Para ir a la primera parte del veinticincoavo capítulo pulse aquí: Primera parte
-“¡Cierra la maldita boca!”- Jason contestó a las palabras
de su hermano con dureza mientras me ayudaba a sacar al chico de su escondrijo
a la vista de todos. Con el momento de la emoción no había reparado en su
apariencia, pero lo cierto es que tenía un aspecto horrible. Las ropas que le
había proporcionado Jack le quedaban tan abundantes, que apenas podía ver como
tenía las manos del revestimiento que se las tapaba casi por completo. Su
respiración era totalmente agitada, como si le costase un esfuerzo heroico el
mantenerse de pie, y por último la brecha de la frente había comenzado a
supurar con tal fuerza que temía que se le metiera sangre en los ojos, por lo
que me apresuré a decir. –“Necesitamos que alguien le tape la herida antes de
que sea fatal para él”-.
Sabía que lo que estaba pidiendo era un sinsentido, ya que
las otras dos personas que se encontraban en la sala eran nuestros enemigos que
se nos habían cruzado en el camino con nuestro mismo objetivo en mente. Por eso
no me extrañó cuando Jack ni se inmutó ante mi comentario. Se quedó ahí
plantado observando como hacíamos el esfuerzo infructuoso de tranquilizar a
Cameron, mientras este seguía retorciéndose en sí mismo para liberarse. Sin
embargo la chica si debió sentir lastima de nosotros pues, después de un
momento dubitativo en el que vaciló desde su posición al ver que el testaferro
no nos hacía el menor caso, se acercó a la zona donde Jack había esparcido la
sábana por el suelo para frenar la sangre de la bestia, y rasgando con sumo
esfuerzo un trozo de tela que no había tocado las viscosidades que salían del
monstruo, se acercó a nuestra posición con premura, y con un escueto –“Esto
debería valer”- le ató el paño en la cabeza a nuestro amigo, mientras Jason y
yo le sujetábamos con fuerza para facilitarle la acción a la pobre muchacha que
intentaba dejárselo bien sujeto a pesar de los movimientos bruscos de su
paciente. Cuando terminó se retiró cautamente para dejarnos avanzar hacia el
centro de la estancia, por lo que aproveché su cercanía para agradecerle sus
actos altruistas hacia nuestro amigo. –“Poca gente nos habría echado una mano
en estas circunstancias después de todo lo vivido. Muchas gracias, de verdad…
Por cierto, aún no sabemos tu nombre, o al menos yo no lo conozco. El mío es
Tomek Sikorski, vine del Este para escribir un artículo sobre los entresijos de
vuestro pueblo y he acabado confinado aquí. Es un placer conocerte”-.
Mis buenos modales parecieron incomodarla un poco pues me
puso una cara de incomprensión que hizo plantearme como se presentaba de normal
la gente en este lugar. No obstante contestó a mis palabras dejándome
claramente atónito ante lo que escuchaba. –“Sí, se quién eres. Todo el mundo te
conoce por aquí. Yo soy Freyja Smith, y bueno… vivo aquí desde siempre. No hay nada
más raro que contar”-. En cuanto escuché su nombre me quedé extrañado. Jamás
había oído nada similar en mi vida, así que intenté preguntarle por su origen para
disipar mis dudas. Pero Jason, al verme las intenciones, me explicó las
tradiciones de Dunwich brevemente para no alargarnos más en ese tema, y
centrarnos así en nuestro amigo, el cual necesitaba toda nuestra atención
inmediatamente. –“Que no te extrañe, Tomek. Aquí, los campesinos creen que si
ponen a sus hijos nombres de deidades, estarán más exentos de los ataques que
ocurren en este pueblo a manos de estas endemoniadas bestias. Es una
superstición estúpida que da cuenta de lo ignorantes que pueden llegar a ser
algunos. Pero por extraño que parezca entre ellos siempre se ha valorado mucho
estas cosas, por eso gente como Hyter que es un tipo de lo más inteligente,
sigue con su nombre de campesino a pesar de que reniega de ellos. Porque
seguramente en el fondo tenga la costumbre de sentirse más seguro si lo llaman
así. Ahora vámonos que no tenemos más tiempo para explicaciones. El resto haced
lo que queráis, y como vea que alguien intenta darnos caza durante nuestra
azaña, que tenga por seguro que no tendré piedad con él. Así que ni lo intentéis”-.
Freyja ya estaba mirando con odio a mi amigo por haber
insultado su cultura de esa forma. Sin embargo, antes de que pronunciase una
sola palabra, Jack se hizo notar con su manera habitual de tratar tales
situaciones. –“Si no fuera porque conozco lo sumamente imbécil que eres,
pensaría que tanto golpe en la cara te había acabado por afectar a esa enorme
cabeza que tienes. ¿Acaso te creías que después de todo lo ocurrido os iba a
dejar marchar tranquilamente, con una mantita y un café para el camino para
combatir el frío nocturno? Ahora sois mis prisioneros. Todos y cada uno de
vosotros. Así que no os moveréis de aquí hasta que yo diga. ¿Entendido? Bien,
pues ahora entregadme al chaval para que pueda encargarme de él”-
En cuanto expuso sus razones, Jack se acercó a uno de los
estantes del sótano, y extrajo de él un rollo de gruesa cuerda que desenroscaba
mientras escuchaba los bramidos de su hermano expuestos tras sus palabras.
–“¡Si crees que te voy a dejar que le toques un solo pelo te equivocas!
¡Acércate y eres hombre muerto! ¿Me oyes? ¡No voy a permitir que sufra más a tu
lado, aunque tenga que entregar mi vida en el intento!”- Jason estaba decidido
a pelear hasta el final mientras su hermano le miraba tranquilamente con la
cuerda ya desenlazada en sus manos. Era una estampa completamente desoladora
que me partía el corazón. Al verles en esa situación tan tensa, en esa casa
donde se habían criado juntos, no pude evitar pensar en aquellos padres que
habían sacrificado sus vidas metiendo a lo más preciado para ellos en un mismo
baúl para protegerles de los horrores externos a su hogar, sin saber que el
tiempo haría que se distanciasen de tal horrible manera que ahora esos horrores
a los que ellos temían quedaban en un segundo plano debido al peligro que se
sucedía al juntarlos a los dos en la misma habitación. Por ello, y por el bien
de nuestro pobre muchacho que tanto había padecido en su corta vida, hablé en
medio de ese fuego cruzado, intentando suavizar las cosas. –“Chicos por favor,
parad. ¿No os dais cuenta de que si seguís mirando cada uno por sus intereses
no va a ganar nadie? Sé que todos tenemos rencillas entre nosotros. Yo soy el
primero que jamás te perdonaré el que hayas matado a Henry, Jack. Pero hay que
pensar que tenemos un asunto delicado entre manos, el cual tenemos que tratar adecuadamente
si queremos salir todos con vida de él, antes de que Larson se entere del
asunto, y nos liquide a todos. Así que ¿qué me decís? ¿Cooperamos todos hasta
que salgamos de este maldito lugar con alguna historia creíble, o nos matamos
unos a otros como animales salvajes?”-
La suave risa de Jack había comenzado a oírse
en cuanto mis palabras dejaron entrever el propósito que aguardaba mi mente.
Jason no le retiraba ojo a su hermano por miedo de que hubiese encendido en él
algún aliciente de que cargase contra nosotros al escuchar tal misiva,
quedándose en silencio para no agravar más la situación. Sin embargo Freyja, a la que parecía que la
idea si le había llamado la atención, si se armó de valor para expresar su
opinión acerca de mi propuesta, ignorando al testaferro que tenía en frente de
ella, y nos amenazaba con la mirada mientras exponía sus ecos. –“Yo con tal de
salir de aquí me vale cualquier cosa. No pondré pegas para que os llevéis al
hijo de Larson. Todo vuestro. Ya me las apañaré para volver a capturarlo en
otra ocasión cuando lo vea por las calles, o algo por el estilo, ya que dudo
que pueda volver al ayuntamiento después de la revuelta, y de que este haya
visto los planes que me traía entre manos contra el ayuntamiento.”-. Al exponer
el último argumento, la chica miró a Jack directamente, como dando a entender
que Larson se enteraría de toda esta hazaña en cuanto el testaferro saliese por
la puerta. Eso podría perjudicarnos a todos en desmesurada medida, pero por
suerte también salpicaba a Jack, el cual no sabía todo lo que se había
producido a sus espaldas. Por lo que utilizando esa baza a nuestro favor, me
dispuse a dedicarle unas cuantas verdades para que sopesase bien la oferta que
anteriormente había despreciado con su risa mortecina.
-“Perfecto. Entonces ahora solo faltas tú, Jack. ¿Qué harás?
¿Dejarás que nos vayamos, o de lo contrario nos clausurarás y sufrirás tú
también las consecuencias de tus actos pasados?”- antes de dejarle responder si
quiera, metí la mano en mi bolsillo y extraje de él la nota que el hermano de
mi amigo había dejado para Hyter en la habitación de Cameron. Al verlo, su
expresión cambió por completo ante la atónita sorpresa de ver dicho papel en mi
poder. Por ello, aprovechando su momento de incredulidad, continué explicándole
las consecuencias que traería seguir por el camino escogido con sus actos
realizados. –“A estas alturas ya deberías reconocer que a veces eres tan
espontáneo que tú mismo te arrojas hacia el abismo movido por el calor del
momento. Este papel lo recogí de la cama del chico cuando volvimos a por él,
después de liberarnos del encierro que tú mismo habías permitido. Al leerlo
comprendí el principal motivo de tus actos, por lo que entiendo que quieras
quedarte con el chico hasta que Larson sepa la verdad sobre su situación, y
tome las correspondientes cartas en el asunto al ver como el hombre en el que
más confiaba lo había traicionado haciendo daño al ser que más quería en este
mundo. Esa meta de vida aunque es confusa, es completamente respetable, y por
eso pensaba dejarlo pasar guardándome esta nota para mí mismo, y haciendo así,
que no descubrieran tu traición a la orden, para poder evitar al menos, una
muerte innecesaria. Pero ahora las cosas han cambiado. Hyter está muerto, y
nosotros parece ser que estamos a expensas de tu decisión si no queremos salir
dañados. Así que tienes que saber que si vas a ver a Larson con nosotros
detrás, no solo explicaré que hemos suplantado tu identidad en el ayuntamiento
hace tan solo unos instantes , gracias a que Jason se hizo pasar por ti delante
del alcalde, haciendo que tu incompetencia quede bastante mal lugar, ya que no
acudiste a la cita que habías planeado con Larson por tener recluido al chico
en esta casa, exponiéndole así al peligro de morir en esta noche por haberle
abandonado a su suerte en un oscuro rincón mientras se desarrollaba una
tremenda batalla campal. Sino que también me encargaré personalmente de que la
nota llegue a manos de Larson, para que también tome las medidas pertinentes
acerca de tu traición. ¿Qué me dices? ¿Podemos contar ahora con tu discreción,
o no?”-
Al escucharme decir que Hyter había fallecido, la chica
ahogó un grito de sorpresa ante todo lo que ello conllevaba. Jack por su parte,
estaba enfrascado en mi presencia luciendo claramente enfadado ante el rumbo de
mis palabras. Parecía que iba a lanzarse a por mi persona en cualquier momento
mientras hablaba. Estaba claro que le había trastocado todo su plan, y eso no
le gustaba un pelo. Temía haber empeorado más las cosas de lo que ya estaban,
pero por suerte, mi amigo salió a respaldarme con premura, aun sabiendo que le
había ignorado cuando me expuso que dejase la nota de Jack donde estaba cuando
nos la encontramos en la cama. –“Mira, es muy sencillo. O nos dejas largarnos,
o estás claramente jodido. En estos momentos dudo que Larson se arriesgue a
perderte a ti también, después de que nos hayamos cargado al peso pesado de
Hyter hace unos momentos, pero ten por seguro que te va a tratar como a un
miserable perro hasta que llegue el día en que ya no le hagas más falta, y entonces
tendrás suerte si le da por ser misericordioso a la hora de acabar con tu vida
de la manera más rápida posible. Así que tú verás lo que haces. Yo pienso
largarme de aquí con o sin tu aprobación. De ti depende que le lleves mi cabeza
a Larson como tantas veces te ha pedido con anterioridad, antes de que te
sentencie, o no. Tú decides”-.
Ante sus ecos todos nos quedamos en absoluto silencio
expectantes a lo que podía ocurrir en dichos momentos. Era el momento clave y
todos y cada uno de nosotros lo sabíamos. Hasta Cameron parecía disminuir un
poco las contusiones al sentir lo que estaba pasando. Todos nos centrábamos
ahora en el hombre que con los dientes sumamente apretados por la inmensa furia
que se acumulaba en su interior, nos miraba de una forma deleznable mientras se
apuraba para sacarse del cinturón su pistola principal, y apuntar a su hermano
directamente con ella, ignorando que había sido yo el que le había expuesto la
situación al principio. Todo se centraba en ellos dos ahora. Esperaba con
horror el que Jason soltase al crío para hacerle frente, pero por sorpresa
dicha acción no sucedió. Mi amigo se le quedó mirando impasible, desde un
silencio sepulcral que solo era interrumpido por la irregular respiración de
Cameron. La cual Jack ignoraba por completo, pues sin apartar la vista de su
objetivo, el testaferro quitó el seguro de su arma, y después de tomarse unos
segundos para reflexionar su acción futura, expuso con voz trémula. –“Coged a
esa cosa, y largaos ahora mismo de mi casa antes de que me arrepienta.”- Y sin
darnos tiempo a reaccionar si quiera, Jack desvió el cañón hacia el techo,
disparando sin medida hacia el enganche donde se sujetaba todavía el hacha que
sostenía la criatura. Después de varios aciertos se desgarró de su fijación, y
cedió haciendo que la bestia cayese de bruces en las escaleras. Al verlo, Jack
relajó su postura, dejando la cuerda que colgaba ahora de su brazo, en el suelo
para facilitarnos su arrastre, y con un ademán autoritario, me llamó con la
mano para que me acercase a él, y siguiese sus instrucciones. –“No me importa
lo que le haya pasado a ese malnacido en mi ausencia, pero te advierto que
porque me hayas salvado de esta, no significa que yo vaya a hacer lo mismo por
ti. Has trastocado mis planes y eso lo pagarás muy caro, tenlo por seguro.
Ahora dame esa maldita nota que quiero deshacerme de ella antes de que vuelvas
a chantajearme con alguna de tus idioteces”-. Al hablar ya había extendido la
mano a modo de presión para que le diese el objeto deseado. El cual le di sin
pensármelo dos veces, ya que aunque me hubiese amenazado previamente, mi
conciencia actuaba en pos de lo justo. Por lo que creía sin reparos antes de
que dijese nada, que lo propio era devolvérsela en cuanto estuviésemos a salvo.
Por ello se la cedí sin rechistar ante sus palabras, y en cuanto la tuvo en su
poder, se dirigió al resto alzando la voz, para que nos quedasen muy claras sus
intenciones acerca de nuestras acciones venideras.
-“Quiero que quede
bien claro una cosa. Esto lo hago por mí y por nadie más. Así que estas son mis
condiciones de que os larguéis de aquí sin un balazo de por medio. Quiero que
hagáis como que esto no ha sucedido jamás. Nadie hablará a sus compañeros de lo
ocurrido en esta sala bajo ningún concepto. Inventaos lo que os dé la gana de
esta noche. No me importa lo que digáis, siempre y cuando no me perjudique lo
más mínimo. De lo contrario preparaos para afrontar una muerte mucho más
aparatosa y dolorosa, que la de ese monstruo que tenéis a vuestras espaldas. De
eso podéis estar seguros. Nos vemos en el infierno asquerosos lunáticos.”- Y
así sin más, se adentró en la oscuridad que había abrazado Cameron en sus
entrañas momentos atrás, y cerró la puerta tras de sí para que nos fuera
imposible seguirle hacia sus aposentos.
En cuanto escuché el deslizamiento del cerrojo, otro ruido
se nos hizo presente esta vez más cerca de nosotros. Freyja había echado a
correr escaleras arriba sorteando la terrible criatura que yacía muerta en su
suelo, resbalándose con su sangre en más de una ocasión, sin echar si quiera la
vista atrás para dedicarnos unas palabras de despedida.
Cuando desapareció de nuestra vista observé como Jason me
miraba con un aire de enfado en mi dirección, por lo que recogiendo la cuerda
del suelo, le ayudé a fijar las manos y el torso de Cameron para facilitar su
traslado, mientras le decía. –“Sé que estás enfadado por no haberte hecho caso
al decirme que dejase la nota donde estaba. Pero has de saber que no lo hice
con mala intención. Mi conciencia no me permite ser así de frío, ya lo sabes. No
ha tenido nada que ver con ayudarle a él ni nada por el estilo. Si hubiese sido
así, no le hubiera chantajeado con ella en cuanto tuve ocasión, y lo sabes. Así
que por favor, intenta no hacerte una idea equivocada, y marchémonos de este
lugar de una maldita vez”-. Era consciente de lo cansada que sonaba mi voz.
Después de este día tan sumamente agotador solo deseaba terminarlo para poder
dejarlo atrás lo más pronto posible. Jason debió darse cuenta de ello, pues con
lo que parecía una voz más suave de la que tenía preparada en un principio, me
contestó a mis ecos con las siguientes palabras. –“Ya no estás en casa, Tomek.
O al menos la que considerabas tu casa allá en el este. Aquí no hay lugar para
ese tipo de miramientos si no quieres acabar muerto en el intento. Ahora venga,
olvidémonos de todo y carga con este, que la bestia es demasiado pesada como
para que la arrastres teniendo el hombro en ese estado. No se te ocurra mirarme
así. No lo hago porque me lo haya mandado ese perro malnacido. Simplemente es
una oportunidad buenísima para diseccionarla y saber que era lo que tramaba
Hyter al estudiarlas. Vamos date prisa que esta casa me da escalofríos”-.
En cuanto escuché sus razones asentí y agarré bien al chico
para llevármelo conmigo en esta huida de locura. Jason inmediatamente se
dispuso a atar a la criatura mientras yo le exponía las dudas que revoloteaban
por mi mente a la hora de dar el siguiente paso. –“Sí, en seguida lo tengo
dominado. Lo peor ahora será buscar un refugio en el que podamos cobijarnos
hasta tenerlo todo controlado. Aunque pensándolo mejor casi era más prudente
pensar cómo vamos a sacar a esa bestia por la ventana si estamos los dos casi
sin fuerzas. Es una pena que la chica se haya ido tan de repente, entre los
tres estoy seguro de que si hubiéramos podido conseguirlo. Aunque no la culpo.
La pobre estaba catatónica con todo lo que ha estado pasado. Casi me extraña
que no hubiera echado a correr de esa manera antes, ignorando a Jack y todo el
peligro que este conllevaba, con tal de salvarse desesperadamente”-. En cuanto
acabé de hablar, Jason rio para sí, y se echó la cuerda que le hilaba a la
criatura al hombro para poder arrastrarla con todo el peso de su cuerpo. En
cuanto lo hizo, probó la resistencia de la misma, y una vez asegurada, comenzó
a ascender por las escaleras mientras me tranquilizaba con las siguientes
palabras. –“No te encariñes con esa gente, Tomek, que están todos desquiciados.
De verdad, cuanto más lejos los tengamos mejor. Venga, apúrate y sígueme. Iremos
a la cabaña de Peep por el momento, para que pueda dar uso de este engendro. Y
por la salida no te preocupes, nos largaremos por la puerta principal al otro
lado de la casa para que ese imbécil se despierte con un putrefacto rastro de
sangre por toda la casa, y maldiga así la bendita hora en que nos instó a que
nos llevásemos a este saco de maldad. Vamos, en marcha.”-
Al escuchar a mi amigo sonreí para mis adentros, y seguí su
guía con el muchacho a cuestas hacia la libertad, sintiéndome de lo más dichoso
por contar con una suerte y unas amistades tan esenciales en este maldecido
lugar.
Esto ha sido todo por hoy, si se adentran en estos páramos bañados por
la desolación recuerden quienes son y actúen en consecuencia. A veces, un
pequeño gesto de bondad hacia una animadversada persona puede convertirse en
una gran baza que jugar en pos de su bien más preciado, la libertad de su ser
en todo su esplendor.
Con afecto.
Tomek Sikorski
No hay comentarios:
Publicar un comentario