viernes, 5 de agosto de 2016

24. Forjando destinos (Primera parte).

Nota: Veinticuatroavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

En cuanto terminé de leer, volví a doblar la nota, y miré a Jason atónito. –“No me lo puedo creer”- expuse ante el asombro mayúsculo de mi amigo. –“Yo tampoco, ese perro nos la ha jugado bien a todos”- se sinceró él ante mis palabras. Los dos nos encontrábamos en un estado de shock ante todo lo vivido, pero esto ya era la gota que colmaba el vaso. El pobre Cameron se encontraba otra vez a merced del antojo de terceros, y ya había sufrido suficiente como para que eso le ocurriese de nuevo, por lo que me aventuré a decir. –“Tenemos que alcanzar a Jack, y arrebatarle a Cameron antes de que haga alguna locura”-. Por suerte mi amigo compartía totalmente mi opinión, por lo que me dijo –“Tienes razón, Tomek. No sé cuánto tiempo habrá pasado desde que se ha llevado a Cam, pero sabemos con certeza hacia donde se dirige, así que con tal de estar en el ayuntamiento a tiempo de frenarle, todo irá bien. Venga, vámonos, que no tenemos tiempo que perder. Deja la nota donde estaba, y larguémonos de una vez de este maldito lugar”-.


En cuanto Jason me expuso tales decisiones me quedé mirando el papel explicatorio aun retenido entre mis manos. En él Jack hablaba de traición, de malas artes hacia los testaferros, y de como nunca había seguido sus intereses salvo cuando los compartían con los suyos propios. Dicha confesión era una prueba irrefutable de condena hacia el hermano de mi amigo, y sabía que si caía en manos inapropiadas podría ser fatal para él, por lo que antes de marchar me aventuré a decir. –“No creo que sea buena idea dejar el papel donde estaba, Jason. Si esto se diese a conocer podríamos crear un cataclismo dentro de los testaferros, y eso no nos conviene en estos momentos. Será mejor que me lo lleve conmigo para hacer como si nunca hubiese existido”-. Jason suspiró exasperado, y no tardó en hacerme frente ante mis actos para intentar hacerme entrar en razón. –“A nosotros eso no nos incumbe para nada, Tomek. ¡¿¡Por qué demonios te empeñas siempre en proteger a Jack con la de barbaridades que ha hecho!?! ¡¿¡No te das cuenta de que incluso ahora mismo acaba de vendernos a Hyter para salirse con la suya!?! ¡Es un trepa, Tomek! Y todo lo malo que le ocurra le es bien merecido. ¡Así que deja ese papel donde estaba, y larguémonos de aquí de una condenada vez!”-. Dicho esto dio media vuelta malhumorado, y se fue de la estancia tan rápido que ni si quiera me había dado tiempo a replicar. Sabía que estaba molesto conmigo por mis actos hacia Jack, y en parte tenía razón en cuanto al tema de que Jack nos metía en problemas siempre que podía sin pensar si quiera en las consecuencias de sus actos. Pero yo sin embargo, creía que por muy rastrero que fuera, su causa no estaba tan lejos de la nuestra. Y el haberse sincerado conmigo en el sótano, junto con el haber ayudado a Cameron de esa manera cuando más lo necesitaba, hacía que pensase que le debía un favor. Sabía de sobra que sonaba totalmente ridículo cuando dicha idea me venía a la mente, pero ciertamente así era. Así que, sin hacer caso a mi amigo, me guardé la nota en el bolsillo de mi pantalón, y acto seguido me fui tras sus pasos, sin hacer el menor comentario de lo ocurrido con anterioridad. Este sería mi secreto y el de nadie más, en pos de acortar un peldaño más hacia mi objetivo de lograr una vida tranquila y pacífica para todos, sin excepción.

No me costó mucho dar alcance a mi amigo a pesar de que se me había adelantado, ya que con una postura petrificada, se encontraba en completo silencio ante las puertas de las escaleras que descendían al piso inferior. Extrañado, me acerqué a su figura aminorando el paso, y en cuanto me puse a su lado, me dijo con un susurro meditado. –“No se te ocurra moverte, Tomek. Tenemos compañía”-.

En cuanto me expuso dichas palabras lo miré extrañado. Si de algo me había cerciorado al salir de la habitación era de que nadie estaba rondado dicho pasillo excepto nosotros. Todo estaba en la más absoluta de las calmas, por lo que no lograba entender su prudencia exacerbada al respecto. Me dispuse a preguntarle para salir de dudas ante tal incertidumbre, pero al ver mis intenciones, Jason se abalanzó sobre mí para taparme la boca y, con un gesto de cabeza, me indicó que atendiese a lo que sucedía escaleras abajo donde habíamos salido impunes de la fuerza de Hyter momentos atrás.
Al principio he de decir que estaba demasiado desconcertado por la manera de actuar de mi compañero como para ver nada anómalo en el estrecho pasillo descendente que se abría ante nosotros, por lo que empecé a preocuparme de que fuera cosa del nerviosismo que estaba padeciendo Jason en estos momentos. Pero justo cuando intentaba retirarle la mano para confesarle que no lograba oír nada, un golpe ahogado retumbó al final del camino, donde la planta inferior se extendía en toda su plenitud. Al escuchar su ruido delator, mi cara debió reflejar el asombro que sentía en mi interior, puesto que Jason no dudó de retirar su mano, ahora que veía que estaba en su mismo presente, para que pudiese preguntarle sobre el asunto, con la misma prudencia con la que lo había hecho él con anterioridad. –“Menudo oído tienes, no había logrado escucharlo hasta ahora, ¿crees que Hyter se ha librado de la bestia y está buscándonos?”-. Jason negó con la cabeza ante mis ecos, y me respondió con una teoría que haría que prefiriese la idea de que ese maldito doctor estuviese tras nuestros pasos. –“No lo creo. Fíjate bien, Tomek. Los sonidos son producidos por pasos fuertes, y erráticos. Por muy fuerte que sea Hyter dudo que pudiese emitir un sonido así de potente, y más después de haberse enfrentado a la bestia. Creo, sinceramente que se trata del monstruo que liberó para acabar con nosotros que ha acabado con su vida, y que ahora viene buscando al resto de sus víctimas. Lo tenemos crudo si queremos salir de aquí sin que nos encuentre. Debemos idear un plan de escape y rápido, si queremos tener alguna posibilidad de sobrevivir”-.


Mientras hablaba podía notar como la mente de Jason ya empezaba a cavilar ideas sobre cómo deshacernos de la bestia sin implicar nuestra exposición a sus ojos. Los dos estábamos malheridos y débiles ante todo lo ocurrido. Si nos encontrásemos frente a frente con una de las criaturas sería nuestro fin. Necesitábamos adelantarnos a sus pasos, y escabullirnos de una manera en la que la monstruosa bestia ignorase nuestra presencia, por lo que me aventuré a decir. –“Necesitamos saber en qué posición está, y cuál es su rumbo. Tú quédate aquí, yo iré a la planta de abajo para asomarme desde la puerta en busca de la localización exacta de la criatura”-. En cuanto expuse mi teoría Jason me agarró por el brazo como acto desaprobatorio. Sabía que no iba a dejar que me arriesgara de tal forma, por lo que agregué un argumento en defensa de la propuesta. –“Venga, Jason, no seas así. Sabes que es la mejor opción para salir ambos con vida. ¿O es que propones ir tú en mi lugar que apenas puedes ver?”- Mis certeras palabras seguían flotando en el aire mientras Jason soltaba mi brazo ante la frustración de saber que tenía razón. Su estado de salud no era el más óptimo de los dos, por lo que sin más remedio, me cedió el riesgo a mí a cambio de una condición. –“Está bien, ve tu delante. Pero yo te sigo de cerca, y como se te ocurra intentar alguna heroicidad osada de las tuyas, juro que te freno a base de golpes”-. Sonreí ante su amenaza, recordando que Jack me había dicho algo similar horas antes en una situación parecida, y acepté su trato con premura, para poder encaminarnos escaleras abajo lo más pronto posible, y analizar así la situación de huida que se nos planteaba en la planta inferior como un panorama totalmente desolador.

Una vez establecido el orden, descendimos por el pasillo estrecho en fila india hasta la puerta inferior colindante. Yo iba en cabeza desarmado, mientras que Jason me seguía con el arma preparada por si debía utilizarla contra el enemigo. Una vez llegado a nuestro destino, pude visualizar como la puerta que antes estaba completamente cerrada, ahora se encontraba semi destrozada por unos ataques proyectados desde el exterior. Sin pensar mucho en ello, eché la culpa a la batalla de los campesinos en el área, y me dispuse a observar desde uno de los recovecos la planta que daba lugar a la libertad. Parecía que todo estaba sumamente destrozado, lleno de sangre, y sobre todo de un polvo grisáceo que cubría la estancia. Sin duda alguna la lucha había causado grandes estragos también en las paredes y en el suelo, que ahora estaba lleno de restos de escombro, y demás artilugios que dificultarían nuestra huida silenciosa. Por suerte, la bestia que creíamos que nos acechaba,  no se encontraría en los alrededores por lo que girando justo la cabeza para hablarle a mi amigo mientras mis ojos aun vigilaban la estancia le dije. –“Jason, todo despejado. Aquí no se ve a nadie. Voy a abrir del todo la puerta para asegurar bien el pasillo, y poder escabullirnos por la puerta antes de que venga alguien.”- Mi amigo asintió extrañado a mis palabras ante el hecho de no encontrar a aquel que originaba el ruido, y juntos nos encaminamos a entrar prudentemente en la sala, para albergar el más absoluto terror que se escondía entre sus paredes.


Andamos con sumo cuidado para no revelar nuestra posición, y una vez situados en medio del pasillo, rotamos nuestros cuerpos para visualizar la estancia en su totalidad. A parte del desastre podíamos ver esperanzados como la salida del edificio situada al norte, estaba despejada a fin de que pudiéramos alcanzarla sin mayor dificultad. Por desgracia, la zona que daba al sótano donde nos habíamos encontrado recluidos también lo estaba, por lo que la capacidad del ataque cobraba importancia en estos momentos. –“Parece que todo está despejado. Venga, vámonos antes de que tengamos problemas”- Jason irrumpió mis pensamientos con dicha afirmación, y sin esperar si quiera respuesta se encaminó hacia la salida, seguido por mi persona que le hacía la siguiente pregunta. –“Lo que no me explico es lo de los cadáveres. Fue una gran batalla en la que debió caer bastante gente, pero sin embargo, ya de la que pasamos antes por aquí, no visualicé ninguno. ¿Cómo habrán podido sacarlos de aquí con tanta rapidez, si el resto de la estancia sigue llena de suciedad?”-. Jason escuchó mi pregunta pacientemente, y sin desfijar la mirada de su objetivo, me contestó con coherencia a mis dudas.-“Ya estaban retirándolos cuando nos bajaron al sótano. Tu ibas inconsciente arrastrado por Hyter así que no lograste verlo, pero te aseguro que ya estaban acabando cuando nosotros fuimos confinados aquí. No te sorprendas. Siempre suelen actuar rápido en estas situaciones. Piensa que tienen un montón de criaturas confinadas para su estudio a las que alimentar. Para ellos es como si les regalasen la comida”-. Seguí andando con prudencia entre los escombros mientras sentía el estómago encogerse ante las palabras de mi compañero. El hecho de que utilizaran a las personas de esa manera me desolaba, sobretodo sabiendo que mi amigo Henry, había sufrido el mismo destino que ellos. No entendía como había alguien capaz de encontrar esa manera de actuar tan inhumana como algo decente en este mundo, pero por desgracia, no me dio tiempo suficiente a madurar dicha idea moralista, pues según nos íbamos acercando a la puerta de salida, un gruñido apareció a nuestra izquierda camuflado entre la oscuridad de un pasillo colindante vecino, que nos indicaba que no estábamos solos.


En cuanto escuchamos sus sonidos guturales supimos que estaba más cerca de lo que podríamos esperar en un principio. Nos apartamos instintivamente hacia el lado contrario en un intento de escapar de su amenaza, pero entonces dimos con la pared que cerraba nuestra huida a la contra, cercándonos en su ratio de visión completamente. No nos quedaba más remedio que confrontarlo, por lo que mi amigo optó por la idea más inteligente dado el caso desesperado en el que nos encontrábamos. –“¡Vamos, corre, Tomek!”- Gritó con todas sus fuerzas mientras se desataba el caos más absoluto. Jason y yo echamos a correr con las pocas fuerzas que nos quedaban hacia la puerta principal, mientras a nuestras espaldas se escuchaba el sonido atronador de una bestia que ya salía de su escondite para darnos caza. Por el sonido parecía la misma que había estado con nosotros confinada en el sótano, pero como todas se parecían tanto, no podía saber con certeza si mi amigo estaba en lo cierto, en lo referente en que había acabado con Hyter y ahora venía a por nosotros, o si era otra pesadilla andante que salía en nuestro encuentro buscando un poco de carne fresca. Fuera como fuese no me paré a averiguarlo. Corrí junto con mi amigo sin mirar a atrás hacia la puerta que nos otorgaba el futuro de la salvación con su presencia.

Eludimos como pudimos su terrible amenaza a nuestras espaldas, y llegamos hasta la salida deseada en pocos segundos. La adrenalina que recorría nuestros cuerpos nos había dado cierta ventaja, pero lo cierto es que con tanto como había pasado, apenas podía mantenerme en pie. El hombro había extendido mi dolor hacia el pecho, y mis esfuerzos por respirar eran cada vez más costosos, por lo que jadeando, intenté tirar con todas mis fuerzas de la manilla junto con Jason que ya estaba echándole las dos manos encima, pero nos fue imposible moverla de su sitio. La puerta estaba cerrada con cerrojo, no podíamos hacer nada excepto dar media vuelta y ver como una bestia roja, jamás vislumbrada por mí en persona, excepto por los detallistas dibujos de Hyter, se nos abalanzaba encima haciendo que cayéramos cada uno a ambos lados de su enorme cuerpo.

Sin saber muy bien cómo. Supongo que caprichos del azar, o que debido a sus numerosas heridas, Jason estaba más cubierto de sangre que yo, y eso la atraía. En cuanto tocamos el suelo, la bestia fue directa a por mi compañero, dejándome a mí en una posible libertad a sus espaldas. Por lo que aproveché para recoger un trozo de pared depositado en el suelo por la batalla, y lanzárselo con todas mis fuerzas al agresor antes de que pudiese hacerle algún daño de gravedad a mi amigo.

En cuanto el proyectil impactó en su cabeza, dejó de zarandear a mi compañero, y giró la cabeza en mi dirección. Preparándose para embestirme lo más prontamente posible, sin darse cuenta de que yo también me estaba preparando para ello. Con un puñado de piedras similares a la anterior en las manos, eché a correr en dirección opuesta mientras sentía los pasos del gigantesco monstruo intentando darme alcance con gran determinación. –“¡Qué demonios te crees que estás haciendo!”- Las palabras de Jason retumbaron con tanto ahínco que hasta la bestia se giró mirando en su dirección. Por lo que volví a llamar su atención con otro impacto, esta vez en su enorme cuello, y sacando fuerzas de flaqueza continué mi rumbo mientras exponía de espaldas a mi receptor la siguiente respuesta. –“¡Tienes una ventana a tu derecha. Utilízala. Yo intentaré hacer lo mismo con esta de aquí!”-  Y mientras le sentía protestar por debajo del estruendo que armaba la pesada criatura, me lancé hacia una ventana cerrada que estaba colindante al pasillo principal llena de suciedad, a causa de toda la trama originada.

Sabía que solo tenía una oportunidad de escapar por ella, ya que, aunque ese tipo de criatura no parecía muy rápida, mi cuerpo tampoco se encontraba en las condiciones óptimas para sacarle más que la ventaja justa para conseguir que no me degollase con sus fuertes brazos, así que lancé todo el peso de mi cuerpo contra el vidrio, mientras imploraba en silencio que todo saliese bien. Por fortuna. El cristal reventó ante mi peso al primer intento, y gracias a ello volé por el caluroso aire de Dunwich hasta el suelo donde la tierra me daba una dura bienvenida haciéndome perder la respiración por un instante de tiempo.

Como había caído boca abajo, tuve que esforzarme en girar mi cuerpo para poder ver como la criatura se retorcía entre los cristales para darme alcance. Necesitaba salir de ahí si quería seguir con vida por lo que me dispuse a incorporarme con premura para echar a correr, pero entonces al intentarlo sentí como una cuchillada interior penetraba en mi pulmón haciéndome chillar de puro dolor. Parecía que me había roto alguna que otra costilla en la caída, y eso ahora me estaba pasando una terrible factura. Mis ansias de aire eran tan preocupantes como el ruido del marco de la ventana cediendo ante mi opresor ganando terreno. No me quedaba más remedio debía continuar aunque me llevase medio pulmón por delante, así que con un grito a dientes apretados de puro dolor, me puse de pie, y como pude, bordee la estancia para encontrarme a Jason en el suelo tirado rodeado por un montón de cristales. –“Como vuelvas a hacer otra locura de esas te mato. Que me perdone Henry pero juro que te mato”- Jason hablaba entrecortadamente mientras se levantaba con más facilidad que yo del suelo. Había imitado mi salto, y ahora los dos nos encontrábamos en la ansiada libertad efímera que tanto habíamos anhelado, aunque en unas terribles condiciones físicas, por lo que me aventuré a preguntar. –“No tenemos muchas fuerzas así que debemos actuar deprisa, ¿dónde crees que podemos interceptar a Jack antes de que entregue a Cameron?”-. A lo que Jason me respondió ya encaminándose hacia el lugar –“A estas alturas ya solo hay un sitio donde pueden estar. En el ayuntamiento visitando a Larson. Así que venga, date prisa y sígueme, antes de que esa bestia nos alcance, y se dé un festín con nuestros malogrados cuerpos.”-. Y así nos fuimos en busca de nuestro amigo, dejando toda una pesadilla atrás, de la que habíamos escapado milagrosamente en este desolado lugar, en donde las almas mortecinas sirven como pasto para alimentar la más insana malicia que asola estos atormentados parajes.


En cuanto nos decidimos comenzamos a correr hacia la espesura del bosque a paso firme sin hacer caso a los ruidos decrépitos que escuchábamos en el edificio por parte de la criatura que aún intentaba infructuosamente, salir de su aprisionado lugar para poder darnos caza. Era completamente insistente, parecía no querer dejar títere con cabeza, por lo que sin aminorar la marcha le pregunté a Jason sobre la duda que me asolaba en esos momentos. –“¿Tú crees que Hyter está muerto?”- Sabía que no era uno de los nuestros, ni nadie por el que mereciese la pena pasar un calvario en este terrible lugar. Ese hombre había sido lo más retorcido y cruel que había pasado por nuestras vidas, por lo que mi preocupación ante el asunto era más por dejar cerrado un capítulo de nuestras vidas, que por la persona en sí. Sabía que era mero placebo, pero el hecho de que Hyter estuviese muerto, parecía arrojar una luz de esperanza hacia nuestro escape de este pueblo. Jason pareció entender mi intencionalidad al exponer mi pregunta, pues sin una reprimenda de por medio a causa de pensar que me preocupo por quien no debo. Esta vez se dedicó a contestarme lacónicamente a mis palabras, sin dejar de correr. –“Viendo a ese demonio que casi acaba con nosotros, si no lo está es que es un jodido monstruo”-. Y tenía razón. Por más que Hyter estuviese completamente entrenado para hacer frente a cualquier obstáculo, ese infortunio fue un revés casi imposible de evitar. Así que con la idea de ese titán aniquilado, avancé con decisión a hacerle frente al mandamás del lugar, con la súbita esperanza de que con ello, consiguiese recuperar a nuestro chico, y junto con él, nuestras ilusiones sobre acabar con esta pesadilla en la que estábamos sumergidos hasta el fondo de nuestras almas, sin posibilidad de recuperar la cordura perdida en el camino.

Avanzamos nuestros pasos por el bosque hasta encontrar el camino hacia el centro del pueblo donde se podía visualizar ya, el edificio en el que una vez yo estuve confinado. El ayuntamiento se erguía por encima de todas las casas con un aspecto omnipresente desde cualquier lado de Dunwich. Ese era nuestro destino, y ambos lo sabíamos. Por lo que una vez localizado, partimos hacia él sin demora, haciendo que nuestros pasos resonasen ya por el empedrado de las aceras de la ciudad. –“Se de sobra que te imaginas el riesgo que corremos al adentrarnos aquí, por lo que no me voy a andar con tonterías. Quiero que me prometas que si caigo, y tienes la oportunidad de escapar, te irás por una vez, y no intentarás hacerte el héroe como siempre haces en cuanto ves el menor peligro.”- Jason miraba al frente, sin si quiera observar mi negativa de cabeza ante su petición, por lo que me dispuse a contestarle con palabras para que no hubiera duda de mi decisión. –“No insistas con ese tema. Sabes de sobra que no lo haré. Aquí o nos vamos todos, o no se va ninguno”-. Yo también miraba al frente para esquivar a las personas que se iban encontrando ya por las calles, y nos observaban con absoluta incredulidad. No obstante, pude observar por el rabillo del ojo como Jason sonreía para sí, y me decía las palabras más alentadoras que había oído hasta la fecha. –“Eres todo un caso, Tomek. Si pudieran verte Henry y tus padres estarían más que orgullosos de ti. Estoy seguro de ello”-. Ahora ya había dirigido la cabeza hacia mi posición para exponerme tal misiva. Era increíble el lazo tan fuerte que se había producido entre ambos en todo este tiempo, hasta tal punto de conocernos el uno al otro tan bien, por lo que le respondí. –“Seguramente lo estarían mucho más de ti, al ver cómo te dejas la piel cada día por nosotros. Eres un gran hombre, Jason, y créeme cuando te digo que me siento totalmente honrado al tenerte como amigo.”-. Y así, con tales palabras de una supuesta despedida por el desconcierto de lo que pasará. Llegamos al frente del ayuntamiento, donde nuestro destino y el de nuestro amigo, se escondían tras dichas puertas.
Continuará…


No hay comentarios:

Publicar un comentario