viernes, 2 de septiembre de 2016

25. Bajo los muros de la fatalidad (Tercera parte).

Nota: Veinticincoavo capítulo del relato, para ir al primer capítulo pulse aquí:  Capítulo 1

Para ir a la primera parte del veinticincoavo capítulo pulse aquí:  Primera parte

-“¡Cierra la maldita boca!”- Jason contestó a las palabras de su hermano con dureza mientras me ayudaba a sacar al chico de su escondrijo a la vista de todos. Con el momento de la emoción no había reparado en su apariencia, pero lo cierto es que tenía un aspecto horrible. Las ropas que le había proporcionado Jack le quedaban tan abundantes, que apenas podía ver como tenía las manos del revestimiento que se las tapaba casi por completo. Su respiración era totalmente agitada, como si le costase un esfuerzo heroico el mantenerse de pie, y por último la brecha de la frente había comenzado a supurar con tal fuerza que temía que se le metiera sangre en los ojos, por lo que me apresuré a decir. –“Necesitamos que alguien le tape la herida antes de que sea fatal para él”-.

Sabía que lo que estaba pidiendo era un sinsentido, ya que las otras dos personas que se encontraban en la sala eran nuestros enemigos que se nos habían cruzado en el camino con nuestro mismo objetivo en mente. Por eso no me extrañó cuando Jack ni se inmutó ante mi comentario. Se quedó ahí plantado observando como hacíamos el esfuerzo infructuoso de tranquilizar a Cameron, mientras este seguía retorciéndose en sí mismo para liberarse. Sin embargo la chica si debió sentir lastima de nosotros pues, después de un momento dubitativo en el que vaciló desde su posición al ver que el testaferro no nos hacía el menor caso, se acercó a la zona donde Jack había esparcido la sábana por el suelo para frenar la sangre de la bestia, y rasgando con sumo esfuerzo un trozo de tela que no había tocado las viscosidades que salían del monstruo, se acercó a nuestra posición con premura, y con un escueto –“Esto debería valer”- le ató el paño en la cabeza a nuestro amigo, mientras Jason y yo le sujetábamos con fuerza para facilitarle la acción a la pobre muchacha que intentaba dejárselo bien sujeto a pesar de los movimientos bruscos de su paciente. Cuando terminó se retiró cautamente para dejarnos avanzar hacia el centro de la estancia, por lo que aproveché su cercanía para agradecerle sus actos altruistas hacia nuestro amigo. –“Poca gente nos habría echado una mano en estas circunstancias después de todo lo vivido. Muchas gracias, de verdad… Por cierto, aún no sabemos tu nombre, o al menos yo no lo conozco. El mío es Tomek Sikorski, vine del Este para escribir un artículo sobre los entresijos de vuestro pueblo y he acabado confinado aquí. Es un placer conocerte”-.

Mis buenos modales parecieron incomodarla un poco pues me puso una cara de incomprensión que hizo plantearme como se presentaba de normal la gente en este lugar. No obstante contestó a mis palabras dejándome claramente atónito ante lo que escuchaba. –“Sí, se quién eres. Todo el mundo te conoce por aquí. Yo soy Freyja Smith, y bueno… vivo aquí desde siempre. No hay nada más raro que contar”-. En cuanto escuché su nombre me quedé extrañado. Jamás había oído nada similar en mi vida, así que intenté preguntarle por su origen para disipar mis dudas. Pero Jason, al verme las intenciones, me explicó las tradiciones de Dunwich brevemente para no alargarnos más en ese tema, y centrarnos así en nuestro amigo, el cual necesitaba toda nuestra atención inmediatamente. –“Que no te extrañe, Tomek. Aquí, los campesinos creen que si ponen a sus hijos nombres de deidades, estarán más exentos de los ataques que ocurren en este pueblo a manos de estas endemoniadas bestias. Es una superstición estúpida que da cuenta de lo ignorantes que pueden llegar a ser algunos. Pero por extraño que parezca entre ellos siempre se ha valorado mucho estas cosas, por eso gente como Hyter que es un tipo de lo más inteligente, sigue con su nombre de campesino a pesar de que reniega de ellos. Porque seguramente en el fondo tenga la costumbre de sentirse más seguro si lo llaman así. Ahora vámonos que no tenemos más tiempo para explicaciones. El resto haced lo que queráis, y como vea que alguien intenta darnos caza durante nuestra azaña, que tenga por seguro que no tendré piedad con él. Así que ni lo intentéis”-.

Freyja ya estaba mirando con odio a mi amigo por haber insultado su cultura de esa forma. Sin embargo, antes de que pronunciase una sola palabra, Jack se hizo notar con su manera habitual de tratar tales situaciones. –“Si no fuera porque conozco lo sumamente imbécil que eres, pensaría que tanto golpe en la cara te había acabado por afectar a esa enorme cabeza que tienes. ¿Acaso te creías que después de todo lo ocurrido os iba a dejar marchar tranquilamente, con una mantita y un café para el camino para combatir el frío nocturno? Ahora sois mis prisioneros. Todos y cada uno de vosotros. Así que no os moveréis de aquí hasta que yo diga. ¿Entendido? Bien, pues ahora entregadme al chaval para que pueda encargarme de él”-



En cuanto expuso sus razones, Jack se acercó a uno de los estantes del sótano, y extrajo de él un rollo de gruesa cuerda que desenroscaba mientras escuchaba los bramidos de su hermano expuestos tras sus palabras. –“¡Si crees que te voy a dejar que le toques un solo pelo te equivocas! ¡Acércate y eres hombre muerto! ¿Me oyes? ¡No voy a permitir que sufra más a tu lado, aunque tenga que entregar mi vida en el intento!”- Jason estaba decidido a pelear hasta el final mientras su hermano le miraba tranquilamente con la cuerda ya desenlazada en sus manos. Era una estampa completamente desoladora que me partía el corazón. Al verles en esa situación tan tensa, en esa casa donde se habían criado juntos, no pude evitar pensar en aquellos padres que habían sacrificado sus vidas metiendo a lo más preciado para ellos en un mismo baúl para protegerles de los horrores externos a su hogar, sin saber que el tiempo haría que se distanciasen de tal horrible manera que ahora esos horrores a los que ellos temían quedaban en un segundo plano debido al peligro que se sucedía al juntarlos a los dos en la misma habitación. Por ello, y por el bien de nuestro pobre muchacho que tanto había padecido en su corta vida, hablé en medio de ese fuego cruzado, intentando suavizar las cosas. –“Chicos por favor, parad. ¿No os dais cuenta de que si seguís mirando cada uno por sus intereses no va a ganar nadie? Sé que todos tenemos rencillas entre nosotros. Yo soy el primero que jamás te perdonaré el que hayas matado a Henry, Jack. Pero hay que pensar que tenemos un asunto delicado entre manos, el cual tenemos que tratar adecuadamente si queremos salir todos con vida de él, antes de que Larson se entere del asunto, y nos liquide a todos. Así que ¿qué me decís? ¿Cooperamos todos hasta que salgamos de este maldito lugar con alguna historia creíble, o nos matamos unos a otros como animales salvajes?”-

  La suave risa de Jack había comenzado a oírse en cuanto mis palabras dejaron entrever el propósito que aguardaba mi mente. Jason no le retiraba ojo a su hermano por miedo de que hubiese encendido en él algún aliciente de que cargase contra nosotros al escuchar tal misiva, quedándose en silencio para no agravar más la situación.  Sin embargo Freyja, a la que parecía que la idea si le había llamado la atención, si se armó de valor para expresar su opinión acerca de mi propuesta, ignorando al testaferro que tenía en frente de ella, y nos amenazaba con la mirada mientras exponía sus ecos. –“Yo con tal de salir de aquí me vale cualquier cosa. No pondré pegas para que os llevéis al hijo de Larson. Todo vuestro. Ya me las apañaré para volver a capturarlo en otra ocasión cuando lo vea por las calles, o algo por el estilo, ya que dudo que pueda volver al ayuntamiento después de la revuelta, y de que este haya visto los planes que me traía entre manos contra el ayuntamiento.”-. Al exponer el último argumento, la chica miró a Jack directamente, como dando a entender que Larson se enteraría de toda esta hazaña en cuanto el testaferro saliese por la puerta. Eso podría perjudicarnos a todos en desmesurada medida, pero por suerte también salpicaba a Jack, el cual no sabía todo lo que se había producido a sus espaldas. Por lo que utilizando esa baza a nuestro favor, me dispuse a dedicarle unas cuantas verdades para que sopesase bien la oferta que anteriormente había despreciado con su risa mortecina.

-“Perfecto. Entonces ahora solo faltas tú, Jack. ¿Qué harás? ¿Dejarás que nos vayamos, o de lo contrario nos clausurarás y sufrirás tú también las consecuencias de tus actos pasados?”- antes de dejarle responder si quiera, metí la mano en mi bolsillo y extraje de él la nota que el hermano de mi amigo había dejado para Hyter en la habitación de Cameron. Al verlo, su expresión cambió por completo ante la atónita sorpresa de ver dicho papel en mi poder. Por ello, aprovechando su momento de incredulidad, continué explicándole las consecuencias que traería seguir por el camino escogido con sus actos realizados. –“A estas alturas ya deberías reconocer que a veces eres tan espontáneo que tú mismo te arrojas hacia el abismo movido por el calor del momento. Este papel lo recogí de la cama del chico cuando volvimos a por él, después de liberarnos del encierro que tú mismo habías permitido. Al leerlo comprendí el principal motivo de tus actos, por lo que entiendo que quieras quedarte con el chico hasta que Larson sepa la verdad sobre su situación, y tome las correspondientes cartas en el asunto al ver como el hombre en el que más confiaba lo había traicionado haciendo daño al ser que más quería en este mundo. Esa meta de vida aunque es confusa, es completamente respetable, y por eso pensaba dejarlo pasar guardándome esta nota para mí mismo, y haciendo así, que no descubrieran tu traición a la orden, para poder evitar al menos, una muerte innecesaria. Pero ahora las cosas han cambiado. Hyter está muerto, y nosotros parece ser que estamos a expensas de tu decisión si no queremos salir dañados. Así que tienes que saber que si vas a ver a Larson con nosotros detrás, no solo explicaré que hemos suplantado tu identidad en el ayuntamiento hace tan solo unos instantes , gracias a que Jason se hizo pasar por ti delante del alcalde, haciendo que tu incompetencia quede bastante mal lugar, ya que no acudiste a la cita que habías planeado con Larson por tener recluido al chico en esta casa, exponiéndole así al peligro de morir en esta noche por haberle abandonado a su suerte en un oscuro rincón mientras se desarrollaba una tremenda batalla campal. Sino que también me encargaré personalmente de que la nota llegue a manos de Larson, para que también tome las medidas pertinentes acerca de tu traición. ¿Qué me dices? ¿Podemos contar ahora con tu discreción, o no?”-



Al escucharme decir que Hyter había fallecido, la chica ahogó un grito de sorpresa ante todo lo que ello conllevaba. Jack por su parte, estaba enfrascado en mi presencia luciendo claramente enfadado ante el rumbo de mis palabras. Parecía que iba a lanzarse a por mi persona en cualquier momento mientras hablaba. Estaba claro que le había trastocado todo su plan, y eso no le gustaba un pelo. Temía haber empeorado más las cosas de lo que ya estaban, pero por suerte, mi amigo salió a respaldarme con premura, aun sabiendo que le había ignorado cuando me expuso que dejase la nota de Jack donde estaba cuando nos la encontramos en la cama. –“Mira, es muy sencillo. O nos dejas largarnos, o estás claramente jodido. En estos momentos dudo que Larson se arriesgue a perderte a ti también, después de que nos hayamos cargado al peso pesado de Hyter hace unos momentos, pero ten por seguro que te va a tratar como a un miserable perro hasta que llegue el día en que ya no le hagas más falta, y entonces tendrás suerte si le da por ser misericordioso a la hora de acabar con tu vida de la manera más rápida posible. Así que tú verás lo que haces. Yo pienso largarme de aquí con o sin tu aprobación. De ti depende que le lleves mi cabeza a Larson como tantas veces te ha pedido con anterioridad, antes de que te sentencie, o no. Tú decides”-.

Ante sus ecos todos nos quedamos en absoluto silencio expectantes a lo que podía ocurrir en dichos momentos. Era el momento clave y todos y cada uno de nosotros lo sabíamos. Hasta Cameron parecía disminuir un poco las contusiones al sentir lo que estaba pasando. Todos nos centrábamos ahora en el hombre que con los dientes sumamente apretados por la inmensa furia que se acumulaba en su interior, nos miraba de una forma deleznable mientras se apuraba para sacarse del cinturón su pistola principal, y apuntar a su hermano directamente con ella, ignorando que había sido yo el que le había expuesto la situación al principio. Todo se centraba en ellos dos ahora. Esperaba con horror el que Jason soltase al crío para hacerle frente, pero por sorpresa dicha acción no sucedió. Mi amigo se le quedó mirando impasible, desde un silencio sepulcral que solo era interrumpido por la irregular respiración de Cameron. La cual Jack ignoraba por completo, pues sin apartar la vista de su objetivo, el testaferro quitó el seguro de su arma, y después de tomarse unos segundos para reflexionar su acción futura, expuso con voz trémula. –“Coged a esa cosa, y largaos ahora mismo de mi casa antes de que me arrepienta.”- Y sin darnos tiempo a reaccionar si quiera, Jack desvió el cañón hacia el techo, disparando sin medida hacia el enganche donde se sujetaba todavía el hacha que sostenía la criatura. Después de varios aciertos se desgarró de su fijación, y cedió haciendo que la bestia cayese de bruces en las escaleras. Al verlo, Jack relajó su postura, dejando la cuerda que colgaba ahora de su brazo, en el suelo para facilitarnos su arrastre, y con un ademán autoritario, me llamó con la mano para que me acercase a él, y siguiese sus instrucciones. –“No me importa lo que le haya pasado a ese malnacido en mi ausencia, pero te advierto que porque me hayas salvado de esta, no significa que yo vaya a hacer lo mismo por ti. Has trastocado mis planes y eso lo pagarás muy caro, tenlo por seguro. Ahora dame esa maldita nota que quiero deshacerme de ella antes de que vuelvas a chantajearme con alguna de tus idioteces”-. Al hablar ya había extendido la mano a modo de presión para que le diese el objeto deseado. El cual le di sin pensármelo dos veces, ya que aunque me hubiese amenazado previamente, mi conciencia actuaba en pos de lo justo. Por lo que creía sin reparos antes de que dijese nada, que lo propio era devolvérsela en cuanto estuviésemos a salvo. Por ello se la cedí sin rechistar ante sus palabras, y en cuanto la tuvo en su poder, se dirigió al resto alzando la voz, para que nos quedasen muy claras sus intenciones acerca de nuestras acciones venideras.

 -“Quiero que quede bien claro una cosa. Esto lo hago por mí y por nadie más. Así que estas son mis condiciones de que os larguéis de aquí sin un balazo de por medio. Quiero que hagáis como que esto no ha sucedido jamás. Nadie hablará a sus compañeros de lo ocurrido en esta sala bajo ningún concepto. Inventaos lo que os dé la gana de esta noche. No me importa lo que digáis, siempre y cuando no me perjudique lo más mínimo. De lo contrario preparaos para afrontar una muerte mucho más aparatosa y dolorosa, que la de ese monstruo que tenéis a vuestras espaldas. De eso podéis estar seguros. Nos vemos en el infierno asquerosos lunáticos.”- Y así sin más, se adentró en la oscuridad que había abrazado Cameron en sus entrañas momentos atrás, y cerró la puerta tras de sí para que nos fuera imposible seguirle hacia sus aposentos.



En cuanto escuché el deslizamiento del cerrojo, otro ruido se nos hizo presente esta vez más cerca de nosotros. Freyja había echado a correr escaleras arriba sorteando la terrible criatura que yacía muerta en su suelo, resbalándose con su sangre en más de una ocasión, sin echar si quiera la vista atrás para dedicarnos unas palabras de despedida.



Cuando desapareció de nuestra vista observé como Jason me miraba con un aire de enfado en mi dirección, por lo que recogiendo la cuerda del suelo, le ayudé a fijar las manos y el torso de Cameron para facilitar su traslado, mientras le decía. –“Sé que estás enfadado por no haberte hecho caso al decirme que dejase la nota donde estaba. Pero has de saber que no lo hice con mala intención. Mi conciencia no me permite ser así de frío, ya lo sabes. No ha tenido nada que ver con ayudarle a él ni nada por el estilo. Si hubiese sido así, no le hubiera chantajeado con ella en cuanto tuve ocasión, y lo sabes. Así que por favor, intenta no hacerte una idea equivocada, y marchémonos de este lugar de una maldita vez”-. Era consciente de lo cansada que sonaba mi voz. Después de este día tan sumamente agotador solo deseaba terminarlo para poder dejarlo atrás lo más pronto posible. Jason debió darse cuenta de ello, pues con lo que parecía una voz más suave de la que tenía preparada en un principio, me contestó a mis ecos con las siguientes palabras. –“Ya no estás en casa, Tomek. O al menos la que considerabas tu casa allá en el este. Aquí no hay lugar para ese tipo de miramientos si no quieres acabar muerto en el intento. Ahora venga, olvidémonos de todo y carga con este, que la bestia es demasiado pesada como para que la arrastres teniendo el hombro en ese estado. No se te ocurra mirarme así. No lo hago porque me lo haya mandado ese perro malnacido. Simplemente es una oportunidad buenísima para diseccionarla y saber que era lo que tramaba Hyter al estudiarlas. Vamos date prisa que esta casa me da escalofríos”-.

En cuanto escuché sus razones asentí y agarré bien al chico para llevármelo conmigo en esta huida de locura. Jason inmediatamente se dispuso a atar a la criatura mientras yo le exponía las dudas que revoloteaban por mi mente a la hora de dar el siguiente paso. –“Sí, en seguida lo tengo dominado. Lo peor ahora será buscar un refugio en el que podamos cobijarnos hasta tenerlo todo controlado. Aunque pensándolo mejor casi era más prudente pensar cómo vamos a sacar a esa bestia por la ventana si estamos los dos casi sin fuerzas. Es una pena que la chica se haya ido tan de repente, entre los tres estoy seguro de que si hubiéramos podido conseguirlo. Aunque no la culpo. La pobre estaba catatónica con todo lo que ha estado pasado. Casi me extraña que no hubiera echado a correr de esa manera antes, ignorando a Jack y todo el peligro que este conllevaba, con tal de salvarse desesperadamente”-. En cuanto acabé de hablar, Jason rio para sí, y se echó la cuerda que le hilaba a la criatura al hombro para poder arrastrarla con todo el peso de su cuerpo. En cuanto lo hizo, probó la resistencia de la misma, y una vez asegurada, comenzó a ascender por las escaleras mientras me tranquilizaba con las siguientes palabras. –“No te encariñes con esa gente, Tomek, que están todos desquiciados. De verdad, cuanto más lejos los tengamos mejor. Venga, apúrate y sígueme. Iremos a la cabaña de Peep por el momento, para que pueda dar uso de este engendro. Y por la salida no te preocupes, nos largaremos por la puerta principal al otro lado de la casa para que ese imbécil se despierte con un putrefacto rastro de sangre por toda la casa, y maldiga así la bendita hora en que nos instó a que nos llevásemos a este saco de maldad. Vamos, en marcha.”-

Al escuchar a mi amigo sonreí para mis adentros, y seguí su guía con el muchacho a cuestas hacia la libertad, sintiéndome de lo más dichoso por contar con una suerte y unas amistades tan esenciales en este maldecido lugar.

Esto ha sido todo por hoy, si se adentran en estos páramos bañados por la desolación recuerden quienes son y actúen en consecuencia. A veces, un pequeño gesto de bondad hacia una animadversada persona puede convertirse en una gran baza que jugar en pos de su bien más preciado, la libertad de su ser en todo su esplendor.
Con afecto.

Tomek Sikorski

No hay comentarios:

Publicar un comentario