Para ir a la primera parte del veintisieteavo capítulo pulse aquí: Primera parte
Al escucharla todos la miramos desconcertados. Su compañera
parecía apoyarla en su decisión así que no era ninguna locura de las suyas.
Ambas habían venido a llevarse al chico con toda decisión mientras tres hombres
las enfrentaban en la puerta. Su valentía era más que innegable pero sabía que
en esta ocasión al menos, teníamos las de ganar. Y por lo que escuché a
continuación no era el único en pensarlo, pues Jason se adelantó a exponerles
la situación en la que se encontraban para no malgastar más la mañana en la que
nos encontrábamos. –“Teniendo en cuenta cómo eres no me extraña nada que te
hayas atrevido a venir aquí sin pensar si quiera en que no tuviéramos
condescendencia contigo y te pegáramos un tiro nada más aparecer por la puerta.
Así que solo te lo diré una vez. Fuera de aquí las dos ahora mismo, o no
llegáis vivas para la hora de la comida. Estáis avisadas”-. Jason se las quedó
mirando mientras yo aún asimilaba la crudeza de sus palabras. Pocas veces había
visto a mi amigo tan arisco con alguien, y mucho menos en una situación de
relativa paz como la que estábamos viviendo en estos momentos. Debía de tener
muy presente el peligro que corría el chico ya de por sí, para que Freyja lo
aumentara con sus arriesgadas decisiones.
Al recibir sus amenazas las chicas se miraron de reojo
entre ellas y entonces sin replicar palabra decidieron pasar a la acción. He de
reconocer que en dicho instante no me di cuenta en el acto de lo que estaba a
punto de suceder, pero al ver su metódica coordinación me temí lo peor. La
mujer que acompañaba a nuestra conocida asintió con la cabeza a la mirada de
esta, y con suma rapidez, subió el arma que sostenía entre su mano y disparó
tres veces al marco de la puerta haciéndonos apartarnos de la impresión y del
ruido que ensordecía ya nuestros oídos. En cuanto se produjo dicho acto, una
nube de polvo se había instalado en la habitación haciéndome ver a medias como
la menuda figura de Freyja se colaba en la casa ignorando los gritos que debían
ser de Jason en un intento de advertirnos de algo que no podía oír debido al
intenso pitido que colapsaba mi cerebro.
Viendo que la chica tomaba posición en la casa intenté
moverme para detenerla, pero entonces la enfermera que me había tratado con
anterioridad se abalanzó sobre mí y me pegó con la culata de su pistola en la
cabeza, haciendo que un intenso mareo abrazara mi consciencia y me llevase
hacia el suelo en contra de mi voluntad.
Mientras caía sentí como todo y todos se desvanecían casi en
el acto en que mi visión se tornaba borrosa, dejándome fuera de escena por unos
escasos momentos hasta que me reestabilicé apoyándome en el suelo con ayuda de
mi rodilla y mi mano que lograron sostenerme en tan duros momentos, hasta que
al fin recuperé mis mermados sentidos casi al completo, y pude ver la dantesca
escena que se levantaba ante mi como un coloso que amenazaba con llevarse todo
por lo que habíamos luchado en unos segundos de incertidumbre.
Jason había tomado la delantera y ya se encontraba
encañonando con un arma a la enfermera literalmente acorralada, mientras la
chica había sido agarrada por Peep, al cual le podía distinguir las siguientes
palabras que le ofrecía a Freyja, a la vez que ella pataleaba frenéticamente
para librarse de su inquisitivo agarre. –“Vamos criaturita no me lo pongas
difícil que no soy de los que hacen daño así porque sí a los que son de mi misma
especie”-. Eso pareció cabrear más a Freyja que con una voz más ronca de lo
habitual surgida por el agarre expuso –“¡Yo jamás seré como tu asqueroso
cazador!”- y dicho esto le mordió con fuerza en el hombro pillando de sorpresa
a Peep, el cuál lanzó un grito de dolor y la soltó por acto reflejo, haciendo
que la chica aprovechara la debilidad momentánea de mi amigo, para echar a
correr hacia la puerta más cercana que tenía a mano. La que daba al sótano
exactamente. Intenté recobrar el equilibrio mientras le gritaba que se
detuviese en un intento de frenar su avance, sabiendo que si veía lo que se
escondía en las entrañas de la casa iba a enloquecer siendo ella tan inestable
como era. Pero por más que lo intenté me fue inútil, ya que mientras me
levantaba pude ver su figura desaparecer entre la oscuridad que daba paso al
pasillo estrecho que llevaba hacia la zona de desmembramiento que habíamos
efectuado minutos atrás, seguida con un grito tan agónico que alarmó de toda la
locura oculta en esos cimientos en los que nos encontrábamos viviendo en esos
momentos.
Con el eco de sus voces su compañera abrió los ojos asustada
temiéndose que alguno de nosotros estuviese acechado en las sombras pillándola
de sorpresa o algo peor. Por lo que intentó girarse para ir en su búsqueda,
pero Jason la tenía demasiado bien acorralada. No pudo moverse ni un milímetro
mientras sentía como unos pasos apresurados volvían descubriendo un rostro rojo
bañado en lágrimas que parecía al punto del colapso. La niña había regresado
tras sus pasos, y con un altísimo volumen de voz bramó las siguientes palabras
–“¡¿¡Pero qué demonios hacéis con esos bichos!?! ¡Estáis todos locos! ¿me oís? ¡Malditamente
locos!”- La chica hablaba apresuradamente mientras la extrañeza de su compañera
y de Jason entraban en contraposición con la actitud calmada de Peep, y en
cierta manera de mi persona que parecía más apenada que otra cosa al saber la
atrocidad que se encontraba allí abajo. Al ver el ataque de histeria que estaba
sufriendo la niña, intenté hablar para suavizar el ambiente y rebajar el nivel
de caos que había en la sala, pero cuando me estaba acercando hacia ella
suavemente para encararla, una voz extrañada surgió a mis espaldas con un leve
–“Pero, ¿qué está pasando aquí?”- que nos anunciaba que Magda había vuelto a
casa.
Fue como si su voz nos devolviera a todos a la realidad del
mundanal exterior, alejándonos del caos interno que habíamos sufrido hasta su
llegada. En cuanto escuchamos la atónita pregunta todos nos quedamos estáticos
mirando en su dirección revelando la batalla campal que se había originado en
la casa. Nadie dijo nada en el momento indicado intentando mantener su posición
para evitar ser atacado por el enemigo. Tan solo Jason se vio más libre de
intervenir, ya que el acorralamiento a su víctima era tan seguro que se podía
permitir el lujo de distraerse mientras le explicaba la situación a nuestra
compañera. –“Resulta que estas dos han venido a por el chico y como nos hemos
negado a dárselo han irrumpido por la fuerza para llevárselo”-.
Sus palabras fueron suficientes para que Magda entrase en un
estado de ira total. Con gran resolución soltó las bolsas que llevaba encima y
fue a por Freyja que era la última de su bando por contener. Esta que ya estaba
algo nerviosa, intentó correr hacia alguna apertura que le permitiese librase
de su destino, pero no encontró alternativa al encontrarse con Peep y mi
persona cortándole el paso. Fue entonces cuando mi compañera la agarró con
fuerza por el brazo, y con un súbito movimiento impropio en una persona tan
afable como ella, le expuso las siguientes palabras. –“¿Con todo el daño que
habéis creado todavía tenéis la poca decencia de presentaros aquí para venir a
por nuestro niño? Que poca vergüenza tenéis. Si no fuese porque ya tenemos
demasiados enemigos creedme que de aquí no ibais a salir. No soporto vuestra
presencia ni a un kilómetro de distancia. Así que iros de aquí si no queréis
que cambie de opinión”- En dichos momentos, y sin soltar a la chica del brazo,
Magda paseó la mirada entre nosotros mientras exponía la siguiente sentencia.
–“Jason, Tomek, cogedlas y llevadlas hasta el bosque para alejarlas de esta
casa lo máximo posible mientras yo voy a echarle un vistazo al chico”- Magda
hablaba de una manera tan ahogada que sabía que estaba conteniendo muchísimo su
temperamento a pesar de que se estaba comportando de una manera completamente
ilógica para lo que solía ser su humor habitual. Al decir tales palabras empujó
a Freyja en mi dirección donde cayó en mis brazos torpemente mientras decía. –“¡No
lo entiendes! ¡Tenemos que llevárnoslo para intentar curarle! ¡Es la única
forma de salvarnos!”-
Freyja gritaba aferrada a mis brazos mientras yo la sostenía
con fuerza para evitar que su nerviosismo la empujase a hacer alguna locura. Al
oírla me quedé de lo más extrañado de sus palabras. Yo pensaba que estaban
siguiendo con el plan inicial que nos había contado en casa de los Alvery, no
que estuviesen aquí por una razón diferente. Miré hacia Peep que estaba a mi
lado mirando directamente a la niña con su curiosidad a flor de piel. Sabía lo
que estaba a punto de hacer, por lo que me adelanté a sus intenciones
preguntándole –“¿qué quieres decir con eso de que es la única forma de
salvaros?”- a la chica con la esperanza de que al formular yo la pregunta
Freyja se confiase y explicase sus palabras aunque fuera de forma vaga para
entender que estaba pasando en el ayuntamiento.
Al escucharme Freyja se apretó más contra mi pecho y empezó
a sollozar para sus adentros mientras me exponía entrecortadamente los
siguientes argumentos –“Un esbirro de Larson ha estado a primera hora de la
mañana en nuestro campamento buscando a Cameron. Venía hasta arriba de sangre y
nos dijo que si el hijo de Larson no aparecía nosotros seríamos los siguientes
en morir en sus manos. Al principio no sabía a quién se estaba refiriendo así
que me fui a casa de Jack para que me dijese dónde podía encontraros ¡pero
estos tipos habían pasado a por él primero y estaba todo destrozado y lleno de
sangre! Así que volví a los campos para informar y decidimos ir a vuestras
casas para intentar cogerle y salir con vida de todo esto. Tomek, por favor,
deja que nos lo llevemos. Si no lo hacemos vendrán a por vosotros también. No
se detendrán hasta no tenerlo entre sus filas, y si lo ven de este modo
pensarían que hemos sido nosotros. Tomek, tu eres el único que puede
comprenderlo… por favor…por favor…”-.
Mientras escuchaba las palabras de Freyja una sola cosa
ocupaba mi mente durante toda su exposición. Jack. Jack ya no estaba en su
casa. Jack había sido víctima de esos malnacidos que lo habían acogido en su
bando. Al comprender lo que esos hechos representaban en la realidad, miré
hacia Jason que se encontraba al otro lado de la sala observándola fijamente
con clara estupefacción mientras aún seguía encañonando a la compañera de
Freyja, la cual se mantenía en silencio ante los hechos narrados por su amiga.
Peep, por su parte mostraba una grata sorpresa en el rostro como si todo lo que
estuviese contando la chica le fascinase completamente. Tan solo Magda que
seguía con una clara mueca de enfado se adelantó a contestar a la niña para
cortar su súplica hacia mi persona. –“Déjale en paz que por mucho que le
ruegues no va a ayudarte a suicidar a Cam dejándolo ir con vosotros. El que
tengáis problemas con Larson es solo asunto vuestro. El chico seguirá con
nosotros indefinidamente, y si los testaferros se atreven a poner un pie en
esta casa ya nos encargaremos nosotros de hacerles frente. Ahora marchaos antes
de que tengáis que temerme a mi más que al alcalde. Vamos chicos andando que os
quiero tener aquí lo más pronto posible para dejar atrás todo esto y poder
cuidaos como es debido. Venga, adelante”-.
Magda nos hacía señales hacia la destrozada puerta donde se
filtraba la pálida luz del día. Jason para mi impresión, no dijo absolutamente
nada. Tan solo hizo gestos a su rehén con su arma para que avanzase hacia el
exterior, por lo que yo también realicé dicho acto, sujetando a Freyja por los
hombro y guiándola lagrimosa hacia la puerta, donde una vez traspasada, dejamos
atrás a Peep intentando repararla con una sonrisa en la cara mientras nos
despedía con la mano aun ensangrentada de su desapacible acto anterior.
Comenzamos pues nuestra andadura en un sepulcral silencio
por parte de todos los presentes dispuestos para la expedición. Tan solo
nuestras pisadas daban cuenta de que dejábamos atrás la cabaña en la que
estábamos establecidos para ir en dirección al bosque con las derrotadas chicas
que iban claramente cabizbajas bajo nuestro mandato. Freyja seguía agarrada por
mi persona siguiendo los pasos de Jason el cual iba apuntando a su amiga para
que fuera en cabeza abriendo el paso. Todo iba normal hasta que la niña comenzó
a resbalarse por el terreno empinado haciendo que mi cuerpo también estuviese a
punto de perder la estabilidad por culpa de retener el peso de su cuerpo en
equilibrio. Fue entonces cuando Jason claramente afectado por la anterior
conversación comenzó a gritar sin sentido alguno. –“¡¿¡Quieres subir en paz y
no intentar hacer caer a Tomek a propósito para hacer alguna otra estupidez de
las tuyas!?!”- Jason se volvió hacia nosotros totalmente fuera de sí, sin dejar
de apuntar al frente con su arma. Freyja aún bajo mi sustento intentó
defenderse como pudo de tal ofensa que todos veíamos que era a causa de otra
preocupación –“¡Cállate! ¡Tengo los zapatos llenos de sangre por culpa de
vuestras locuras! ¡Suerte tenéis de que no nos hayamos despeñado ya con estas
trazas!”-.
Al escucharla mi amigo me miró extrañado pidiéndome con su
expresión una explicación de lo sucedido en el sótano, por lo que mientras le
indicaba que siguiese adelante para aligerar la tensión que había en el grupo,
le expliqué el porqué de las palabras de la niña –“Peep estaba descuartizando
la criatura que nos atacó en casa de Jack cuando ellas aparecieron”- Al nombrar
al hermano de mi amigo me di cuenta de que no había sido una buena idea viendo
como estaban los ánimos de Jason después de enterarse de la noticia. Yo también
estaba preocupado pero era algo de lo que nos debíamos ocupar más adelante.
Ahora debíamos concentrarnos en llevar a las chicas fuera de nuestro rango. Freyja
al oírme arrugó la nariz extrañada y corrigió mis argumentos dejando al resto
del grupo atónitos ante sus opiniones. –“¿De qué estás hablando? Ese bicho no
era el que nos atacó en la casa. Era otro distinto”-. En cuanto lo expuso no
pude evitar apretar sus hombros. Quería acabar con esto de una vez y ella no
estaba ayudando en absoluto a que esa situación se diese, así que cuando acabó
de hablar relaté los siguientes ecos para dejar el tema más que zanjado
–“Podría ser. Con tanta viscosidad no me había dado cuenta de que no era la
misma. Venga sigamos que no podemos estar tan alegremente por ahí con todo lo
que está pasando.”-.
Gracias al cielo me hicieron caso y acabamos con la
conversación llegando al bosque minutos después. Allí frenamos nuestro avance y
dejamos que las chicas se fuesen a su morada sin intentonas de negociación
sobre otro posible escenario. Una vez que las vimos marchar mi amigo y yo dimos
la vuelta hacia la cabaña a solas por lo que aproveché para palmear su espalda
a modo de apoyo, pero él, viendo mis intenciones, me dejó las cosas bien claras
antes incluso de comenzar a hablarle –“Se lo que vas a decirme, Tomek y te lo
agradezco. Pero ahora mismo necesito ordenar mis pensamientos antes de decidir
nada. Así que si no te importa me gustaría estar en silencio por el resto del
camino, ¿Te parece?”-.
Al hablarme sobre su decisión Jason me devolvió el gesto
afectuoso y se adelantó dejándome a unos pasos de él. Entendía su sufrimiento,
pero también sabía que necesitaba exponerle un tormento que llevaba conmigo
toda la mañana, y que aunque ahora no fuese tan urgente de tratar como otros
temas, podría influir de manera notoria tanto en mi compañero como en mí,
gracias en parte a la situación que estábamos viviendo. Así que con sumo tacto
intenté insistirle a mi amigo exponiéndole la rareza que nos estaba acechando
entre las sombras, y que aún era invisible para sus ojos –“Lo entiendo
perfectamente, Jason. Créeme que sí. Pero siento que necesitas saber algo antes
de que lleguemos a la cabaña y no pueda entonces comunicarte mis pensamientos
en dicho lugar.”- Al escucharme Jason se dio la vuelta para encararme en
silencio preocupado por mis palabras. Fue entonces cuando aproveché el momento para
exponerle el desasosiego que llevaba sufriendo en silencio desde bien entrada
la mañana. –“Yo también creo que la criatura que Peep me expuso en el sótano no
es la misma que nos atacó en casa de Jack”-.
Eso es todo por hoy. Si deciden pasarse por estos parajes no
olviden fijarse en los pequeños detalles que nos rodean en la vida. Tal vez
alguno de ellos les da la pista que necesitan para desenmarañar la verdad entre
el gran ovillo de la locura en el que nos encontramos viviendo día a día entre
estos parajes.
Con afecto.
Tomek Sikorski
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