viernes, 26 de agosto de 2016

25. Bajo los muros de la fatalidad (Segunda parte).

Nota: Veinticincoavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Para ir a la primera parte del veinticincoavo capítulo pulse aquí:  Primera parte

En cuanto escuchamos el sonido que generaba la criatura al acercase a nuestro destino todos nos quedamos petrificados en el sitio temiendo el horror que nos acontecía. Tan solo Jack reaccionó ante los hechos bramando a los cuatro vientos el inmenso cabreo que sentía tras nuestros actos. –“¡¿¡Se puede saber qué demonios habéis hecho!?!”- El testaferro no esperó respuesta de los presentes, ya que mientras nosotros nos mirábamos incrédulos ante la culpabilidad que nos estaba echando, este se había dirigido hacia uno de los muebles cubiertos que se encontraban en la estancia, y con un ademán rápido quitó la sábana que lo cubría para mostrarnos algo que nos dejaría aún más conmocionados de lo que estábamos en esos momentos.

Lo que se exponía ante nosotros no era ninguna especie de mobiliario de época, como imaginé que sería el objeto señalado en un principio, sino que lo que cubría la lona era una montaña cuidadosamente colocada de una variabilidad de armas totalmente impresionante. En ella había de cualquier cosa que uno se podría imaginar que se pudiese usar como armamento en cualquier revuelta, desde palos con clavos sobresaliendo de sus bordes, hasta escopetas customizadas con cuchillos incluidos.



Jack no se lo pensó dos veces al verlas, pues cargándose a dos manos, escogió un par de armas de entre el montón, y las situó en su cinturón junto con la tercera ya obtenida con anterioridad. El resto salimos de nuestro asombro al notar como la criatura ya se encontraba en la cocina derribándolo todo a su paso en busca de nuestra presencia, y fuimos también a armarnos para tener alguna posibilidad, pero como cabía de esperar, dicho movimiento fue infructuoso pues, encañonándonos rápidamente con una de las armas, no nos dejó ni acercarnos a su alijo más preciado, que protegía incluso en estos momentos tan caóticos como los que estábamos viviendo en estos precisos instantes. –“Alto ahí, atajo de patanes, ¿qué os creéis que estáis haciendo? Estáis dementes si pensáis que voy a dejar que toquéis mis armas. Ya estáis buscando otra manera de salir de este embrollo en el que me habéis metido con vuestra entradita triunfal. ¡Venga, apartad de mi camino o seré yo quien os mate!”- Jack nos amenazaba con el arma cargada mientras la tremenda bestia ya estaba asomando con sus relucientes ojos a través del umbral atenta al ruido que estábamos ocasionando escaleras abajo.



Al verla nos dimos cuenta de que estábamos completamente acorralados en ese maltrecho desván sin posibilidad de escapatoria ninguna, lo que hizo que fuese en parte una reacción esperada lo que ocurrió a continuación. La chica que estaba a nuestro lado sufriendo nuestro mismo destino, al oír las palabras que profanaba Jack, salió a defender su vida rápidamente, arrastrándonos a todos con sus actos. –“¡Cállate demonio, y dame esa pistola que yo me largo! ¡No pienso morir aquí!”- y dicho esto giró por sorpresa hacia su izquierda donde se encontraba Jason, y con intención de quitarlo de en medio para ir hacia el montón de armas que Jack custodiaba, arremetió contra mi amigo con todas sus fuerzas para sorpresa de este que por poco se cae al suelo al no verlo venir. Fue entonces cuando una cadena de sucesos comenzó a desarrollarse al unísono. En cuanto vio lo que sucedía, Jason intentó agarrar a la chica para que parase de increparle, mientras Jack contrariado por los sinsentidos acontecidos, les apuntaba a ambos a la vez que les gritaba que se detuviesen sin lograr ningún efecto en la pelea. Yo por mi parte intenté apartarlos del foco de Jack y de la criatura encorvada, que ya estaba destrozando el marco de la puerta que le impedía acceder a nosotros con súbita fuerza lanzando con sus actos una nube de escombros escaleras abajo hacia nuestra dirección.



Al ver que la situación se estaba desmadrando por momentos, intenté por todos los medios que todo el mundo se tranquilizase para atender al verdadero peligro que nos acechaba a las espaldas, con dichas palabras. –“¡Parad de pelear entre vosotros o acabaremos todos muertos por esa cosa que viene por ahí!”- Jason que ya tenía inmovilizada a la muchacha por los brazos mientras esta seguía forcejeando sin parar para librarse de su agarre, giró la cabeza hacia mi posición al oír mis ecos, y me gritó con fuerza para exponerme de manera altruista las siguientes palabras. –“¡Tomek, escucha! A ti no puede matarte porque sabe que si lo hace Larson iría a por él, así que aprovecha la ventaja y ve a por un arma, ¡rápido! ¡No te preocupes por nosotros! ¡Recuerda que nuestra prioridad es salvar a Cameron, yo ya me las arreglaré!”-

Jason miró a Jack desafiante que aún seguía allí plantado apuntándonos con el arma con los dientes apretados de la frustración que sentía. Sabía que Jason tenía razón, y que no quedaba nada de tiempo para discutirlo, pues la criatura se retorcía chillando por el hueco de la puerta destrozadolo con afán destructor para dar caza a mi amigo que se encontraba justo a escasos metros de ella al umbral de las escaleras. Era ahora o nunca. Así que sin pensar si quiera en que Jack pudiera arriesgarse a dispararme, arremetí contra él con todas las fuerzas que me quedaban, y logré empujarlo lo suficiente para dejar un espacio libre entre él y las armas.



Entusiasmado por la hazaña corrí hacia el armamento y logré coger un revolver que asomaba por encima del montón antes de que Jack pudiese impedírmelo, pero entonces, en cuanto lo tenía sujeto entre mis manos, un golpe directo a mi cabeza hizo que me tambalease y me cayese al suelo totalmente mareado. Jack, se había repuesto de su zarandeo, y me había dado con la parte de la culata de su arma para inhabilitarme. Sentía como mi cabeza daba vueltas al verle alzar el arma de nuevo desde mi posición descendida, para poder dejarme inconsciente en esos momentos de pánico. Pero antes si quiera de que pudiera arremeter de nuevo contra mi persona, un grito helador nos dejó a los dos estupefactos en el sitio, girando la cabeza en la dirección de la que provenía para ver de qué se trataba. La bestia ya había conseguido meter todo su cuerpo por el enanchado hueco, y ahora se deslizaba en dirección a mi amigo, y a la chica completamente catatónica, que miraban con horror como la criatura se les acercaba mientras intentaban escapar a duras penas de su alcance. En cuanto lo vi, grité a pleno pulmón el nombre de mi compañero mientras alzaba el arma para frenar a la bestia sombría que avanzaba rauda a su encuentro. Pero a pesar de mis grandes esfuerzos no era capaz de lograr fijar mi objetivo debido al mareo tan grande que me había propiciado el golpe anterior. Apreté los dientes, y grité de pura frustración. Sabía que este sería el fin para ellos si no me decidía a disparar, pero si lo hacía y erraba en el tiro podría ser yo el que les mandase al final de sus días prematuramente. Era una completa desesperación que me absorbía por completo, dejando en un segundo plano todo lo relacionado con Jack y sus ataques. Por eso imagino que me sorprendió tanto cuando el sonido de su voz retumbó en las paredes desde una posición más alejada de la que se encontraba hacía unos instantes. –“¡Agachaos, todos. Ahora!”-.

En cuanto sentí su voz me arrodillé, y miré hacia su posición pudiendo comprobar como sus palabras venían acompañadas de un acto que revelaba que de un cuchillazo había cortado una cuerda que estaba tensada en la esquina de la estancia. Acto seguido, y temiéndome lo peor, me aprisioné contra el suelo, sintiendo como un aire cortante pasaba velozmente por encima de mi cabeza, direccionándose hacia la zona de las escaleras de manera rauda y veloz, hasta frenar abruptamente con un ruido seco, en lo que parecía algo realmente húmedo. Al sentir el golpe pude escuchar además, como en el acto la criatura comenzó a gritar furiosamente a mis espaldas totalmente desesperada como no lo había hecho antes, por lo que me incorporé levemente para observar la escena de como un hacha de enorme tamaño había hecho contacto en el centro de su pecho, de donde le brotaba una incesante sangre oscura a borbotones que ya comenzaba a resbalar por las escaleras haciendo del sótano un gran escenario dantesco con su presencia.

Jason y la chica, estaban a unos pocos metros de dicha monstruosidad todavía medio agachados observando el horror de como la criatura se retorcía incontrolablemente en su delirio, intentando librarse de semejante tortura. Al verles tan indefensos ante tal temeridad, me apoyé en el suelo para levantarme lleno de ira por todo lo que había sucedido y que aún estaba sucediendo cada día por culpa de esos abominables seres que me habían arrebatado tanto en este lugar, y grité al frente. –“¡Jason, salid de ahí! ¡Voy a acabar con él!”- Dejando tiempo a que mi amigo y la chica salieran del ratio de mi visión para vaciar el cargador contra esa enorme bestia sin molestarme esta vez en apuntar como era debido para aniquilarla de un balazo.



En cuanto terminé pude observar como la criatura colgaba inerte del hacha completamente muerta. Su sangre ahora salía por más orificios causados por las balas, lo que hacía que su olor se mezclase con el de la pólvora liberada, invadiendo toda la estancia en la que nos encontrábamos estupefactos por la situación. Nadie dijo nada por un segundo, tan solo se escuchó mi arma caer contra el suelo en un intento de liberación dada por mi persona sobre lo que acababa de pasar. Con un suspiro miré hacia mi amigo, el cual fue el primero en romper el hielo dedicándome unas palabras de afecto ante mis hechos pasados, como solo él sabía hacerlo. –“Al final no sé cómo lo consigues pero siempre acabas salvándome el pellejo. Muchas gracias Tomek. No se cómo voy a acabar pagándote todas las que te debo pero créeme que lo acabaré haciendo”-. Jason me sonreía abiertamente mientras yo ya negaba con la cabeza ante las palabras expuestas por mi amigo con toda su buena intención. –“En esta ocasión no he sido yo el que te ha salvado, sino él. Si no llega a ser por la trampa que liberó de su atadura, ninguno de nosotros estaríamos aquí en estos momentos. Así que si le debemos algo en estos momentos a alguien es a él, no a mi”-. Señalé con el dedo a Jack que se había dispuesto a esparcir la sábana que tapaba las armas por el suelo para evitar que la sangre estropease el armamento, y con un tono monótono de voz me dedicó unas palabras muy típicas de su persona. –“Tenía mis motivos para ello, así que no me vengas con sentimentalismos de los tuyos que te meto una bala en la cabeza como sigas con el tema”-.

Al escucharle observé como Jason le miraba fijamente sin decir nada. Sabía a la perfección que no iba a darle las gracias a su hermano por haberle salvado, así que no me sorprendió su actitud. Sin embargo la chica sin contenerse lo más mínimo, ya se había adelantado a decirnos unas palabras sobre lo que opinaba de todo este tema al respecto. –“¡¿¡Darle las gracias dices!?! ¡Pero si casi nos matamos por su culpa! ¡Podría haber lanzado el arma colgante cuando la bestia apareció por la puerta, y no lo hizo! Esperó a que casi nos tuviera encima para soltarlo. ¡Solo quería jugar con nosotros!”- La muchacha seguía con los nervios a flor de piel tras el momento sufrido con anterioridad. Estaba claro que por mucho que viviese el terror del pueblo en sus carnes, se las había arreglado para no ser parte de un enfrentamiento tan directo como el que habíamos tenido hacía un instante. Podía ver como su nerviosismo e incomprensión se asemejaban a los míos cuando llegué a este lugar, y no comprendía nada de lo que estaba sucediendo. Por eso quise intentar tranquilizarla, para que en este momento tan tenso pudiese relajarse un poco y hacer así las cosas más amenas. Pero por sorpresa, antes incluso de que yo dijese una palabra acerca del tema, Jason se me adelantó, y le dedicó a la chica unas palabras en defensa de los actos de su hermano. –“La cuerda fue cortada en el momento justo. Sino, con su trayectoria fijada, dudo que le hubiese dado a ese maldito ser en alguna extremidad si quiera, si la hubiera liberado nada más ver que entraba por la puerta. Ahora estamos bien que es lo importante. Así que relájate un poco, y céntrate en el tema al que hemos venido todos a este lugar, porque créeme cuando te digo que no pienso dejar que ni tu ni nadie se lleve a Cameron más que nosotros dos. Por lo que lo único que te queda es maquinar un plan de huida para salir con vida de aquí mientras este nos dice dónde está”-. En dichos momentos Jason miró a Jack que lo observaba altivamente desde su posición en silencio ante sus ecos. Al sentirse señalado, enseguida dio a ver su punto de vista para que no hubiera duda alguna sobre su posición en este aspecto  –“¿Crees que como no os he dejado morir ahora voy a satisfacer todos vuestros caprichos? Suerte tenéis de que no os fría a balazos por ser los causantes de tal alboroto. Ahora salid de mi casa antes de que me arrepienta y os mate a todos”-. Jack volvía a los inicios de cuando creía tener la sartén por el mango, pero lo que no sabía es que el destino iba a hacer de nuevo de las suyas en ese inhóspito lugar.



-“¿Qué es ese ruido?”- En cuanto Jack terminó de hablar, la chica profanó sus amenazas con dicha respuesta, la cual no entendimos de primeras al estar tan centrados en la tensión del momento. En cuanto la escuchamos inmediatamente todos la miramos extrañados en silencio, intentando comprender a que se refería con tales palabras. Fue entonces cuando escuchamos que cerca de su persona, en dirección a donde Jack había salido de improvisto cuando entramos en dicho lugar. Como un sonido corto y sumamente continuado se escuchaba tras las paredes del sótano, haciéndonos ver que algo intentaba abrirse paso suavemente, para acudir a nuestro encuentro.

En cuanto oímos su perceptible eco todos nos quedamos mirando hacia esa dirección alarmados mientras la niña exponía su preocupación sobre quien podría estar causando semejante ruido. –“¿Será otro monstruo de esos que viene por nosotros desde otro lado de la casa?”-. En cuanto soltó dichas palabras ella misma se tensó ante la posibilidad evidente de que tuviese razón, pero adelantándose hacia la dirección del sonido, Jason la relajó con los siguientes argumentos. –“Si hubiera sido uno de ellos ya habría reventado la pared y estaría matándonos a todos. Esto solo puede estar causándolo una persona”-. En ese momento en el que veía ir a mi amigo hacia la puerta escondida por la oscuridad, caí en la cuenta de que podía estar equivocado en sus cavilaciones. Seguramente se pensaba que era Cameron el que estaba originando ese ruido para poder hacerse visible a nuestros ojos. Sabíamos que estaba escondido por el lugar por lo que no sería del todo descabellado. Sin embargo había que tener también en cuenta que la última vez que lo vimos estaba completamente impedido. Por lo que, o había mejorado y era él el que estaba causando tal sonido para captar nuestra atención, u otra cosa era la que estaba originando tal golpeteo, y Jason estaba yendo totalmente confiado hacia su encuentro.

Al ver como mi amigo caminaba con cautela hacia la incertidumbre me embargó el desamparo. Debía pensar con raciocinio para no sufrir otra perdida inminente. Por eso, con dicho pensamiento todavía en mente me dispuse a observar la reacción de Jack, que por sorpresa para mi persona era el más sorprendido de todos por los ecos producidos. Estaba claro que algo estaba fallando en esta situación. Así que decidí ir detrás de Jason, el cual ya se encontraba intentando abrir la antigua puerta, por si algo fuera a ocurrirle en dicha situación. Ya que si hubiese sido Cameron el causante del alboroto, Jack no nos habría dejado dar un solo paso en la dirección indicada. Por eso, con un prudente llamamiento, intenté que mi amigo fuese más cuidadoso para evitar destapar algún peligro con sus actos. –“Espera Jas…”- No logré decir más pues con una mano levantada de espaldas a mi persona, Jason me advirtió que parase mis explicaciones mientras con la otra ya abría con un chirrido la puerta expuesta frente a él. Al verlo me quedé expectante ante lo que podía suceder en dichos momentos, pero lo que ocurrió a continuación superó sin dudas mis conjeturas acerca de lo que se encontraba al otro lado de la puerta, dejando ver lo cruel que es el destino con las personas que más quieres.

Allí delante de Jason se encontraba Cameron, de pie, para asombro de todos, y con la frente repleta de sangre reciente que debió hacerse al golpear la pared con ella. Al verle sentí una inmensa alegría mientras escuchaba a Jack a mis espaldas profanar un –“pero, ¡¿¡cómo demonios lo ha hecho!?!”- lleno de estupefacción. Jason por su parte ya se estaba riendo lleno de alegría mientras se metía en el hueco a por su querido amigo que lentamente le estiraba los brazos para darle también alcance. Era un milagro. Un verdadero acto asombroso que se expandía ante nosotros como un rayo de esperanza. Al fin parecía que Cameron se recomponía de sus males. Pronto le tendríamos de nuevo plenamente entre nosotros y podría sacarle de allí para que tuviese una vida normal y feliz. Este pensamiento me llenó de gozo por lo que intenté salvar los metros que me distanciaban de ellos para celebrarlo con mis amigos, pero el destino quiso que no fuera así, pues mientras avanzaba pude ver como los brazos de Cameron que habían ascendido para abarcar a Jason, quien lo aceptaba alegremente como señal de afecto, se habían levantado demasiado y ahora sus dedos habían comenzado a rodear el cuello de mi amigo, el cual petrificado por la sorpresa del momento, era incapaz de creerse como su querido compañero estaba intentando estrangularlo en ese preciso momento. Al verle grité el nombre de Cameron, y salvé la última distancia que me quedaba para quitarle el agarré a mi amigo, que ya intentaba sujetarle para intentar zafarse de su agarre de manera que no lograra dañarle con sus esfuerzos, sin creerse todavía que el chico estuviera intentando matarle. Si digo la verdad, no me fue nada difícil deshacer el aprisionamiento pues Cameron estaba sumamente débil, y ni si quiera había dejado huella en el cuello de Jason, que ya se lo estaba frotando con sus manos de la impresión que le había dado sentir como su amigo había intentado matarle.


Al ver que lo frenaba, Cameron fue débilmente a intentar cogerme a mí, por lo que le agarré los brazos, y me situé en frente de él para que me viese bien mientras le decía. –“Ey, Cameron, somos nosotros. ¿Nos ves bien? Este es Jason, no Jack. Hemos venido a por ti. Vamos a sacarte de aquí. Vamos, tranquilo. No te me resistas. Vamos, que soy yo, Cam. En serio, para. No hemos venido a hacerte daño. ¿No nos reconoces? Vamos, tranquilo que vas a ser tú el que te hagas daño como sigas así. Vamos, tranquilo. Tranquilo, Cameron. Tranquilo”- Jason ya se situaba a mi lado, y entre los dos logramos reducir las débiles contorsiones que hacía el chico para librarse de mi agarre. Jason me miró con preocupación y yo le devolví la mirada mientras aun sentía el esfuerzo exacerbado que intentaba hacer Cameron para moverse con debilidad contra nuestro agarre. Fue entonces cuando la voz de Jack interrumpió en la escena para exponer en voz alta lo que todos estábamos temiendo secretamente en nuestro interior. –“Parece que Hyter se ha hecho un arma nueva con el chaval. Es una pena. Si no estuviera convencido de que no debe distinguir entre testaferros y cazadores, dejaría que os lo llevaseis para ver como os mata a todos en cuanto recuperase fuerzas. Sin embargo, como me imagino que en cuanto pueda vendrá a por mí sin importarle morir en el intento, me curaré en salud y le mataré antes de que esto vaya a más y tengamos un asesino descontrolado buscándonos sin descanso por todo Dunwich. Venga, apartad que voy a acabar con esto de una maldita vez.”-
Continuará…


No hay comentarios:

Publicar un comentario