viernes, 12 de agosto de 2016

24. Forjando destinos (Segunda parte).

Nota: Veinticuatroavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Para ir a la primera parte del veinticuatroavo capítulo pulse aquí:  Primera parte

En cuanto estuvimos listos para entrar en el ayuntamiento una duda sobre el tratamiento de la acción asaltó mi mente, de modo que la compartí con mi compañero para que entre los dos pudiésemos escoger el mejor camino a seguir. –“Jason, ¿no crees que deberíamos llamar a la puerta mejor, para que alguien nos atienda y podamos ir directamente a ver a Larson?”- Sabía que mi pregunta era algo complicada, puesto que se trataba de ver a nuestro enemigo, y eso conllevaba la perdida absoluta del protocolo usual tratado en estos casos. Pero creía sin embargo, que dicha acción suavizaría el ambiente ya tenso de por sí, para poder llegar así a un acuerdo con nuestro opuesto en el que al menos Cameron saliese beneficiado. Pero por desgracia yo parecía ser el único que pensaba de esa manera, ya que con un resoplido Jason se me adelantó, y comenzó a empujar la puerta mientras me decía –“Déjate de idioteces, Tomek. No hemos venido aquí a tomar el té, así que ponte detrás de mí, y mantente en guardia por lo que pueda pasar”- sellando con ello sin quererlo, nuestro destino en dichos momentos.


En cuanto ambos atravesamos el umbral, nos quedamos expectantes en la entrada tras escuchar unos pasos que comenzaron a resonar en el vestíbulo yendo hacia nuestra dirección. Focalizando el ruido atentamente, me di cuenta de que venían del pasillo colindante al nuestro. Por lo que Jason y yo nos miramos, y nos preparamos para el inminente enfrentamiento que iba a tener lugar en breves momentos. Pero tal precaución fue realizada en vano, pues una mujer a la que reconocía de vista de mi breve estancia en este lugar, aparecía en nuestro rango de visión totalmente desarmada, y sin rasgo de preocupación ninguno en el rostro. Eso a decir verdad nos desconcertó. Me imaginaba que en el ayuntamiento nadie iría armado hasta los dientes de cara a la galería, pero de ahí a que la chica no se tomase la mínima molestia de ser al menos un poco precavida ante nuestra entrada, demostraba la poca confianza que tenía en nuestros esfuerzos por dominar la situación. Sobre todo en cuanto me expuso las siguientes palabras, me di cuenta de lo insignificante que era nuestra amenaza para ella. –“Creía que no llegarías nunca, ¿dónde has estado? Larson lleva esperando por ti desde hace más de una hora. Venga, vamos hasta su despacho antes de que envíe un equipo en tu búsqueda”- La chica, más que malhumorada, parecía molesta ante mi falta de decoro por haber hecho esperar al alcalde. Sin esperar respuesta, se dio media vuelta y comenzó a adentrarse pasillo adelante ante mi mirada estupefacta de ver como se desarrollaban extrañamente los hechos en dicho lugar. Antes de iniciar mi seguimiento hacia su persona, giré la cabeza para visualizar a mi amigo, el cual se encogía de hombros, creyendo que eran asuntos de Larson y míos, pero la realidad era que ni si quiera yo comprendía tal comportamiento, por muchos tratos que hubiera hecho con el alcalde, por eso y con gran prudencia, seguí a la mujer junto con Jason, hacia el despacho de Larson, donde este nos aguardaba con todo su poder expuesto en nuestra contra.

Si soy sincero he de decir, que mientras caminábamos hacia su despacho no pude evitar pensar en la ostentosidad que derrochaba tal emplazamiento. Mirase donde mirara solo encontraba madera bien tratada, arte esculpido o tallado tan milimétricamente que sentía pena por la vista del artista que fuese víctima de tal contrato, y unos suelos perfectamente pulidos que te hacían sentir como de otro mundo al pisarlos con nuestras ropas sucias y ensangrentadas de la pelea. Era la primera vez que podía observar el poder de Larson en toda su magnitud viendo tales barbaridades que acechaban dichas plantas principales. Por lo que comencé a tener dudas de cómo alguien como yo que no poseía tantos posibles y poder como él, iba a intentar negociar con un hombre que aparentemente ya lo tenía todo, cuando mi única baza acababa de ser mutilada por Hyter, y raptada posteriormente por Jack. Comencé a rebanarme los sesos en busca de una respuesta que nos hiciera salir airosos de ahí, pero era algo sumamente complicado, ya que el tiempo jugaba en mi contra, y la puerta del despacho de Larson ya estaba justo al final del pasillo. Al final cuando llegamos a su umbral, intenté serenarme confiando en mi buen juicio, y rezando interiormente para que todo saliese bien, o al menos, todo lo bien que se pueda esperar dentro del juego del diablo en el que estábamos a punto de entrar.


Al alcanzar la puerta nuestra guía frenó delante de su picaporte y con un llamamiento de nudillos anunció su presencia antes de entrar. Esta tuvo su confirmamiento desde el otro lado de manera inmediata, así que se dispuso a abrir las puertas haciendo con ello que la luz intensa del atardecer se filtrase por la abertura haciendo que el despacho adquiriese un tono omnipresente anaranjado que parecía relajar un poco la hostil estancia. Larson estaba sentado en una silla de madera detrás de un escritorio de inmensas dimensiones donde tenía distribuidos un gran montón de papeles a su alrededor. Al vernos se levantó para darnos la bienvenida, aunque no parecía de muy buen humor. Sus ojos estaban fijos en nuestra presencia con una expresión de lo más fría sin esbozar si quiera una ligera sonrisa. Nuestra acompañante fue quien abrió la veda adentrándose en el despacho, y situándose a un lado para darnos a nosotros el centro de atención. Yo por mi parte, comencé mi entrada después de la señorita, y seguido por mi amigo que una vez dentro fue ordenado por el alcalde a cerrar la puerta. Este lo hizo no sin echarle antes una fiera mirada de desaprobación a Larson sobre su mandato. Jason sabía tan bien como yo lo que pretendía nuestro captor, encerrarnos con él en la estancia para así tener todas las de perder en cualquier intento de fuga. Pero aun con esas no nos amedrantamos. En cuanto Jason cerró la puerta se situó a mi lado para estar ambos preparados ante aquello que estaba por venir.

-“Menos mal que apareces por aquí, te recuerdo que habíamos quedado a las 5, y no me gusta nada la impuntualidad. Aunque bueno, viendo vuestra ropa está claro que tienes una gran explicación para todo esto. En fin, vayamos al grano, ¿quieres? Aun no entiendo por qué exigías verme con tanta urgencia, y de la mano de mi hijo que por lo que veo no está con vosotros. ¿Es que ha ocurrido algo, Jack? Quiero que me lo cuentes todo sin miramientos, como solo tú sabes hacer. Venga, comienza a decirme todo lo que sabes.”-.


En cuanto Larson pronunció dichas palabras ambos nos quedamos petrificados en nuestro sitio de la sorpresa mayúscula que nos habíamos llevado. Ahora comprendía porque nos habían tratado con tanta naturalidad momentos antes. Resulta que Jack aún no había aparecido por el ayuntamiento, y se creían que Jason era él. Lo que nos daba una ligera ventaja de encontrarlo antes de que cumpliese con su promesa de entregar al chico a su padre, y ya no hubiese nada que hacer. Lo único que debíamos intentar era salir airosos de dicha reunión para centrarnos en encontrar a Jack. Al que si he de ser sincero, hubiera cambiado con todo mi pesar, a mi amigo por él en estos momentos, ya que la única manera de salir ilesos de esta aventura era que Jason se hiciera pasar por su hermano, cosa que el testaferro hacía sin problemas siempre que podía sin el menor de los reparos. Pero sabía que por mucho que se pareciesen en algunos aspectos, este no era tristemente uno de los señalados. Jason tenía un orgullo tan enorme hacia su causa, y una aberración hacia Jack tan grande, que sabía que iba a delatarse en dicho momento sin tener en cuenta la posibilidad de imitar a su idéntico hermano, por lo que dejando a un lado mis modales, me adelanté a sus palabras contestando por él, para hacerle ver entre líneas que camino creía que era el más óptimo a seguir para salir de este lujoso lugar. –“Siento interrumpir señor Larson, pero me gustaría disculparme como me han enseñado mis progenitores, ante mi presencia en esta reunión tan íntima en estos momentos. No creo que fuera la intención de Jack en un principio, pero la situación ha dado como resultado este encuentro fortuito. Realmente ha sido todo una locura, han atacado el laboratorio, y por poco me cuesta la vida. Jack ha tenido que sacarme de ese infierno, haciendo de escudo humano para que yo pudiese librarme de los ataques que los campesinos intentaban procesar contra mi persona. Ha sido algo impresionante. Creía que no lográbamos librarnos de ellos. Estuvimos horas clausulados en ese lugar, por lo que cuando al fin logramos salir de dicho tormento nos encaminamos directamente hacia su cita, pero si cree que es mejor hablar sin mi presencia dígalo sin tapujos, esperaré encantado en el pasillo con toda la vigilancia necesaria para que sea factible la seguridad de que no voy a escaparme en su ausencia”-.

Tras mis palabras esperé con prudencia a la contestación del alcalde. Técnicamente no había mentido en mi relato, tan solo había obviado un par de verdades para ajustarlo más a la realidad que quería inculcar en el resto de los acompañantes de la sala. Ahora la pelota ya estaba en juego. Todos en dichos momentos me estaban mirando. Jason lo hacía de una manera particularmente molesta al darse cuenta de lo que pretendía con dichos ecos, lo cual increíblemente, también nos servía para nuestra improvisada actuación, ya que estaba poniendo la misma cara de exasperación que Jack exponía cada vez que escuchaba algo que no era de su agrado. Por lo que gracias al engaño parecía que no soportaba mi presencia, más que el hecho real por el que lo hacía, el cual era porque le estaba diciendo lo que debía hacer.


Fuera como fuese, parecía que todos habían pasado por alto nuestro engaño, pues con un ademán tranquilo y confiado que le caracterizaba, Larson contestó a la pregunta que había expuesto en dichos momentos. –“Me parece que el que te quedes o no, no depende de mí esta vez, sino de Jack que es el que tiene algo que contarme, Tomek. Así que él es quien tomará la decisión de si te escoltamos afuera, o te quedas con nosotros hasta saber dónde reubicarte”-.  Era el momento crítico. Todos nos giramos hacia Jason para que se pronunciase, mientras él aún seguía mirando fijamente hacia mi posición. En un momento se hizo el silencio, y como si una cuerda tirase de su cabeza, fue girando tensamente hasta posar sus ojos en los de Larson, el cual esperaba por una respuesta inmediata. Jason entonces se enderezó altivamente, y expuso con un tono totalmente extraño en su persona, pero increíblemente familiar en su hermano, las siguientes palabras, haciendo así la mejor actuación de Jack que había visto jamás. –“Que se quede si le da la gana. Va a morir de todas formas así que no hay peligro alguno. Además así puede saber lo que va a pasar con sus queridos compañeros, y lloriquear un poco por haber sido tan estúpido de creer que los iba a mantener a salvo con esa idiotez de trato”-.

Al escucharle me lo quedé mirando totalmente estupefacto. Había visto a Jack imitarlo con frases sueltas para que no se supiese que era él en realidad, por lo que siempre pensé que el observador de los dos era el testaferro, mientras Jason no miraba para su hermano ni aunque se lo encontrase de frente. Pero ahora que lo había oído hablar con tanta soltura como si fuese el mismo Jack el que estuviese a mi lado, me hacía darme cuenta de mi amigo tenía más presente a su hermano de lo que nos quería hacer creer.

Mi asombramiento debió parecer un atisbo de asustamiento, pues el alcalde se apresuró a contratacar el argumento de mi amigo para tranquilizar mi atemorizada alma. –“Tranquilo Tomek. Jack sabe que no puede tocarte mientras cumplas con el trato, así que por la cuenta que le trae, por mucho que diga no podrá hacerte nada. Jack, que demonios ha pasado en el laboratorio, y por qué no está mi hijo contigo”-. Aunque sus palabras iban en parte dirigidas a mi persona, en todo el rato de la exposición Larson no apartaba la mirada de Jason, como si quisiera recordarle a modo de amenaza intrínseca, las consecuencias de sus acciones ante tal tema. Jason por su parte, no se amedrentó, al igual que no lo hubiera hecho su hermano. Y contestó al alcalde, siguiendo con su impecable actuación. –“Los malditos campesinos atacaron la base para ir a buscar a esa escoria de Charlie. Intenté reducirlos con los secuaces que custodiaban las instalaciones en ese momento, pero entonces llegó Hyter y me dijo que me hiciera cargo de este y de Cameron, para sacarles de allí lo antes posible. Así que primero le recogí a él hecho ya una verdadera mierda, y luego fuimos a por Cameron, pero no lo encontramos en su habitación. Al parecer Jason se lo había llevado aprovechando la batalla del laboratorio. Así que ni idea de donde está a estas alturas”-.

Al escuchar como Jason se autoinculpaba de haberse llevado al chico, un mal presentimiento se cruzó por mi mente. Sabía que era lo más lógico ya que se habían cambiado los papeles, y era necesario para la historia seguir más o menos la línea de los acontecimientos, para no tergiversarla demasiado y correr el riesgo de que se notase nuestra estafa. Pero ponerse así de escaparate ante el mandamás de Dunwich de esa manera me parecía una gran osadía, teniendo en cuenta cómo se las gastaba ante sus enemigos.

Temeroso por lo que se avecinaba, me giré para mirar al alcalde que, en cuanto escuchó la información de boca de mi amigo, pegó un manotazo de frustración encima de la mesa, mientras profanaba. –“¡Maldito hijo de perra, nos la ha jugado pero bien! Es lo peor que nos ha podido pasar, Jack. Ya sabes que el que Cam esté tan pegado a ellos es por culpa de ese desgraciado que le ha lavado el cerebro con su lenguaje moralista, y sus locuras. Voy a mandar que los busquen ahora mismo, para que no alcance a atrincherarse con él en ninguno de sus dominios. ¡Dominique! Ve a avisar a todos aquellos que estén disponibles para que les den caza cuanto antes, ¡vamos, deprisa!”-.

Jamás había visto a Larson tan alterado en su vida. Sus manos agarradas a la mesa estaban tan tensas que lograba ver el blanco de sus huesos por debajo de la piel. Esto se estaba complicando. Si dejábamos que lanzasen la partida de búsqueda, no solo Jack estaría en peligro. Sino todos nosotros al descubrirse toda la artimaña expuesta. Necesitaba buscar alguna excusa que paralizase momentáneamente la exploración hasta que al menos estuviésemos a salvo. Por suerte, no era el único que estaba pensando en lo mismo, pues siguiendo milagrosamente con la actuación con toda esa tensión acumulada, Jason expuso con una fascinante calma la siguiente propuesta. –“Espera Larson, escucha. Si mandamos a un regimiento a por ellos, la gente se dará cuenta de que algo va mal, y podrían encubrirlos en sus casas para protegerlos. Ya sabes que los cazadores son jodidamente respetados por algunos. No es buena idea exponer tan abiertamente que vamos a por ellos. Tenemos que ser más discretos. Iré yo a por él. Sé dónde buscarlo. Cuando me encerraron en ese sótano de mierda, les oí decir que se quedarían ahí por un tiempo. Solo tengo que regresar para ver si encuentro alguno para sacarle algo de información a base de golpes”-.

Jason había agarrado el picaporte mientras hablaba, así que Dominique no pudo salir a dar el aviso a sus compañeros para que iniciasen la búsqueda. Todo estaba ahora en manos del hombre que estaba situado al otro lado de la mesa, y que ahora nos miraba pensativo, sopesando todas las opciones. Si estaba de acuerdo con mi amigo, sería nuestra oportunidad para escapar y buscar a Cameron por nuestra cuenta. Sin embargo, si decía que no, estábamos absolutamente perdidos ante el devenir de los acontecimientos. Por lo que estábamos completamente a su merced, como había sido en mayor o menor medida, siempre hasta ahora.

Larson suspiró ante la incertidumbre que estaba soportando, y por un momento, intentó olvidarse del problema de su hijo para centrarse en lo que realmente le convenía a su guerra de poder. –“Tienes razón, Jack. Si salimos ahí con todo lo que tenemos esos hijos de puta podrán apañárselas para despistarnos, y solo conseguiríamos dejar que el populacho crea que somos débiles ante ellos. Venga ve, llévate a Tomek contigo. Él sabrá mejor que nadie donde pueden estar ocultos. Si das con ellos recuerda esto, la prioridad es Cam. Eso siempre. Pero si puedes, quiero que me traigas también la cabeza de tu hermano. No quiero excusas de por medio como las que me llevas dando hasta ahora. Ese tipo siempre ha sido de lo peor que hemos tenido en este pueblo, y le quiero muerto de una vez por todas, ¿ha quedado claro?”-

Larson estaba de lo más agresivo con el que creía que era su subordinado, por lo que me hizo pensar que esta no era la primera vez que trataban el tema. Sus palabras calaron tanto en mí, que ni si quiera pude ver la silenciosa afirmación de Jason a sus palabras. Tan solo podía pensar en el hecho de que Jack, siendo como era su facilidad de apretar el gatillo, había dado evasivas a Larson para no matar antes a su hermano. Eso me dejó totalmente descolocado, y seguramente a Jason también, que ya me estaba enganchando por mi brazo bueno, para salir de la estancia con un agarre excesivamente fuerte. Me hacía realmente daño con su mano aprisionando exageradamente mi piel, en lo que parecía un acto adrede, sin saber yo muy bien porqué lo hacía, hasta que insistió clavándome las uñas en el antebrazo de una manera realmente dolorosa. Fue entonces cuando por fin comprendí lo que me estaba intentando decir con tal hecho. Él había estado actuando impecablemente durante todo este tiempo pero yo no había dicho nada. Ni si quiera cuando habían expuesto el tema de eliminar a mis amigos. Había estado tan absorto en mis pensamientos que ni si quiera llegué a pensar que yo sería la causa del desmoronamiento de la historia, por lo que rápidamente, me esforcé por interpretar una versión de mí, mucho más asustada por los acontecimientos, de lo que estaba en estos momentos. –“¡No, ni hablar! ¡No voy a colaborar en dar caza a mis amigos! ¡Antes muerto!”- Intenté deshacerme del brazo de Jason para ser más convincente, y continué con mis lamentos por la vía que me resultaba más factible de creer. –“¡Usted me prometió que no les haría nada si colaboraba! ¡No puedo creer que me fiase de su palabra! ¡Jamás volveré a ponerme en sus manos, ¿me oye? Jamás!”- Jason, volvió a agarrarme con fuerza, y me tiró hacia delante para que saliésemos los dos de ahí lo más pronto posible. Lo habíamos logrado. A mis espaldas se escuchaba la respuesta del alcalde a mis lamentos, mientras ya saboreábamos el dulce sabor de la victoria. –“Tranquilo, Tomek, a ti aun no te mataré. No al menos hasta que encuentre la cura que salve a mi hijo. ¡Así que despídete de tus amigos en cuanto puedas porque no volverás a verlos nunca más!”- Y así, con tal amenaza. Abandonamos el habitáculo donde mirando cara a cara al diablo, aprovechamos su instantáneo parpadeo para librarnos de su embate, una vez más.


Una vez fuera del recinto del ayuntamiento, seguí a Jason calle arriba hacia donde estaba nuestra antigua posada. Desde que habíamos salido no habíamos cruzado una sola palabra por precaución, pero al menos ya me había soltado el brazo para avanzar libremente, por lo que me coloqué a su lado, y le pregunté suavemente mirando a mis espaldas por si alguien nos seguía, la pregunta más obvia que podía hacerle en dichos momentos. –“No me puedo creer que estemos caminando libremente por las calles después de todo esto. Nos hemos librado por los pelos, ¿A dónde vamos ahora?”- Estaba oscureciendo, y me costaba ver el rostro tensado de Jason entre los atisbos de oscuridad, por eso su contestación me dejó aún más impactado de lo que lo hubiera hecho de por sí a plena luz del día. –“Vamos a hacer lo que le hemos dicho a Larson que haríamos. Vamos a buscar a Cameron al único sitio después del ayuntamiento al que Jack ha podido llevarlo. A casa de nuestros padres”-.

Eso es todo por hoy, si por casualidades de la vida acabáis en este lugar inhóspito no dudéis en no llevar las clases de interpretación demasiado lejos, o acabaréis tomando decisiones tan enajenadas como las nuestras.
Con afecto.

Tomek Sikorski

No hay comentarios:

Publicar un comentario