jason soltase al crío para hacerle frente, pero por sorpresa dicha acción no sucedió. Mi amigo se le quedó mirando impasible, desde un silencio sepulcral que solo era interrumpido por la irregular respiración de Cameron. La cual Jack ignoraba por completo, pues sin apartar la vista de su objetivo, el testaferro quitó el seguro de su arma, y después de tomarse unos segundos para reflexionar su acción futura, expuso con voz trémula. –“Coged a esa cosa, y largaos ahora mismo de mi casa antes de que me arrepienta.”- Y sin darnos tiempo a reaccionar si quiera, Jack desvió el cañón hacia el techo, disparando sin medida hacia el enganche donde se sujetaba todavía el hacha que sostenía la criatura. Después de varios aciertos se desgarró de su fijación, y cedió haciendo que la bestia cayese de bruces en las escaleras. Al verlo, Jack relajó su postura, dejando la cuerda que colgaba ahora de su brazo, en el suelo para facilitarnos su arrastre, y con un ademán autoritario, me llamó con la mano para que me acercase a él, y siguiese sus instrucciones. –“No me importa lo que le haya pasado a ese malnacido en mi ausencia, pero te advierto que porque me hayas salvado de esta, no significa que yo vaya a hacer lo mismo por ti. Has trastocado mis planes y eso lo pagarás muy caro, tenlo por seguro. Ahora dame esa maldita nota que quiero deshacerme de ella antes de que vuelvas a chantajearme con alguna de tus idioteces”-. Al hablar ya había extendido la mano a modo de presión para que le diese el objeto deseado. El cual le di sin pensármelo dos veces, ya que aunque me hubiese amenazado previamente, mi conciencia actuaba en pos de lo justo. Por lo que creía sin reparos antes de que dijese nada, que lo propio era devolvérsela en cuanto estuviésemos a salvo. Por ello se la cedí sin rechistar ante sus palabras, y en cuanto la tuvo en su poder, se dirigió al resto alzando la voz, para que nos quedasen muy claras sus intenciones acerca de nuestras acciones venideras.

 -“Quiero que quede bien claro una cosa. Esto lo hago por mí y por nadie más. Así que estas son mis condiciones de que os larguéis de aquí sin un balazo de por medio. Quiero que hagáis como que esto no ha sucedido jamás. Nadie hablará a sus compañeros de lo ocurrido en esta sala bajo ningún concepto. Inventaos lo que os dé la gana de esta noche. No me importa lo que digáis, siempre y cuando no me perjudique lo más mínimo. De lo contrario preparaos para afrontar una muerte mucho más aparatosa y dolorosa, que la de ese monstruo que tenéis a vuestras espaldas. De eso podéis estar seguros. Nos vemos en el infierno asquerosos lunáticos.”- Y así sin más, se adentró en la oscuridad que había abrazado Cameron en sus entrañas momentos atrás, y cerró la puerta tras de sí para que nos fuera imposible seguirle hacia sus aposentos.



En cuanto escuché el deslizamiento del cerrojo, otro ruido se nos hizo presente esta vez más cerca de nosotros. Freyja había echado a correr escaleras arriba sorteando la terrible criatura que yacía muerta en su suelo, resbalándose con su sangre en más de una ocasión, sin echar si quiera la vista atrás para dedicarnos unas palabras de despedida.



Cuando desapareció de nuestra vista observé como Jason me miraba con un aire de enfado en mi dirección, por lo que recogiendo la cuerda del suelo, le ayudé a fijar las manos y el torso de Cameron para facilitar su traslado, mientras le decía. –“Sé que estás enfadado por no haberte hecho caso al decirme que dejase la nota donde estaba. Pero has de saber que no lo hice con mala intención. Mi conciencia no me permite ser así de frío, ya lo sabes. No ha tenido nada que ver con ayudarle a él ni nada por el estilo. Si hubiese sido así, no le hubiera chantajeado con ella en cuanto tuve ocasión, y lo sabes. Así que por favor, intenta no hacerte una idea equivocada, y marchémonos de este lugar de una maldita vez”-. Era consciente de lo cansada que sonaba mi voz. Después de este día tan sumamente agotador solo deseaba terminarlo para poder dejarlo atrás lo más pronto posible. Jason debió darse cuenta de ello, pues con lo que parecía una voz más suave de la que tenía preparada en un principio, me contestó a mis ecos con las siguientes palabras. –“Ya no estás en casa, Tomek. O al menos la que considerabas tu casa allá en el este. Aquí no hay lugar para ese tipo de miramientos si no quieres acabar muerto en el intento. Ahora venga, olvidémonos de todo y carga con este, que la bestia es demasiado pesada como para que la arrastres teniendo el hombro en ese estado. No se te ocurra mirarme así. No lo hago porque me lo haya mandado ese perro malnacido. Simplemente es una oportunidad buenísima para diseccionarla y saber que era lo que tramaba Hyter al estudiarlas. Vamos date prisa que esta casa me da escalofríos”-.

En cuanto escuché sus razones asentí y agarré bien al chico para llevármelo conmigo en esta huida de locura. Jason inmediatamente se dispuso a atar a la criatura mientras yo le exponía las dudas que revoloteaban por mi mente a la hora de dar el siguiente paso. –“Sí, en seguida lo tengo dominado. Lo peor ahora será buscar un refugio en el que podamos cobijarnos hasta tenerlo todo controlado. Aunque pensándolo mejor casi era más prudente pensar cómo vamos a sacar a esa bestia por la ventana si estamos los dos casi sin fuerzas. Es una pena que la chica se haya ido tan de repente, entre los tres estoy seguro de que si hubiéramos podido conseguirlo. Aunque no la culpo. La pobre estaba catatónica con todo lo que ha estado pasado. Casi me extraña que no hubiera echado a correr de esa manera antes, ignorando a Jack y todo el peligro que este conllevaba, con tal de salvarse desesperadamente”-. En cuanto acabé de hablar, Jason rio para sí, y se echó la cuerda que le hilaba a la criatura al hombro para poder arrastrarla con todo el peso de su cuerpo. En cuanto lo hizo, probó la resistencia de la misma, y una vez asegurada, comenzó a ascender por las escaleras mientras me tranquilizaba con las siguientes palabras. –“No te encariñes con esa gente, Tomek, que están todos desquiciados. De verdad, cuanto más lejos los tengamos mejor. Venga, apúrate y sígueme. Iremos a la cabaña de Peep por el momento, para que pueda dar uso de este engendro. Y por la salida no te preocupes, nos largaremos por la puerta principal al otro lado de la casa para que ese imbécil se despierte con un putrefacto rastro de sangre por toda la casa, y maldiga así la bendita hora en que nos instó a que nos llevásemos a este saco de maldad. Vamos, en marcha.”-

Al escuchar a mi amigo sonreí para mis adentros, y seguí su guía con el muchacho a cuestas hacia la libertad, sintiéndome de lo más dichoso por contar con una suerte y unas amistades tan esenciales en este maldecido lugar.

Esto ha sido todo por hoy, si se adentran en estos páramos bañados por la desolación recuerden quienes son y actúen en consecuencia. A veces, un pequeño gesto de bondad hacia una animadversada persona puede convertirse en una gran baza que jugar en pos de su bien más preciado, la libertad de su ser en todo su esplendor.
Con afecto.

Tomek Sikorski